Da Vinci reconcilia a Francia e Italia tras disputa cultural

La ciudad francesa de Amboise, en el valle del río Loira, albergó ayer las celebraciones por el quinto centenario luctuoso del maestro Leonardo da Vinci, con una ceremonia encabezada por los presidentes de Francia e Italia.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo italiano, Sergio Mattarella, realizaron una visita conjunta a la tumba de Leonardo y a Clos Lucé, la casa donde residió los últimos años de su vida.

La conmemoración conjunta ocurrirá después de meses de crecientes tensiones diplomáticas entre París y Roma, a raíz del apoyo expresado por el mandatario italiano a las protestas semanales de los chalecos amarillosen Francia.

En el momento de peor tensión bilateral desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Macron llegó a llamar brevemente a su embajador en Roma para consultas, gesto de inusitada gravedad en el ámbito diplomático.

Sin embargo, la presidencia francesa filtró a la prensa que el propio Mattarella desempeño un ‘‘papel esencial’’ en la reducción de las tensiones. El pasado sábado Amboise fue el centro de una ruidosa protesta de los chalecos amarillos y para evitar problemas por la presencia de Mattarella, la ciudad estaba desde el miércoles virtualmente aislada por medida de seguridad.

Arquitecto del rey

Comercios, bares y restaurantes en las proximidades del palacio donde está la tumba de Leonardo y Clos Lucé debieron permanecer cerrados ayer. Emmanuel Honnet, dueño del Café des Arts, a un costado del palacio, dijo que las precauciones eran ‘‘comprensibles, dado el terrible clima social y el riesgo (de un ataque) terrorista’’.

Ese hombre de 51 años no ocultó su ‘‘frustración’’ ante la constatación de que los vecinos de Amboise quedarán en gran medida al margen de las celebraciones. ‘‘Debería ser la memoria de una vida’’, dijo.

Macron será el primer presidente de Francia en visitar la ciudad y la tumba de Leonardo desde que Charles de Gaulle lo hizo en 1959.

El rey Francisco I, conocido como ‘‘el Rey Sol del Siglo XVI’’, es considerado uno de los responsables por traer el Renacimiento a Francia.

Su antecesor Luis XII había comenzado ese proceso con arquitectos y artesanos de Florencia, Milán y Roma que arribaron al país galo.

Leonardo tenía 64 años de edad cuando aceptó la invitación del joven rey Francisco. En esa fase de su vida, el maestro florentino enfrentaba la rivalidad de las crecientes estrellas, Miguel Ángel y Rafael.

Como los pedidos de trabajos disminuían, Leonardo no dudó en aceptar la invitación del monarca francés; éste lo contrató por un espléndido salario para ser el ‘‘primer pintor, ingeniero y arquitecto del rey’’. Francisco I tenía 23 años, y su ambiciosa madre, Luisa de Saboya, ‘‘sabía que Leonardo sería el hombre que permitiría que su hijo floreciera’’, dijo Catherine Simon Marion, directora de Clos Lucé.

Leonardo trajo a Clos Lucé tres de sus pinturas favoritas: La Gioconda o Mona LisaLa Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana y San Juan Bautista, que están en el Museo del Louvre, en París.

A raíz del quinto centenario luctuoso del artista, Italia y Francia alcanzaron un acuerdo que hará que el Louvre pueda exhibir, a partir de octubre, obras de Leonardo provenientes de museos italianos.

Con menos de 20 pinturas de Leonardo, muchos italianos se quejan de que el Louvre posea nada menos que cinco, además de 22 de los célebres dibujos.

Durante sus tres años en Amboise, Da Vinci organizó fiestas para la corte francesa y trabajó en el diseño de una ‘‘ciudad ideal’’ en la comuna de Romorantin, que finalmente quedó inacabado.

Macron y Mattarella también visitaron el famoso castillo de Chambord, cuya impresionante escalera de doble hélice es atribuida a un diseño de Leonardo, aunque su piedra fundamental fue colocada cuatro meses después de la muerte del maestro florentino.

Tomado de la jornada