El ave de la tanatología

 

Sánchez, C. G., Volaré a tu lado, 2023, pp. 60

Se suele decir que los objetos cobran importancia cuando se descomponen, cuando dejan de servir o desaparecen, puede ser cierto para los entes inanimados, pero en el caso de los seres queridos la cuestión no es simple. La importancia de los seres queridos no aparece tras la muerte. La muerte se nos presenta como un enigma, el último problema que parece pedir a gritos una respuesta pero de la que, sin embargo, solo tenemos un silencio inquietante.

¿Qué podemos hacer frente a ese silencio? ¿Frente a la perdida que herramientas nos quedan?  Antes dicha problemática, la ganadora del Premio “Arte, Ciencia, Luz” 2022, Cecilia Gabriela Sánchez Aburto escribió un libro retador. Es un libro serio, porque ella sabe que las infancias no se les enseña con subterfugios, sino con metáforas. La metáfora es la herramienta que tiene el ser humano para hablar de las cosas de gran importancia porque lo más importante siempre se le escapa, como es el caso de la muerte.

La ave que canta es aquella que le enseña a los niño a mirar la muerte como el problema que se instala en nuestras vida. La muerte de un ser querido es quizá la experiencia más dolorosa y la más personal, es estudiar la ausencia, aprender y a experimentar el silencio. Es aprender a batir las alas a lo desconocido sabiendo que la ausencia de nuestros seres más íntimos se ha instalado como el silencio se instala al final de la sonata. Para Gabriela, las aves nos enseñan ese vuelo tan difícil que es el duelo.