El futuro será de los jóvenes multiprofesionales

Por: ANA TORRES MENÁRGUEZ.

Una empresa sin presencia en Internet no existirá dentro de 10 años. Jaime Gonzalo, jefe de la sección de juegos de Google Play, no tiene dudas al respecto y considera que esa certeza vendrá acompañada de una transformación de los perfiles profesionales. En pocos años la licenciatura y los idiomas se darán por sentado y las empresas buscarán candidatos preparados para un aprendizaje continuo y con la capacidad de adaptarse a cualquier reto. Para ello, la clave es el dominio de las habilidades digitales.

“Ninguno de los empleos relacionados con la industria digital se mantiene estático durante más de cinco años; el reciclaje es constante”, recalca este doctor en educación en la economía digital. De hecho, el responsable de la oficina de Ingeniería de Google en la sede de Chicago es filólogo.
¿Qué hace falta para estar a la altura y no quedarse fuera? “Evitar ser un analfabeto digital”, señala Gonzalo. Manejar diariamente canales virales de distribución de contenidos como Youtube, participar en foros o lanzar blogs son algunas de las propuestas de este experto, en definitiva desarrollar de forma voluntaria inquietudes relacionadas con la Red y experimentar. “Las empresas no solo valoran el conocimiento técnico, sino la compatibilidad con los ritmos de trabajo actuales y el uso de las herramientas digitales”. Es lo que él llama perfil navaja suiza, un profesional capaz de adaptarse a cualquier contexto, predispuesto a leer y a convertirse en un experto sin haber estudiado una carrera.
En España, los programas académicos de las universidades no incluyen estas destrezas. De los 3.218 grados que se imparten en 71 universidades públicas y privadas españolas, solo el 8% están relacionados con la economía digital, según datos del Libro Blanco para el diseño de las titulaciones universitarias en el marco de la economía digital, la primera guía publicada por el Ministerio de Industria con las claves para la adaptación de los estudios superiores a la demanda del mercado laboral. Si se suman los posgrados (8.239) y los estudios de doctorado (1.574), ese porcentaje baja al 1%.

La crítica al modelo universitario actual llega desde diferentes frentes. Francisco Ruiz, director de relaciones institucionales de Google, considera necesario pasar de un programa cerrado en el que se imponen los contenidos a uno abierto que permita al alumno diseñar lo que quiere aprender. “Por cada puesto que destruye la tecnología, se crean 2,6 en los países desarrollados. Hay que estar preparado para afrontar ese reto y hace falta que los estudiantes sean proactivos”, recalca.
Con el objetivo de analizar las tendencias profesionales y los retos que tendrán que afrontar las nuevas generaciones, los próximos 16 y 17 de diciembre se celebrarán en Madrid las jornadas El País con tu futuro, en evento organizado por este periódico en colaboración con la Fundación Santillana destinado a estudiantes de segundo de Bachillerato en el que 50 expertos en diferentes disciplinas impartirán charlas y talleres. “En 2030, el 50% de las profesiones serán de nueva creación y se buscará gente que sepa trabajar en equipo en entornos virtuales”, asegura Óscar Izquierdo, director general de la consultora Ray Human Capital y ponente en este encuentro, al que asistirán más de 1.200 jóvenes al día.
Los expertos consultados coinciden en que el sector digital se caracteriza por un ritmo de innovación muy rápido y una exigencia de crecimiento profesional muy fuerte. “Las nuevas estrategias de reclutamiento de las compañías muestran que los puestos ya no van a ser duraderos, se va a trabajar por proyectos y se va a buscar perfiles capaces de convivir con diferentes disciplinas”, asegura Rosalía Rodríguez, directora de relación con reclutadores de IE Business School.

“Los niños de hoy tendrán una media de ocho trabajos a lo largo de su vida. Lo que se debe enseñar en las universidades es la capacidad de autoaprendizaje y de adaptación y las habilidades digitales son la clave”, apunta Luis Miguel Olivas, responsable del programa de orientación para jóvenes Think Big de la Fundación Telefónica.
A diferencia de lo que sucede en España, en Reino Unido los niños se acercan por primera vez a la programación con cinco años. A los 11, se les empieza a instruir en el uso de, al menos, dos lenguajes de programación. El objetivo no es hacer de ellos brillantes ingenieros informáticos, sino que entiendan cómo se crea el mundo que les ha tocado vivir, el de la revolución digital.
“Estudiar código potencia la creatividad, ayuda a ordenar los pensamientos de forma lógica y a trabajar en equipo y esas son las habilidades que buscan hoy las empresas”, señala Sergio Marco, colaborador de la Fundación Transforma España, representante en España de la iniciativa Una hora de código, lanzada en 2013 por la ONG estadounidense Code.org para difundir la importancia de la programación entre las mujeres y los colectivos más desfavorecidos.
“En España cuesta entender que igual que se enseña a leer y escribir y no se esperan miles de escritores célebres, el aprendizaje del idioma de Internet no persigue grandes informáticos, sino simples supervivientes”. (El Pais)