30 mil niños y adolescentes son parte del crimen organizado
30 mil niños y adolescentes son parte del crimen organizado
Los menores los ven como una oportunidad para mejorar su situación económica, así como para tener reconocimiento y respeto.
Al menos 30 mil niños y adolescentes forman parte de las filas del crimen organizado en México, quienes se dejan reclutar para que su familia tenga mayores ingresos, siendo el sexo masculino el más afectado, llegando a realizar actividades como extorsión, tráfico de personas y trasiego de droga.
Una nota publicada en el diario El Universal indicó que, según el estudio Violencia armada y afectaciones a la niñez y la adolescencia, del organismo social Tejiendo Redes Infancia, los afectados son menores de 18 años.
El crimen organizado recluta en su mayoría en comunidades pobres, donde los menores los ven como una oportunidad para mejorar su situación económica, así como para tener reconocimiento y respeto.
Los niños, niñas y adolescentes que llegan a formar parte de las filas de bandas delincuenciales desarrollan actividades como vigilantes, en un principio, para luego incursionar en actividades violentas, como el secuestro.
Además, se señala en la nota de El Universal, el crimen organizado aprovecha cuando los menores acuden a la escuela y salen de ella para reclutarlos con ofrecimientos de tener grandes ingresos.
En el reporte también se precisa que las prácticas de uso, vinculación y reclutamiento de menores de 18 años por parte de grupos armados son otra forma de violencia en la que está inmersa la población infantil de Latinoamérica.
También se informó que bandas del crimen organizado aprovechan la situación de pobreza para ofrecerles dinero a cambio de cooperación en sus actividades, lo que representa la oportunidad que no encuentran en la esfera civil.
Sin embargo, se debe aclarar que las niñas, niños y adolescentes no se vinculan a los grupos armados por su propia voluntad, en ningún caso en el reclutamiento media la voluntad de ellos, pues por su edad únicamente es un acto de fuerza facilitado por la vulnerabilidad social y económica de los afectados.