Cómo Angelina Beloff enriqueció el arte en México
De última hora una colección de 45 obras de la pintora, grabadora e ilustradora rusa Angelina Beloff fue incluida en la exposición con la que se inauguró el Museo Dolores Olmedo el 5 de septiembre de 1994.
Ese acervo lo había adquirido días antes la dueña del naciente recinto. Desde entonces el museo se ha hecho de cuatro piezas más de la primera esposa de Diego Rivera: tres dibujos acerca del pianista Nabor Hurtado y el óleo Tepoztlán.
Veinticinco años después, con motivo del 140 aniversario del natalicio de Beloff (San Petersburgo, 23 de junio de 1879-Ciudad de México, 30 de diciembre de 1969), el Museo Dolores Olmedo presenta una nueva muestra de la producción de la artista que esta vez ‘‘convive” con tres obras de Rivera.
Éstas son un retrato al óleo de Angelina hecho por el muralista en 1918; el cuadro La noche de Ávila, situado en 1909, año en que la conoció, y Cuchillo y fruta frente a la ventana, creación que encierra dos estilos estéticos, el cubismo que Rivera cultivó de 1911 a 1918, además de la influencia de Paul Cézanne, uno de los pintores que más admiró. Este último cuadro es, además, un homenaje al hijo que procreó con Angelina, muerto a los 14 meses, pues al reverso escribió: ‘‘a los tres días del fallecimiento de Diego Miguel Ángel Rivera Beloff”.
Con esa muestra conmemoran también el 50 aniversario luctuoso de Angelina Beloff, que se cumplirá en diciembre.
De la pintura al grabado en madera, linóleo y aguafuerte
Josefina García, directora de colecciones y servicios educativos del Museo Dolores Olmedo, explica a La Jornada que la idea detrás de la exposición es transmitir a los visitantes ‘‘un poco acerca del vínculo entre Diego y Angelina durante el periodo que vivieron juntos en París, entre 1911 y 1921. Contarles cómo fue su relación de amor, el mundo en el que se desenvolvieron y las obras de arte que resultaron de ella”.
En el caso de Beloff tiene que ver con su quehacer artístico en lo individual. Son obras que hizo desde 1921 como ilustradora.
‘‘En realidad su trabajo artístico lo comenzó en la pintura; sin embargo, ya instalada en París en 1909 se dedicó a estudiar varias técnicas del grabado en madera, en linóleo y en aguafuerte. Tras el conocimiento de personas acerca de sus dibujos y grabados la invitaron a ilustrar la serie de cuentos infantiles de Hans Christian Andersen, las obras de Jack London y algunas historias independientes de otros autores, entre ellas Ariane, la joven rusa, de Claude Anet. Las ilustraciones tienen que ver con el periodo en que se separó de Rivera”, detalla Josefina García.
La artista, sin embargo, realizó gran parte de su obra en México, adonde llegó invitada por Germán y Lola Cueto a fin de conocer el país de Rivera y después regresar a París, y no obstante se quedó aquí. Es más, nunca volvió a su tierra de origen.
El Museo Dolores Olmedo posee serigrafías correspondientes a la serie que hizo para ilustrar Construir un fuego, libro de Jack London, otra de acuarelas relacionadas conEl soldadito de plomo, cuento de Hans Christian Andersen, el grabado en madera Maternidad, un autorretrato de Beloff en compañía de su hijo Diego Miguel Ángel, aparte de la serie de grabados en madera hechos para ilustrar Ariane, la joven rusa.
Se desarrolló por sí misma en el arte
El planteamiento detrás de la exposición es que Beloff no sólo fue la compañera sentimental de Rivera, sino que se desarrolló por sí misma como artista, vivió muchos años en México y contribuyó al desarrollo del arte nacional.
Además desarrolló varias investigaciones sobre el teatro guiñol y su evolución, que se publicaron aquí. Fue profesora en la Secretaría de Educación Pública e integrante activa de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios desde 1934. Según García en las obras de Beloff que resguarda el museo ‘‘no se aprecia una influencia de Rivera. Sin embargo, durante el periodo que estuvieron juntos hay referencias a que luego trabajaban los mismos temas de forma muy parecida”.
La exposición sobre Angelina Beloff, a 140 años de su natalicio, se puede visitar en el Museo Dolores Olmedo (avenida México 5843, colonia La Noria, Xochimilco).
*Tomado de La Jornada