Bolsa de trabajo libre de discriminación para la diversidad sexual

Casa Frida creó el programa Contrata LGBTQ para apoyar a la comunidad en la búsqueda de un empleo sin el riesgo de ser discriminados.

Las puertas de Casa Frida, un albergue para personas LGBTIQ que han sido víctimas de violencia, abrieron en mayo de 2020. Desde entonces, la asociación se ha preocupado por brindar un espacio seguro en el cual puedan vivir temporalmente, así como con el apoyo en labúsqueda de un empleo que les permita recobrar autonomía.

Bajo esa premisa se crea Contrata LGBTIQ, un programa para apoyar a la comunidad en la búsqueda de un trabajo. Además de ayudarles a realizar sus CV,  les brindan capacitación constante y se aseguran de que las empresas u organizaciones que hacen la contratación tengan las condiciones de seguridad e inclusión necesarias para que puedan desarrollarse profesionalmente.

Ian Hernández, coordinador del programa, explica que la búsqueda de empleo para las personas de la diversidad sexual no siempre es sencilla, porque hay lugares donde les niegan la oportunidad de trabajar por su identidad u orientación sexual; y en algunos espacios donde son aceptados llegan a vivir situaciones de violencia y discriminación.

Al contar con una sede en la Ciudad de México, y otra en Chiapas, el trabajo de Casa Frida no se limita al apoyo de la comunidad LGBTIQ en México, sino también a la que migra desde otros países en búsqueda de una mejor vida.

La travesía de Tatiana

En mayo pasado, Tatiana y su pareja huyeron de El Salvador sin avisar a nadie de sus planes ni su destino. No podían soportar más agresiones del hombre con el que su pareja tuvo dos hijos, quien no pudo superar que ella lo dejara por otra mujer.

Ser una pareja lésbica y tener un negocio las volvió blanco de agresiones por parte del padre de los niños y de las pandillas, quienes intentaron cobrarles “renta” por las ganancias que recibían con la venta de pan casero.

Intentaron llegar a los Estados Unidos, pero fueron detenidas en México y debido a que no se encuentran casadas fueron separadas. Tatiana tuvo que irse a la estación migratoria Siglo XXI, mientras su pareja y sus dos hijos fueron ingresadas al Sistema DIF de Chiapas.

Tatiana pasó por la estación Siglo XXI y un albergue para migrantes, en el que recuerda haber vivido diversos episodios de discriminación por parte de otras de las personas alojadas que supieron que es lesbiana y la aislaron con el argumento de que podían contagiarse de “su enfermedad”.

Después de algunos días en este albergue, le informaron de la existencia de Casa Frida e inmediatamente aceptó trasladarse. En este espacio se sintió segura y comprendida, recibió apoyo psicológico y pudo inscribirse al programa de empleo al que sumó a su pareja en cuanto les permitieron reunirse.

“Nos orientaron para tener una resolución positiva en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y en el tema de empleo nos dijeron cómo inscribirnos en un programa de Bienestar, también nos dan charlas de derechos humanos y para que podamos retomar nuestro proyecto de vida”, cuenta Tatiana.

Desde México, y con la seguridad de saber que cuenta con documentos que le permiten estar y trabajar en este país, Tatiana se muestra contenta y tranquila.

“Ahorita que ya tenemos la resolución hemos estado ahorrando un poco y nuestra idea es buscar algún lugar para establecernos por un tiempo; ya luego veremos la forma de cruzar a Estados Unidos porque aunque ahora tenemos apoyo acá, ese es nuestro destino”.

Los registros de Casa Frida indican que ocho de cada 10 personas que buscan su apoyo son jóvenes de entre 18 y 30 años. En el caso de los migrantes, estos provienen principalmente de Honduras, Guatemala, El Salvador, Venezuela, pero han atendido a personas incluso de Rusia y República Checa.

Contrata LGBTIQ: ¿Cómo funciona?

A la fecha, Casa Frida ha podido vincular a por lo menos 58 personas LGBTIQ con alguna empresa u organización para que obtenga un empleo. Tienen por lo menos 95 solicitantes activos en su sistema de empleabilidad, entre personas que se alojan en su albergue de la Ciudad de México y las que se encuentran en Chiapas.

Para suscribirse a su sistema, Casa Frida tiene un enlace a un formulario, que se encuentra disponible en su página web y redes sociales.

Este formato les permite conocer la situación particular de cada solicitante: si estos se encuentran viviendo alguna situación de violencia, si tienen trabajo o se encuentran en busca de uno y qué tipo de habilidades tienen, para poder acercarlos a una empresa u organización cuyo perfil se ajuste mejor a ellas.

“Hay personas que actualmente trabajan en empresas donde no tienen políticas incluyentes o sufren situaciones de maltrato, algunos más que por la pandemia no han podido recuperar sus ingresos y deben recurrir a dos o más empleos, o quienes por su orientación o identidad de género no han accedido a trabajo. A la par, trabajamos con equipos de talento humano, dirección y liderazgo de las compañías, para que estas realmente sean espacios seguros para la comunidad”, detalla Ian.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al menos el 28.1% de las personas LGBT reportó haber recibido un trato desigual en el trabajo, o haber sido víctima de comentarios ofensivos.

El INEGI preguntó a las personas LGBTIQ en México qué tan satisfechas se sienten con tres aspectos de su vida: su situación económica, la laboral y con su relación familiar. De estos tres, aquella en la que menos se sintieron “muy satisfechos” o “algo satisfechos” fue el trabajo, con 28.8% y 23.3%, respectivamente. Se sienten más complacidos con sus relaciones personales, y en segundo lugar, con el tema de su economía.

Es por eso que Casa Frida tiene la responsabilidad de asegurarse que las empresas en las que consiguen vincular a las personas beneficiarias lleguen a espacios laborales realmente seguros, donde no estén en riesgo de volver a vivir violencia por motivos de su orientación o identidad de género.

“Para verificar que las empresas efectivamente son seguras, nosotros establecemos comunicación constante con ellos y tenemos un convenio de colaboración en el que señalamos que deben contar con un grupo del orgullo y con información clara y accesible para las personas de la comunidad sobre sus derechos y políticas de inclusión”, explica Hernández.

Ambientes de confidencialidad sobre la información de las personas, que se respete su uso de pronombres y el nombre de su elección, además de asegurar que cuentan con salarios dignos y prestaciones de ley, también son parte de los requisitos.

Actualmente, 58 empresas cuentan con el aval de Casa Frida como espacios seguros, entre ellas las farmacéuticas Organon y GSK, los hoteles Ibis, automotrices como General Motors, así como algunas de alimentos como McDonald’s; en el caso de HP, les ha brindado talleres y capacitaciones constantes.

¿Eres una persona LGBTIQ y te encuentras en búsqueda de empleo, o quieres que tu empresa forme parte del sistema para emplear a población de la diversidad sexual? Ponte en contacto con Casa Frida a través de sus redes sociales o su página web.

“Dejamos abierto el canal de comunicación desde las redes y nuestra página para buscar y ofrecer estrategias conjuntas, porque al final del día, el objetivo es buscar mejores condiciones de vida para todas las personas de la comunidad LGBTIQ”, invita el coordinador del programa en Casa Frida.

Comunidad LGBTIQ discriminada

Entre enero y septiembre de 2022, el Instituto Nacional de Migración registró la entrada de 136 mil 640 personas al país por razones humanitarias. En este periodo de tiempo, las autoridades mexicanas otorgaron 89 mil 218 tarjetas de visitante por este motivo.

Acerca del fenómeno de la migración de personas LGBTIQ de El Salvador por motivos de violencia y discriminación, la organización internacional Human Rights Watch (HRW) documentó que el propio gobierno reconoce que enfrentan actos de tortura, trato inhumano o degradante, uso excesivo de la fuerza, detenciones ilegales y arbitrarias; así como otras formas de abuso.

Tan solo entre enero de 2007 y noviembre de 2017, más de mil 200 salvadoreños pidieron asilo en Estados Unidos por temor de ser perseguidos por motivos de orientación sexual o identidad de género.

“El Salvador no brinda protección efectiva a sus propios ciudadanos LGBT, ni mucho menos a quienes huyen de otros contextos de persecución”, refiere HRW.

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