¿A qué se enfrenta el nuevo rector de la UNAM?

De cara a la elección del nuevo rector, reconocidos investigadores dan su visión sobre la institución y los retos que enfrenta
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• La UNAM en cifras

MARINA GÓMEZ-ROBLEDO / ELENA REINA MUÑOZ

La UNAM es una institución consolidada y reconocida a nivel internacional por su esfuerzo en educación e investigación, en ello coinciden todos los reconocidos investigadores cuestionados. Su extensión —342.542 alumnos—, sin embargo, es un arma de doble filo. Por una parte se ha convertido en un espacio donde converge una inmensa pluralidad de ideologías, credos, culturas y nacionalidades en un ambiente de igualdad y libertad. Por otra, esta gigantesca comunidad enfrenta cada año más retos en la misma proporción en la que crece.
El doctor en historia, Álvaro Matute, subraya, además de la docencia y la investigación, una actividad sustancial que hace de la UNAM una institución privilegiada: la difusión de la cultura. «Muchas universidades, públicas y privadas, no atienden a la investigación ni a la cultura. Si bien la UNAM las administra de manera separada, muchos de quienes las realizan participan de las tres. Es un eco vasconcelista, esto es, parte de lo que propició José Vasconcelos cuando incorporó programas culturales al proceso educativo, que no tendían solo a beneficiar al alumnado sino que intentaban abarcar —y lo hicieron— a toda la sociedad. Todo esto al lado de un dilatado alumnado y un cuerpo de investigación científica y humanística de alta calidad”.

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La UNAM en cifras
• El presupuesto de 2015 es de 37.755 millones de pesos y está repartido así: 61% va para la docencia, el 26% para investigación, 8% para la extensión universitaria y el 5% para la gestión cultural (llevó a cabo más de 13.700 actividades artísticas en 2014).
• El dinero que el Estado concede a la UNAM para mantenerse es 10 veces mayor al que recibe la delegación Iztapalapa (la más poblada de la Ciudad de México); 2 veces y media mayor al del Sistema de Metro y 10 veces mayor al que recibe la Secretaría de Educación Pública.
• La universidad alberga 342.542 alumnos en este ciclo escolar y 38.793 académicos.
• En 2014 se titularon en licenciatura 21.734
• Tiene 41 programas de posgrado con 92 planes de estudio de maestría y doctorado.
• Sus centros ofrecen 115 carreras de licenciatura y 33 carreras técnicas.
• Las escuelas de bachillerado acogen a 27.280 educandos
• Aunque su matrícula es gratuita y solo recibe de los alumnos unas aportaciones voluntarias, ha ofrecido en el último curso 169.000 becas de ayuda a los estudios tanto para alumnos de bachillerato como para licenciaturas y doctorados.
• Su superficie es de casi 3 millones de metros cuadrados

El investigador de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Económicas, Immanol Ordorika, habla de la UNAM en tres ángulos: su madurez académica, el contexto en el que se desarrolla y los problemas que enfrenta. Coincide en la percepción del resto de entrevistados en cuanto al nivel docente y de investigación que absorbe la institución. Afirma que como universidad nacional no puede estar al margen de los grandes problemas que vive el país. «La crisis económica, la erosión de los partidos políticos y el desmoronamiento del sistema judicial son aspectos que afectan a la UNAM porque es el entorno en el que opera, pero también porque esta crisis de Estado debe de convertirse en uno de los motivos de atención de la institución».
Ordorika percibe, sin embargo, tres retos. El primero es que la planta académica está envejecida y hay poco espacio para la renovación de plantilla, una dificultad que, asegura, ya está siendo atendida. El segundo, la centralidad burocrática. «Decisiones como el tipo de investigación que se va a financiar o el ejercicio presupuestal las realizan el rector y los directores de los institutos y facultades dejando a un lado los órganos colegiales para uso, sobre todo, consultivo». Una tercera crítica y que afecta directamente con el proceso que está a punto de consolidarse es el nombramiento del rector: «La Junta de Gobierno (órgano formado por 15 miembros encargado de la elección del rector) es un mecanismo obsoleto. El proceso es oscuro, cerrado y poco transparente». 31 investigadores, incluido Ordorika, escribieron una carta dirigida a la Junta para que, si bien no había tiempo para cambiar el sistema de elección, se pudiese transparentar el proceso. No recibieron respuesta por escrito, pero se han hecho públicos, por primera vez, los planes de trabajo de los candidatos y se transmitirán por televisión y radio algunos debates, sin embargo, la Junta no rendirá cuentas de las razones por las que elegirán a quien sea seleccionado. Una de las peticiones de dicha carta.
La doctora Patricia Galeana subraya un par de retos más: «Se requiere fortalecer la preparatoria, para elevar el nivel académico de los jóvenes y revalorar a la docencia». Para ello, afirma esta historiadora, se necesitan más recursos del Estado para mantener a la Universidad pública más grande del país. Además, añade, otro de los obstáculos de la institución es la necesidad de atender a la demanda educativa. Punto en el que coincide el astrónomo Manuel Peimbert. La desigualdad, según Peimbert, es el problema central que agobia a nuestro país y en la lucha por la igualdad la educación juega un papel fundamental. «La UNAM y los mexicanos tenemos el compromiso moral de lograr que la calidad de la enseñanza sea la máxima posible y que la cobertura de la educación superior incluya a la mayoría de la población».
La educación no está exenta a los cambios sociales, tecnológicos y culturales del mundo. La docencia, señala la investigadora en Materiales Ana María Martínez, debe ser la primera en aceptar esos cambios y por lo tanto la enseñanza será siempre un reto. Martínez aplaude que ser profesor en la UNAM significa trabajar con libertad. «Para nosotros los investigadores y docentes esto significa mucho, porque tenemos libertad de cátedra y libertad para decidir los temas que podemos investigar. Muchas ideas se desarrollan con éxito y se emplean para el bienestar social». Sin embargo, afirma esta doctora en Ciencias, no se aplican tantos proyectos como se quisiera y esto es otro de los desafíos.
El actual rector, José Narro, deja su silla en la Torre de Rectoría el próximo 16 de noviembre. El mes pasado aseguró en su primer discurso de despedida que entrega a la Universidad como la recibió: «Fuerte, trabajando y con prestigio». Afirmación que respalda el jurista y escritor Héctor Fix-Zamudio, quien a sus 91 años, ha sido testigo del trabajo de varios y variados rectores. «La Universidad se encuentra en un periodo muy favorable debido al acertado rectorado del doctor José Narro, quien ha realizado una labor muy importante tanto en el ámbito académico como en el administrativo y ha mantenido a la institución en una situación de progreso y estabilidad”. (El País)