“Se trae grano robusta extranjero de 60 dólares las 100 libras, pero el mexicano vale 3 veces más, se margina la vida de ríos y casi selva bajo sombra y se privilegia a 5 trasnacionales”, expuso.
Indicó que el café que ingresa a México es muy barato y dañado, por lo que probablemente se deja de lado la vida campesina de unas 21 culturas originarias prehispánicas.
Al respecto, consideró que no se trata una batalla de los cafeticultores minufundistas que en promedio tienen dos hectáreas frente a un mercado voraz y cruel del capital financiero, sino tambiénun desafío a los consumidores que por necesidad y practicidad adquieren un producto soluble con endulzantes, colorantes e incluso sucedáneos en lugar de un café fino de grano recién tostado ante sus ojos.
Ante ello, exigió en nombre de los cafeticultores veracruzanos que se emita un decreto presidencial con el que instruya la creación de una sola institución o mejore la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café A.C. (AMECAFE) con patrimonio propio; así como con una sola ley que obligue a atender de manera integral a todos los productores.
“Sí, el Presidente ha hecho cosas buenas, pero en la cafeticultura sigue la pesada carga de desorden y abuso de unas cuantas compañías que sólo un decreto como el del glifosato (herbicida) puede corregir, obvio, con el apoyo de todo el sector productor mexicano”, expuso.
Recordó que entre las situaciones críticas en las que viven los cafeticultores se encuentran: Las áreas financieras, comerciales, de información y representación.
«Este decreto es fundamental y debe ser respaldado por todos los pueblos y organizaciones cafetaleras desde sus bases».
*Información de El Diario de Xalapa
