Reforzar el vínculo entre el ser y el cuerpo a través de la mente, objetivo del yoga
Por: Jorge Daniel Tejeda Palafox
En entrevista virtual, Adrián Alarcón, quien es maestro de yoga en Bikram Yoga San Ángel, Cielo Yoga, Da Yoga, Bengala Yoga y Presidente de la fundación Mexicana de Yoga, compartió aspectos interesantes de la práctica del yoga para la salud entre otros beneficios para quienes se adentran a esta disciplina.
Le pregunté: ¿Te ajustaste muy rápido a la disciplina del yoga o te tomó bastante tiempo? Él contestó: Me tomó más o menos un año asumir la práctica como disciplina, y llevo 20 años en ello. Entre otras cosas me dedico a dar difusión y promoción a la práctica, a través de la Fundación Mexicana de Yoga.
¿Cómo te has sentido al invertirle tiempo, desde el aspecto energético y como ha sido trabajar por su difusión?
Adrián Alarcón: “Pues es una pregunta muy amplia. Sin duda se vuelve cada vez más un aspecto relevante de la experiencia personal, un «estilo de vida». Y trabajar en la Fundación es tremendo, muchos altibajos como en cualquier tema organizacional, pero al final merece la pena”.
¿Quién dio inicio a la fundación?
AL: “La fundó Ulises Calatayud en 2010 para organizar la Copa Mexicana de Yoga y otros eventos relacionados para difundir la práctica en nuestro país. Es un organismo afiliado a la Federación Internacional de Yoga (IYSF) y en vías de afiliación a la CONADE. Asumí la presidencia en 2018”.
¿Cómo ha sido la reacción y la respuesta a la propuesta de la escuela por la gente?
AL: “Interesante, sin duda. Participar en un campeonato de yoga nos pone en una circunstancia menos «cómoda» y más llena de estímulos adversos en los cuales se vuelve más evidente nuestra capacidad de usar la mente, el cuerpo y la respiración a nuestro favor. Esto interesa a unos y atemoriza a otros, y está muy bien. Nosotros invitamos a quien quiera sumarse. En este año ha sido un viaje particularmente interesante, por el asunto virtual. Estamos compartiendo clases y entrenamientos con grupos en Chile y Argentina junto con los de México. Lo agradezco, en verdad”.
¿Qué es lo que te gusta más de tu trabajo como profesor de yoga?
Atestiguar los efectos de la práctica constante en las personas. Personas que llegan a clase en silla de ruedas y a los pocos meses suben escaleras. Es muy fuerte y hermoso.
¿Qué beneficios te ha traído el yoga a tu vida?
AL: “Uy…. Pregunta amplia, nuevamente. En mi salud, todos (comencé con sobrepeso, rigidez articular y mala postura). Y en mi vida se ha convertido en un eje. Tengo varias actividades (el teatro, la pedagogía…) y practicar yoga se vuelve siempre una zona segura a la cual regresar de la jungla de concreto”.
¿Qué piensas del progreso de tus alumnos al adentrarse al yoga?
AL: “La palabra «progreso» es muy interesante en el contexto de yoga. Y revela mucho de la estructura mental del individuo: hay personas que consideran que «progresar» en yoga es hacer las posturas cada vez «mejor». Y muchos se frustran pues no ven ese «progreso» tan rápidamente o notablemente como imaginaban. Sin embargo, el objetivo de yoga no es «hacer posturas bonitas» sino trabajar conscientemente en reforzar el vínculo entre el ser y el cuerpo a través de la mente. Y eso, a veces, sucede de maneras poco agradables, como cuando nos lesionamos. Cuando ocurre, adquirimos una consciencia mayor de nuestro cuerpo. Y si trabajamos en sanar y evitar que vuelva a suceder la lesión, quizás haremos posturas menos «perfectas» pero habremos progresado en yoga”.
¿Qué se requiere para hacer correctamente las posturas principalmente?
AL: “Principalmente, y sobre todo en personas con poco camino recorrido en este terreno, es encontrar una buena guía, una maestra o maestro que conozcan de esto, que sepan observar y apoyar sin interferir. Esa sería una circunstancia ideal; no siempre sucede. En ese sentido, lo igualmente principal es que el practicante asuma la responsabilidad de su propia práctica, que no se conforme, que investigue y pregunte. Es importante conocer la forma «perfecta» de las posturas para dirigir nuestro esfuerzo hacia allá, aunque quizás nunca lo alcancemos. Y es importante también saber cómo se camina hacia allá. Lo tercero principal sería escuchar al cuerpo. El cuerpo sabe y nos habla siempre, pero no siempre lo escuchamos”.
¿Cómo ha sido tu papel para instruirlos y motivarlos en esta disciplina?
AL: “He tenido la fortuna de coincidir con grandes, grandes maestras y maestros. En gran medida, mi pedagogía se ha ido modelando por la interacción con ellos. De todos se aprende lo que sí y lo que no… También, de los aciertos y errores cometidos en los más de 15 años que llevo dando clases.
En el momento presente, procuro ser lo más específico posible en mis indicaciones pero sin un lenguaje demasiado técnico que resulte incomprensible para la mayoría. Procuro generar un ambiente en el que las personas puedan esforzarse si así lo deciden (porque creo que los beneficios de la práctica se encuentran directamente relacionados con el esfuerzo), sin ser yo quién los fustigue. Procuro minimizar mis intervenciones manuales (ajustes) para priorizar la reconexión mente-cuerpo a través de seguir indicaciones verbales. Y procuro invitarles al movimiento lento y controlado, sin prisa pero con precisión”.
“Con respecto a la motivación, procuro dejar en claro los objetivos de la práctica, para que se enfoquen en ellos y los aprecien cuando comienzan a asomarse, lo cual sucede naturalmente con una práctica constante y disciplinada. Entonces la motivación a continuar se da sola”.
¿Qué estrategias implementas para que aprender el yoga sea satisfactorio para tus alumnas y alumnos?
AL: “Nuevamente, la impresión de satisfacción depende de los objetivos. Establecerlos claramente es lo principal. Por cierto, que aprender a soltar expectativas es uno de ellos. A un nivel muy básico pero para nada deleznable, otro de los objetivos es el bienestar. Trabajar con el cuerpo en yoga abona a la sensación de bienestar físico. Trabajar con la respiración, el silencio y la concentración abonan al bienestar mental-emocional. Si logramos que los practicantes aprecien el bienestar como objetivo de su práctica, entonces se sentirán satisfechos seguramente”.
¿Cómo describes el trabajo que has hecho en todos estos años en cuanto al yoga?
AL: “Me siento muy afortunado por poder dedicarme a lo que me dedico. Y profundamente agradecido con las personas que me otorgan su confianza. Lo cual también otorga a este trabajo una cualidad de enorme responsabilidad compartida”.
Por último, ¿alguna invitación o mensaje para los futuros alumnos que quieran adentrarse al yoga en la escuela?
AL: “¡Sólo vengan! Eso es todo. Yoga se encargará del resto. Pero tienen que tomar esa decisión, la más difícil de todas. Si lo hacen, si asisten a clase, todo lo demás llegará”.