Por presión de EU, México no otorgará incentivos a fabricantes chinos
El presidente Joe Biden ha señalado que los vehículos chinos representen una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos
Ante la presión de Estados Unidos, el Gobierno de México no otorgará incentivos a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos.
De acuerdo con la agencia Reuters, la última reunión que funcionarios mexicanos sostuvieron con una armadora china, fue en enero con ejecutivos de BYD.
En la reunión, los funcionarios dejaron en claro que ya no darán estímulos y suspenderían cualquier junta futura con los fabricantes chinos.
La oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador, no respondió a una solicitud de comentarios. La Secretaría de Economía declinó comentar sobre el tema.
Mientras que los ejecutivos de BYD y funcionarios de la embajada de China en México no respondieron a la solicitud de comentarios.
Un portavoz de la Casa Blanca dijo que el presidente Joe Biden, no permitirá que los fabricantes de autos chinos inunden el mercado porque representan una amenaza para la seguridad nacional.
Reuters no pudo determinar qué fabricantes de autos chinos han solicitado reuniones desde entonces. Los funcionarios mexicanos no suelen revelar los subsidios otorgados a las empresas para la instalación de fábricas.
China “utilizaría” a México para vender vehículos en EU
Una veintena de fabricantes de autos chinos venden sus productos en México, pero ninguno tiene todavía una planta en el país. Los vehículos chinos representan un tercio de la oferta total de marcas en México.
Las fuentes atribuyeron la medida a la presión del gobierno estadunidense, específicamente de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), para mantener a los chinos fuera de la zona de libre comercio de Norteamérica.
La respuesta de un funcionario del USTR a Reuters no abordó la presión reportada, pero mencionó que el T-MEC no estaba destinado a “proporcionar una puerta trasera a China y a otros que puedan estar buscando acceder a nuestro mercado sin pagar aranceles”.
El funcionario dijo que el USTR se centra en esa cuestión en relación con los automóviles, el acero y el aluminio.
La intervención estadounidense refleja temores cada vez más agudos de la industria automotriz, los sindicatos y los círculos políticos en Washington de que los fabricantes como BYD, SAIC, Geely, Chery y JAC pretenden utilizar a México como puerta trasera para vender coches eléctricos baratos en Estados Unidos sin pagar elevados aranceles estadounidenses, ahora del 27.5%.
La jefa del USTR, Katherine Tai, dijo que Estados Unidos debe tomar medidas decisivas para proteger los vehículos eléctricos de la competencia china subsidiada.
México, la segunda economía más grande de Latinoamérica, está atrapada en el fuego cruzado entre las dos potencias y mercados automotrices más grandes del mundo.
A principios de marzo, el senador estadounidense Marco Rubio, del Partido Republicano, propuso una legislación que busca aranceles mucho más altos sobre las importaciones de vehículos chinos. Días después, tres demócratas del Senado de estados fabricantes de coches instaron al gobierno de Biden a aumentar los aranceles de importación para los vehículos eléctricos chinos.
Los fabricantes pueden eludir los aranceles estadounidenses estableciéndose en México, siempre y cuando cumplan con las reglas sobre la cantidad de un vehículo que debe producirse localmente.
“Una proporción considerable de los bienes que llegan a México por vía marítima probablemente serán transportados en camiones a Estados Unidos, lo que da lugar a la sospecha de que el aumento del comercio que estamos presenciando se debe a que los importadores intentan eludir los aranceles estadounidenses”, dijo Peter Sand, analista de la consultora Xeneta.
Para evitar los aranceles estadounidenses, los bienes deben tener un cierto porcentaje de ensamblaje y componentes regionales, que varía según el producto y el sector. Al menos 75 por ciento de las piezas principales de los vehículos, como el motor o la transmisión, deben tener su origen en Norteamérica.
La decisión mexicana de dar la espalda a las empresas chinas se conoce a pesar del entusiasmo de algunos políticos locales, incluida, Claudia Sheinbaum, por atraer más producción de automóviles al país, crear empleos y llevar vehículos eléctricos asequibles al mercado local.
Empresas chinas planean llegar a México
A pesar de los vientos en contra, los fabricantes de automóviles chinos como BYD todavía buscan echar raíces en México.
A fines de febrero, BYD, que ha competido con Tesla por el primer puesto en el mercado mundial de vehículos eléctricos, insistió en que cualquier fábrica en México atendería al mercado local, en lugar del estadounidense. Pero muchos funcionarios de la industria se muestran escépticos.
Una de las fuentes dijo a Reuters que, ahora, BYD estaba buscando incentivos de los gobiernos estatales a pesar de que son sustancialmente menos beneficiosos que los federales.
Estados como Durango, Jalisco, Estado de México y Nuevo León buscan atraer a fabricantes de automóviles chinos para que instalen sus plantas en sus territorios, ofreciéndoles una amplia gama de estímulos.
En diciembre, Nuevo León aprobó 153 millones de dólares en incentivos para una planta de Tesla.
En el pasado, los estímulos federales han sido generosos, incluyendo terrenos, agua y energía gratuitos y ayuda para contratar trabajadores, dijo Francisco Bautista, socio de EY en México.
El experto agregó que ahora los incentivos se han reducido durante el gobierno actual, pero aún así se han otorgado algunos a grandes firmas como Audi, de Volkswagen.
En peligro el T-MEC
En septiembre, funcionarios mexicanos de las secretarías de Economía y de Relaciones Exteriores viajaron a Washington para reunirse con sus pares del Departamento de Comercio, el Departamento de Estado y el USTR como parte de conversaciones de alto nivel entre ambos socios comerciales.
Aunque no estaba explícitamente en la agenda, en la reunión se planteó por primera vez el tema del temor a que los fabricantes de automóviles chinos establezcan su producción de vehículos eléctricos en México, dijeron las fuentes.
Los funcionarios se reunieron nuevamente en enero de 2024 en Toronto. Allí, los empleados públicos estadounidenses hicieron otra solicitud para obstaculizar a los fabricantes de autos chinos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. La Secretaría de Economía declinó comentar.
Funcionarios mexicanos dijeron que, aunque la inversión china podría ayudar a la economía local, al gobierno le preocupa enojar a Washington ad portas de revisar el T-MEC en 2026.
Según la “cláusula sunset”, en julio de 2026 los tres países decidirán si extienden el T-MEC por otros 16 años. Los funcionarios mexicanos temen que los estadounidenses puedan intentar reformar el pacto comercial en detrimento de México, dijo una de las fuentes.
- Reporte Indigo