Fortaleza mental

POR: Mtra. Irasel Negrete Ronzón

 

«La verdadera medida de un hombre no es

cómo se comporta en momentos de comodidad y conveniencia,

sino cómo se mantiene en tiempos de controversia y desafío.» –

Martin Luther King Jr.

 

 

Cada día es la oportunidad de un nuevo comienzo, sin embargo, no siempre nos sentimos con ánimos de hacer las cosas diferentes o con mayor energía pues muchos factores pueden influir para que no nos sintamos motivados  especialmente después de pasar alguna situación difícil que nos haga sentir tristes, confundidos, enojados o hasta deprimidos; es por ello que trabajar la fortaleza mental es una recomendación que dan los expertos en psicología para poder afrontar los obstáculos o retos de la vida que se nos van presentando de manera que podamos sentirnos plenos, felices y satisfechos.

Desde el punto de vista educativo, la fortaleza mental es necesaria tanto para los docentes para poder ser excelentes guías y mentores que puedan ofrecer clases de calidad, como para los alumnos ya que de esa manera podrán mantenerse enfocados y hacer suyo el conocimiento. Poseer esta capacidad de mantenerse fuerte, saludable, resiliente y motivado debería ser una prioridad a trabajar en cualquier persona no importando el ámbito en donde se desarrolle ya que siempre nos enfrentamos a la incertidumbre y a la toma de decisiones, aunado a ello, en cualquier situación, debemos tener clara  nuestra autenticidad, nuestros deseos y nuestros objetivos.

Definitivamente desarrollar dicha fortaleza mental no es algo simple y rápido y menos cuando estamos frente a situaciones adversas, pero podemos partir de actividades sencillas para irla construyendo, lo primero que sugiero es tener claras nuestras motivaciones diarias, aquellas que nos hacen disfrutar la vida y seguir deseando vivir, ahora bien, no sólo se trata de tener claridad de lo que nos impulsa día a día sino también de jerarquizar para dar prioridad a lo importante de manera que nuestra energía no se disipe en actividades que no sean relevantes, asimismo, mantener una perspectiva realista será crucial porque un exceso de optimismo podría llevarnos a una irrealidad con consecuencias contraproducentes, creanos hábitos saludables tanto para la mente como para el cuerpo también será de gran ayuda, y ya que en ocasiones olvidamos que  no podemos controlar todo y eso nos resulta frustrante y desgastante, podemos trabajar en aceptar lo que no podemos controlar de forma que podamos gestionar nuestras emociones, es decir, equilibrar los pensamientos positivos con los negativos.

Además de lo arriba mencionado, considero que otras características de las personas con fortaleza mental es que tienen claras sus habilidades y capacidades personales así como aquellas “batallas” en las que han salido avantes, tener esos recuerdos “ a la mano” serán aliados que actuarán como dosis de inspiración y motivación individual, en otras palabras, se trata de aprender a poner buena cara al mal tiempo con los recursos propios, podría decirse entonces que debemos trabajar en nuestra adaptabilidad a las situaciones, con ella podremos mantener la calma para poder pensar con claridad al tomar decisiones y seguir con una mentalidad positiva.

            Cuando se ha trabajado en la fortaleza mental es evidente porque además de transformarse en personas resilientes se crea una mentalidad de crecimiento personal en la que la superación constante, la salida de la zona de confort, la autoconfianza, el compromiso y el autocontrol están presentes. En resumen, ¿para qué nos ayuda la fortaleza mental? para alcanzar nuestros objetivos, superar obstáculos, poner límites, tomar decisiones, reinterpretar lo negativo, manejar el estrés y asumir las responsabilidades. «La persona fuerte mentalmente tiene la capacidad de distanciarse de las emociones que surgen; deja de lado las excusas, las distracciones y la evitación y sigue el camino hacia el objetivo; es capaz de observar cuándo y qué le aleja de su objetivo y reconduce para volver a su plan», afirma la psicóloga Regina Insa Martínez.

Para concluir, la fortaleza mental debe abonar a nuestra salud física, a mantenernos fuertes en nuestros pensamientos al gestionar las emociones, con un carácter perseverante y una actitud positiva que nos permita disfrutar la vida mientras aprendemos de las experiencias que vamos viviendo.  Así que manos a la obra para mejorar nuestra fortaleza mental.