Estrategia de ecoeducación para resignificar los espacios de aprendizaje en el Telebachillerato
Por Julieta Hernández Dorantes.
La ecoeducación[1] es una propuesta co-operativa entre Frijot Capra y Edward T. Clark, que ellos definen como una estrategia exhaustiva para reestructurar la educación en todos sus aspectos, afirma el supuesto de que toda la vida en la tierra es ecología por naturaleza y se manifiesta a través de la teoría de los sistemas vivientes. El aprendizaje en la ecoeducación se basa en el pensamiento sistémico como parte esencial del enfoque de sistemas que ayuda a los jóvenes a comprender la complejidad del mundo que les rodea y los alienta a pensar en términos de relaciones, conectividad y el contexto; requiere de cambios de percepción.
Es por ello que se implementó esta estrategia en el Telebachillerato Chiltoyac, con el fin de conocer reacciones e incidir en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, para ello se llevaron a cabo diversas actividades que corresponden a la propuesta teórica de la estrategia educativa de ecoeducación. Este proceso llevado a cabo desde la perspectiva de la complejidad, a partir del diálogo, de la interacción con estudiantes, comunidad e indagación de las necesidades locales en un contexto global actual, es un intento de crear un vínculo entre la escuela y comunidad, en busca de un espacio para encontrarnos.
Situación que permitió interactuar con los jóvenes desde otra perspectiva de trabajo, para conocer: formas de vida, de pensar, sentir, convivir, el cuidado de la naturaleza; riqueza humana; convencidos que el sistema educativo requiere ser explorado, de manera que cada territorio se reconozca desde su identidad sociocultural e histórica, así como de su cosmovisión del mundo.
Una de las estrategias de ecoeducación es el aprendizaje basado en el lugar que promueve el cuidado del medio ambiente y el compromiso cívico, los estudiantes tienen un aprendizaje activo y participativo se involucran en la vida de sus comunidades, las actividades se dan fuera del aula en un entorno natural; con el fin de aplicar sus conocimientos a la resolución de problemas reales. Esta propuesta se recupera de David Sobel (2004), con raíces en la educación ambiental, quien retoma los aportes teóricos de John Dewey y Paulo Freire. Dewey lo denominó aprendizaje experiencial que involucra a los estudiantes en sus propios entornos, la educación basada en el lugar extiende el ambiente de aprendizaje más allá del aula hacia el resto del mundo, e invita a la comunidad a comprometerse como tutores.
El aprendizaje basado en el lugar comienza con preguntas tales como: «¿Dónde estoy? ¿Cuál es la historia natural y social de este lugar? ¿Cómo este lugar encaja en el resto del mundo? El aprendizaje tiene estudiantes fuera del aula, en la comunidad y el entorno natural. A través del diálogo de saberes se abre así una nueva perspectiva para comprender y construir un mundo posible sustentado en la diversidad de opiniones, bajo una convivencia en la diferencia. Compartimos la palabra, experiencias y entrelazamos nuestras historias de vida, es así, que nos fortalecemos aprendiendo.
Los procesos educativos encaminados hacia el logro de aprendizajes, se sustentan en las influencias sutiles, la incertidumbre, la subjetividad y el emocionar del ser. Se sustenta en la creatividad, a través de múltiples caminos: la observación, la interacción, la reflexión, la búsqueda de diferentes alternativas didácticas. Uno de los desafíos de nuestro tiempo es vislumbrar una sociedad sustentable; que va más allá de un desarrollo sostenido, no tiene que ver únicamente con el manejo adecuado de recursos para que las generaciones futuras puedan seguir utilizándolos.
[1] La ecoeducación es un modelo educativo integral, que se organiza sobre principios fundamentales de la ecología, su misión no es sólo generar un respeto por los recursos naturales del planeta, es crear una conciencia que pueda actuar en términos de totalidad, una conciencia con habilidades instrumentales y capacidades holísticas. La estrategia de la ecoeducación hace un uso de los descubrimientos de la ciencia de frontera, se interesa más en una mente capaz del autoaprendizaje que en transmitir conocimientos técnicos. (Clark, en Conferencia Internacional Sobre los Nuevos Paradigmas de la Ciencia, 1997:76)