“En tandas” pero con faltantes, libros de texto empiezan a llegar
Aunque la distribución de los libros de texto gratuito continúa desfasada de su calendario habitual –se entregaban en las escuelas antes del fin del ciclo escolar previo– los materiales educativos comenzaron a llegar esta semana a zonas urbanas, pero en tandas y con paquetes incompletos, señalaron directores y docentes de educación básica de diversos estados.
En entrevista con La Jornada, señalaron que se están entregando paquetes de libros, pero con faltantes. A mi primaria llegaron las cajas de sexto, pero no tenemos completos los juegos para el resto de los grados, afirmó un director de primaria en la Ciudad de México.
Lo mismo ocurre en Sonora, donde se señaló que hay muchos faltantes, sobre todo de textos de segundo y tercer grado de primaria. En Ciudad Obregón no hay libros de sexto grado, y en Álamos no se ha distribuido un solo libro de ningún nivel.
En Tehuacán, Puebla, maestros de primaria informaron que los libros ya están en las bodegas, aunque nos dijeron que vienen con faltantes, pero que éstos se cubrirán en el periodo vacacional, porque el compromiso es iniciar clases el 26 de agosto con todos los libros distribuidos.
En la capital poblana los educadores fueron informados que los materiales son exactamente los mismos con los que trabajamos en este ciclo escolar. En su contenido no hay cambios, aunque sí nos anunciaron que vienen con portadas diferentes.
A diferencia de los libros de secundaria, que desde hace más de una década se adquieren en su mayoría a la industria editorial, por lo que la lista autorizada para la elección de los materiales se publica en el Diario Oficial de la Federación, la producción de los libros de prescolar y primaria se realiza por adjudicación de contratos al sector empresarial.
Licitaciones, cambios y demoras
De acuerdo con cifras oficiales, para el ciclo 2019-2020 se deberán distribuir por lo menos 176 millones de libros de texto gratuito cuya producción y distribución se demoró debido a los cambios en los procesos de licitación, que en la actual administración federal encabeza la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En abril pasado, a petición del presidente Andrés Manuel López Obrador, el principal proveedor de papel para la elaboración de los libros de texto gratuito, la empresa Bio-pappel –propiedad del empresario Miguel Rincón, compadre del mandatario–, determinó retirarse de la licitación pública internacional con la que había ganado el contrato para proveer el papel para elaborar los ejemplares, en los que se utilizan 76 mil toneladas.
Se contrató a muchísimas más empresas
Ese mismo mes, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) declaró desiertas las licitaciones para imprimir más de 19 títulos, con 52 millones de ejemplares para estudiantes de prescolar y primaria, por lo que el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, aseguró que ya se había contratado a muchísimas más empresas para realizar esta tarea.
En junio pasado, la Conaliteg informó que dicha adjudicación se realizó a siete empresas, ubicadas en Puebla, Ciudad de México, estado de México y Querétaro. Adicionalmente, lanzó la convocatoria LA-011L6J001-E49-2019 para la licitaron de 65 títulos adicionales, equivalente a 15 millones de libros.
De acuerdo con los calendarios establecidos en años anteriores y con las previsiones elaboradas al final de la pasada administración, la distribución de los materiales educativos debería concluir el 20 de julio próximo en todo el país, labor que requiere de 8 mil camiones.
Antes de llegar a las 220 mil escuelas del país, los materiales educativos recorren un complejo sistema de distribución a partir de los 233 almacenes regionales y 362 centros de acopio en la Ciudad de México, desde donde las autoridades y las escuelas debían cubrir el último tramo de su distribución para llevarlo a los alumnos.
Sin embargo, se informa que ese procedimiento se modificó. En mi zona escolar antes llegaba un camión y eras notificado para acudir a recoger los libros de tu escuela; para eso se pedía el apoyo de los padres de familia o se contrataba un flete que era pagado con dinero de la escuela, pero este año no fue así, explicó un director de primaria en la Ciudad de México.
“Nos indicaron –añadió– que debíamos apoyar para trasladar los libros desde un almacén central a nuestra zona escolar por nuestros medios, y de ahí iniciar la distribución a cada escuela, en un proceso que también nos corresponde cubrir. La primera tanda de libros llegó esta semana, pero en muchas escuelas se reportó que estaba incompleta, por eso esperamos que haya otra tanda que cubra los faltantes”, señalaron.
*Tomado de La Jornada