¿Quién es? Mateo Oliva Oliva
Por Ángel J. Hermida Ruiz.
(Texto publicado en 1989)
Es uno de los exponentes más destacados de la música, en la actualidad, dentro del campo educativo y popular en la República.
Nació en Naolinco, Ver., el 21 de septiembre de 1938, del matrimonio de don Alfonso Oliva Guevara y Eloína Oliva Ladrón de Guevara. En la sangre traía ya Mateo su inclinación al arte en que tanto ha sobresalido. Su papá tenía grupos musicales en el lugar –ha sido maestro del ramo en escuelas, hasta la fecha-y, por el lado de la madre sucedía algo parecido. El abuelo de ésta, fue famoso como constructor de instrumentos musicales y, se le conocía como Tío Jota O., porque con las iniciales J.O., los firmaba. Alberto de la Rosa conserva todavía una de sus jaranas. Herlinda Oliva, hija de Tío Jota O., fue directora de una Orquesta de Cámara en Naolinco y en Tepetlán. Sí, Mateo tenía de donde salir un gran artista.
Fue el primero de cuatro hijos: Mateo, Concepción –actualmente contadora- y Alfonso y Jaime, ya fallecidos, el primero siendo doctor en medicina y, el segundo estudiando el 5o. año en la Facultad de Música.
Don Alfonso, el papá, completaba como zapatero, sus ingresos, para el sostenimiento del hogar. Esta actividad no habría de llamarle la atención al pequeño Mateo, pero en cambio, habría de despertarle mucho interés la música. Y su padre le dio las primeras clases. Después tuvo a un famoso maestro, don Lucio Lagunes, quien había participado en la Revolución y llegó a dirigir la Banda de Música del Estado.
Al mismo tiempo que recibía estas lecciones, cursaba su primaria en la escuela “Miguel Hidalgo”.
Después, fue uno de los alumnos fundadores de la Secundaria, a la que se le puso el nombre de “Ángel Carvajal”. Por cierto, cuando don Ángel visitó Naolinco, acompañando a don Adolfo Ruiz Cortines en su campaña para Gobernador, Mateo formaba parte de una Banda de Música que estuvo en la recepción. Era muy chico y llamó la atención de don Ángel, quien le preguntó si le gustaba la música. Al contestarle que sí, le dijo que si algún día llegaba a estudiar en serio, que lo buscara para ayudarlo. Y ese día, efectivamente, habría de venir, y pronto.
Terminada la secundaria, su anhelo era estudiar en el Conservatorio Nacional de Música. Fue en el año de 1957 a México y presentó el examen de admisión. Salió bien, pero no lo admitían porque sobrepasaba, en un año, la edad. Lo recomendó el Presidente Municipal de Naolinco, don Rafael Meza y Meza, pero, además, fue a ver a don Ángel Carvajal, que era Secretario de Gobernación. Lo atendieron colaboradores cercanos, les explicó los antecedentes y pudo llegar hasta el Ministro, quien, por cierto, quería mucho a Naolinco. “Atendiendo a su ofrecimiento cuando nos visitó, he venido a solicitarle su ayuda para estudiar”, le dijo Mateo y, le explicó su situación. Muy cordial, don Ángel le contestó que lo apoyaría y agregó: “No vas hacernos quedar mal, tampoco a Veracruz”.
Ingresó al Conservatorio, donde permaneció casi 7 años. Estudió con ahínco y entusiasmo, formó parte del coro y de la Orquesta Sinfónica de la Institución y, al visitar nuestro país la Sinfónica de la Universidad de Harvard y participar en ésta, alumnos del Conservatorio Nacional, fue Mateo uno de los seleccionados. Recuerda con afecto a los maestros, entre los cuales contó a grandes valores como Juan Pablo Moncayo, Eduardo Moncada –xalapeño-, Francisco Savín, Blas Galindo –que era Director-, Juan José Vera y Juan León Mariscal.
Al dirigir el maestro Francisco Savín de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, lo invitó a formar parte de ella, por lo cual regresó a fines de 1963. Al mismo tiempo la Dirección General de Educación Popular lo nombró para que laborara en la escuela primaria “Abraham Castellano”. Aquí fundó un coro infantil, que pronto sobresalió y triunfo en los festivales regionales de la cultura que, año con año, se organizaban entonces.
Mateo Oliva fue invitado a formar parte de la Orquesta “Versalles” y, fundó, además, la Orquesta “Xalapa”.
En 1967 sería un año muy importante en su vida, al seguir el nuevo rumbo. El maestro Miguel Vélez Arceo, Jefe del Departamento de Educación Estética de la Dirección General de Educación, le pidió trabajara en su Departamento, en la Escuela Normal y en el Conjunto Folklórico “Veracruz”, en este último, dirigiendo el coro. Destacó también. Y en la Normal creo posiblemente el mejor conjunto coral que ha tenido el plantel, y que se conoció con el nombre de “Coro Monumental”. Al referirse el maestro Oliva a esa etapa, afirma que la considera como “época de oro de la Normal y la educación”.
El coro monumental recibió invitación del Presidente de la República, Lic. Luis Echeverría y de su esposa María Esther Zuno de Echeverría, a Los Pinos. Recibieron los muchachos numerosas atenciones y, tras ser escuchados, el Primer Magistrado dispuso que se grabara un disco de canciones del coro, entre las cuales se incluyó el Canto a la Normal, con música del mismo maestro Oliva y letra del joven contador, muy unido a la escuela, José Luis Fernández.
Con el conjunto folklórico viajó a numerosas partes. En 1970, con motivo de las fiestas patrias, actuaron en un teatro donde van sólo los consagrados: el Carnegie Hall, de Nueva York. Se presentaron en varias ciudades de los Estados Unidos atendiendo solicitudes especiales. En New Jersey, el coro actuó para el Cuerpo Diplomático; también se grabó un programa de televisión para la N.B.C. Esta gira la patrocinó el Gobierno, quien envió como su representante al actual senador Lic. Manuel Ramos Gurrión.
En el mismo año de 1970 empezó a dirigir la Banda de Música del Estado, cargo en el que estuvo seis años.
El año de 1974 fundó una de las orquestas que más prestigio y popularidad han alcanzado, y que dirige hasta el momento: la Orquesta de Música Popular, de la Universidad Veracruzana, la cual viaja constantemente.
El año pasado –1985- fundó una nueva orquesta, que ya conquistó un buen hombre: la Sinfónica Juvenil, con elementos de diversos conjuntos; algunos de sus miembros formaron parte antes de la Orquesta Típica Infantil de Antolín Guzmán, de la Primaria Anexa a la Normal. La citada Sinfónica Juvenil, a pesar de su corto tiempo, recibió ya la “Lira de Oro” que anualmente otorga el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Música de la República Mexicana; y le otorgó un diploma el comité organizador de la celebración del Décimo Quinto Aniversario de la Escuela Preparatoria “Manuel Rincón”, de Perote.
Ha escrito infinidad de obras musicales. Una de ellas, de teatro, ha sido puesta en varios países. La música de impresionantes revistas musicales que la Escuela Normal ha presentado, es del maestro Oliva. Actualmente prepara una cantata, en ocasión del centenario del plantel, donde sigue prestando sus servicios como Catedrático de Música, al igual que en la Universidad.
Instituciones culturales múltiples, autoridades de diverso nivel, sindicatos, clubes, logias, el “Diario de Xalapa”, sociedades de alumnos, etc. lo han distinguido con pergaminos, diplomas y otros homenajes. Una de las generaciones de la Escuela Preparatoria “Ángel Carvajal”, de Naolinco, lleva su nombre.
Es un artista de singular sensibilidad e inspiración, modesto y cordial, con un gran espíritu de servicio a su pueblo.