Historia… ¿para qué?

POR: Mtra. Irasel Negrete Ronzón

No saber lo que ha sucedido antes de nosotros

es como ser incesantemente niños”.

Cicerón

El estudio de la Historia nos ayuda a entender mejor quienes somos y de dónde venimos, comprender nuestras tradiciones así como reflexionar sobre el curso de nuestra vida como integrantes de una sociedad, el objetivo de esta ciencia es estudiar e indagar para comprender el pasado y el presente, especialmente con la intención de no repetir errores que han ocurrido y afectado en gran medida a nuestro mundo para poder construir un mejor futuro, es decir, al conocer la historia no solamente reforzamos nuestra identidad y nos sensibilizamos sobre nuestro rol como individuos sino que nos permitimos conocer otras culturas, abrir la mente a otras realidades, entender problemas sociales, étnicos, económicos, políticos, ambientales, etc., al conocer la historia ponemos en marcha nuestro espíritu crítico e investigador, haciéndonos libres.

Como datos generales y para conocer un poco sobre nuestro país, la enseñanza de la historia se implantó de manera definitiva en 1854, en la secundaria o primer ciclo de la preparatoria, hubo intentos aislados de establecerla antes, como en 1840, cuando se incorporó el estudio de la historia patria en las escuelas de niñas de la ciudad de México, su objetivo era la transmisión de datos, la repetición de nombres de los personajes más destacados, la memorización de fechas, lugares y batallas, sin embargo institucionalización de la historia en México se da en la década de los veinte hasta los años sesenta con la creación de la Secretaría de Educación Pública (1921), pero es en la década de los años treinta que se discute sobre la importancia de estudiar la totalidad del pasado de México y la necesaria vinculación de la Historia de México con la Historia universal.

Actualmente, la Historia es una disciplina fundamental en la formación integral de cualquier persona reflexiva, analítica, independiente y propositiva ya que se ha quedado atrás el sólo memorizar fechas, hechos, nombres y lugares sino que ahora se trata de entender lo sucedido para comprender cómo hemos llegado a consolidarnos como la sociedad que somos en el presente; cabe resaltar  que la historia no es única, está contada a su vez en muchas versiones dependiendo de la fuente, además de que no proporciona datos exactos e inamovibles porque todo el tiempo se registran más fuentes y se proponen más explicaciones, surgen nuevas interpretaciones históricas y estas a su vez están condicionadas por las creencias, conocimientos, ideas y objetivos de quien las hace, así que para entenderla mejor se debe contar con información de diversas referencias, es por ello que se dice que al enseñar historia se debe tener el propósito de formar a personas más críticas, analíticas y con opinión propia.

Estudiar historia  y enseñarla no es una tarea sencilla porque para comprenderla se debe tener interés y disposición, requiere de habilidades como: saber identificar, buscar, leer e interpretar fuentes y ser capaz de interrelacionar de manera crítica los acontecimientos y procesos del presente y del pasado para poderlos comprender, si bien en ocasiones como  maestros resulta complicado enseñar historia pues las mentes de los alumnos están distraídas con temas más banales y efímeros, probablemente sea momento de hacer algunos cambios en nuestra manera de enseñarla con clases más interactivas que en las que utilicemos recursos visuales, táctiles y auditivos, se pueden recrear acontecimientos históricos una vez que se ha investigado sobre el tema para hacer más divertido su aprendizaje, buscar datos curiosos y hacer carteles con ellos, en cuanto a producciones escritas otras opciones son elaborar pergaminos, cartas, testamentos, periódicos, entre otros con decoraciones de la época y que pueden elaborarse ya sea de forma individual, parejas o equipos, además se puede hacer uso de organizadores gráficos como mapas mentales, infografías, mapas conceptuales, tablas comparativas, cuadros sinópticos,  y esquemas que se puedan presentar y analizar en clase sin olvidar las líneas del tiempo que son recursos muy favorecedores para la comprensión de los eventos en el tiempo, aparte de que todo ello que se puede realizar en papel de forma tradicional está la opción de realizarlos de manera digital o bien elaborar on-line blogs, podcast, videos, juegos interactivos, mapas y más; en lo personal, recuerdo con mucha emoción las ocasiones en que con mi maestro y compañeros hacíamos visitas a museos o lugares históricos, eso me ayudaba mucho para comprender los eventos del pasado y ahora además de realizar estas visitas guiadas  si no queremos salir de casa podemos encontrar series históricas o experiencias 3D en las plataformas.

Para finalizar, ya que he hablado de la relevancia de la historia en la formación de cualquier individuo y de formas de hacer interesante y divertido su aprendizaje, quiero resaltar la importancia de contextualizar lo que se aprende y conectarlo con  el  presente, para ello realizar plenarias, debates y mesas redondas sobre  los temas que se estudian poniendo en práctica valores como el respeto, la tolerancia y la apertura a las opiniones de los demás será necesario para tener idea de la manera en que aprenden los alumnos y cómo lo aprenden, asi mismo, hacer hincapié a los estudiantes en el hecho de que la historia es una disciplina viva en constante evolución y cambio que requiere que estemos actualizados será de gran ayuda para que se vuelvan investigadores y críticos permanentes de lo que sucede a su alrededor.