En dos décadas no se logran avances en la lectura de alumnos mexicanos
Los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) 2018 revelan que en las pasadas dos décadas México no tuvo avances significativos en la mejora de los aprendizajes de lectura en los alumnos de 15 años que concluyeron su formación básica.
Lo mismo ocurre en ciencias y matemáticas, por lo que el país se mantiene en el penúltimo lugar –sólo por arriba de Colombia– de desempeño de los 37 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en los sitios más rezagados de los 79 estados y economías participantes.
En PISA 2018, con énfasis en esta edición en habilidades lectoras, se detectó que 55 por ciento de los estudiantes mexicanos se ubicaron en el nivel dos de lectura, es decir, alcanzan el mínimo de competencias para identificar la idea principal de un texto de longitud moderada, pueden encontrar información basada en criterios concretos y reflexionar sobre el propósito del texto si se les indica de forma explícita que lo hagan.
De acuerdo con las tendencias en el rendimiento de México desde el inicio de la aplicación de PISA hace dos décadas, el puntaje en lectura pasó de 422 puntos en 2000 a 420 en 2018. Su mejor resultado fue en 2009, con 425 puntos, es decir, no hay cambios significativos.
Caída de 10 puntos en matemáticas
En el caso de matemáticas, pasó de 385 puntos en 2003 a 409 en 2018, cifra que representa una caída de 10 puntos, en comparación con su mejor resultado, que fue 419 puntos en 2009. En ciencias, alcanzó 410 puntos en PISA 2006, y reporta 419 para 2018, por lo que el desempeño promedio de los alumnos en esta disciplina se mantiene sin cambios.
Los datos señalan que sólo uno por ciento de los estudiantes mexicanos se ubicó en las escalas más altas de desempeño (niveles cinco y seis) en al menos una materia, frente a un promedio de 16 por ciento de las naciones que integran la OCDE.
En contraste, 35 por ciento de los alumnos no alcanzó un mínimo de competencia (nivel dos) en las tres materias evaluadas –lectura, matemáticas y ciencia–, cifra que cae a 13 por ciento para el promedio de países de la organización.
El reporte global de PISA 2018 indica que en lectura México ocupa la penúltima posición de los países miembros de la OCDE con 420 puntos, mientras el puntaje más alto es Estonia con 523 puntos, es decir, hay una brecha de 103 puntos, mientras la diferencia con el promedio de la organización (487) es de 67 puntos.
Si se compara con el resto de los países participantes, los estudiantes de cuatro provincias chinas (Pekín, Shanghái, Jiangsu y Zhejiang) superaron la media de la OCDE al alcanzar 555 puntos, México está rezagado con respecto a los mejores resultados en lectura en 135 puntos.
En cuanto a los países de América Latina, México se ubica en habilidades de lectura de sus alumnos por debajo de Chile (452), Uruguay (427), Costa Rica (426), y por arriba de Brasil (413), Colombia (410), Argentina (402), Perú (401) y Panamá (377).
El informe reconoce que en México las condiciones socioeconómicas son un fuerte predictor
de desempeño en las tres disciplinas evaluadas, pues en promedio los estudiantes más avanzados superaron en 81 puntos a los más desfavorecidos, aunque 11 por ciento de los adolescentes que enfrentan mayores desafíos socioeconómicos obtuvieron mejores resultados de lo previsto, de acuerdo con el decil de ingreso en que se ubican.
En cuanto a las diferencias de género, la alumnas mexicanas obtienen en promedio 11 puntos más que sus compañeros varones en lectura, frente a 30 puntos del promedio de la OCDE. En contraste, los adolescentes superaron a sus compañeras en 12 puntos en matemáticas y en nueve puntos en ciencia.
El reporte agrega que 44 por ciento de los estudiantes mexicanos alcanzaron el nivel 2 o superior en matemáticas, por lo que 66 por ciento se ubicaron en el desempeño más bajo.
En el caso de ciencia 53 por ciento alcanzó el nivel dos o superior de desempeño, por lo que pueden reconocer la explicación correcta de los fenómenos científicos familiares y usar dicho conocimiento para identificar, en casos simples, si una conclusión es válida en función de los datos proporcionados, mientras el número de alumnos en niveles cinco y seis, fue un porcentaje insignificante
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*Tomado de La Jornada