Lerdo de Tejada: microhistoria de la nación

Héctor M. Magaña

En el Colegio de Veracruz (ColVer) se presentó un libro de Gustavo Vergara Ruíz, quien es historiador, promotor cultural y archivista. Redactó diversos libros que exploran temas variados que van desde la Revolución Mexicana, los ejidos y los sistemas agrarios, así como regiones de los estados del sur del país.

El libro en cuestión, Lerdo de Tejada, Veracruz: municipio producto de la Revolución Mexicana 1923-2023, es una muestra del cuidadoso trabajo por parte de un entusiasta de la cultura y la historia locales. No obstante, no hay en el libro muestra alguna de ligereza. Ya que para Gustavo V. Ruíz los eventos que ocurren en las regiones del sur no son ajenos a los eventos históricos nacionales.

Partiendo de la tesis de que la Revolución Mexicana no fue solo una serie de eventos protagonizados por las grandes figuras como  Francisco Villa, Venustiano Carranza o Francisco I. Madero sino que también fue un movimiento agrario y en el caso de Lerdo de Tejada las actividades se concentraron principalmente en la producción ganadera y posteriormente la caña de azúcar. Con estas actividades no es de extrañar que la revolución estuviera de forma activa en Lerdo de Tejada.

Siendo parte de la Cuenca baja del Papaloapan, Lerdo de Tejada forma parte de una trinidad municipal que se vio participando de forma activa en la industria de los ingenios azucareros con una fuerte presencia de inmigrantes provenientes de Cuba y de otros estados que se asentaron en el Naranjal. Así, Gustavo V. Ruíz nos ilustra que los eventos históricos nos son ajenos a los actuales. El tema de la inmigración será una constante no solo en la historia de México, sino la historia mundial. La microhistoria es una ventana más precisa para mostrar como los nuevos tiempos llegan a las regiones del sur.

Lerdo de Tejada tuvo su desarrollo en los “locos años veinte”. Esos años que fueron testigo de las más diversas corrientes artísticas como fue el nacimiento de Estridentismo, o la firma del Tratado de Bucareli que permitió la llegada de extranjeros con derechos de propiedad sin límite en nuestro país. En México, los años veinte fueron los “locos años” sobre lo agrario y lo ejidal. Fue la década de los sindicatos agrarios, fue la época donde las tierras se tenían que defender y la producción agrícola era tan necesaria como la revolución que buscó defenderla.

Gustavo V. Ruíz finalizó su presentación con el aplauso de colegas y de público en general que felicitaron la labor de rescatar la historia local de municipios y regiones del Sur. Antes de cerrar, resaltó el autor que su labor no ha finalizado todavía ya que también tiene interés en llevar el libro a escuelas e instituciones públicas.