Vanguardias Artísticas del Siglo XX

Tercera y última parte.

Recordemos que las “Vanguardias” fueron corrientes artísticas que se desarrollaron en la primera mitad del siglo XX y son la manifestación del posicionamiento del artista ante el arte, que ya no estaba interesado en imitar a la naturaleza, sino en reflexionar sobre el arte en sí y sobre su lenguaje, con una actitud más agresiva y provocativa. Para dar a comprender el sentido de su búsqueda, los artistas redactaban manifiestos, por lo que el espectador requiere de una actitud más comprometida y participativa. Desde luego esto causó un fuerte impacto en el gran público y los cambios no fueron siempre bien recibidos, sin embargo, en el devenir de la historia se ha podido ver que esos grupos fueron, en efecto, los que marcaron “La vanguardia” del cambio. Más adelante volverían una y otra vez a “reciclarse” los estilos, pero de ello hablaremos más adelante.

Surrealismo: Surge en el periodo de entre guerras, de 1924 a 1939. El Dadaísmo y el Cubismo fueron los antecedentes de este movimiento que reivindicaba lo intuitivo y lo espontáneo, en contraposición con lo racional y lógico, que, según ellos, eran las maneras que imperaban en el arte tradicional.

Escrito por el francés André Bretón, el Manifiesto Surrealista toma las bases científicas e ideológicas de las teorías de Sigmund Freud, que entusiasmaron a los surrealistas y revolucionaron a toda la sociedad de su tiempo.

El objetivo de los artistas reunidos por estas ideas, era mezclar el consciente y el subconsciente, para crear una “suprarrealidad”, que sería el surrealismo. Quisieron entrar al subconsciente explorando el poder del sueño, la fantasía y el arte, ideando juegos o ejercicios: Por ejemplo, buscaban presentar estados alterados de consciencia, manteniéndose despiertos todo el tiempo que pudieran y antes de caer rendidos por el sueño, en un estado de semi – vigilia, escribían lo que les viniera a la mente sin pensar y sin importar la estructura o el sentido de las oraciones. A esto llamaban “escritura automática” y también lo hacían con el dibujo. Conseguían así un dictado del pensamiento sin la intervención reguladora de la razón y ajeno a toda preocupación estética o moral.

En la pintura se conocen dos corrientes de Surrealismo; por una parte, Girgio de Chirico, Pablo Picasso, Salvador Dalí, René Magritte y Francis Picabia, entre otros, fueron los artistas quienes exploraron el surrealismo figurativo, es decir que en sus obras les interesaba pintar objetos reales, reconocibles, aunque fueran estilizados y deformados. La otra vertiente fue el Surrealismo abstracto, completamente desligado de la figuración, solo color y formas simples, que fue desarrollado por Yves Tanguy, Joan Miró, Paul Klee y Hans Arp. y otros más. En la escultura participaron Giacometti, Henry Moore, Alex Calder, Max Ernst y Man Ray.

Es muy importante tomar en cuenta que todos estos artistas que participaron en el Surrealismo, luego pudieron unirse a otros movimientos, porque el pensamiento del artista -y mucho más en esos momentos- es experimental. El artista busca, indaga, encuentra y vuelve a empezar.

La corriente surrealista fue muy importante por la influencia que tuvo en todas las artes. Esto es muy evidente en literatura, con escritores como el propio André Bretón, Tristán Tzara, Guillaume Apollinaire, Lois Aragón y otros, así como Luis Buñuel en el cine.

El surrealismo llegó a muchos otros países como Checoslovaquia, Yugoslavia, Bélgica, Suiza, Inglaterra, Dinamarca, España y debido al gran movimiento migratorio que generó la situación bélica, también llegó a Nueva York, ciudad que más adelante se convirtió en el nuevo refugio de muchos artistas que llegaron, huyendo de las guerras y las persecuciones, y que generaron los movimientos que se dieron posteriormente.

Leonora Carrington, de origen inglés y Remedios Varo, nacida en España, vinieron a México y aquí desarrollaron su obra surrealista. La misma Frida Kahlo está considerada surrealista por algunos autores. Bretón la invitó a París a exponer, y aunque lo hizo, ella decía que sus pinturas no eran surrealistas porque no pintaba sueños, sino su propia realidad.

Con este  artículo cierro el recorrido que he querido proporcionarle a usted para dar una idea – o recordar, si ya lo sabe – de cómo se ha desarrollado el arte durante el periodo de finales del siglo XIX y la primera metad del XX, con la esperanza de tocar su curiosidad y que desee usted investigar por su cuenta, porque ésta es apenas una pincelada que quiere destacar el punto clave de las corrientes artísticas, esa idea específica que las identifica y distingue a unas de otras. La invitación está hecha.


Por: Renatta Vega Arias.

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