La revolución de las conciencias para la educación en Veracruz (Plan Nahle-Tello)
POR: Luis Gerardo Martínez García
Muchos años, la administración pública le ha quedado a deber al pueblo mexicano una educación digna y justa. Ya la cuarta transformación dio los primeros pasos, aún así es urgente avanzar, en virtud de la grave crisis educativa en que nos dejó hundidos el neoliberalismo que buscó debilitar al Estado y robustecer a los oligarcas. Podemos hablar, durante estos últimos seis años, de la revolución de las conciencias como un tamiz en la nueva narrativa de la izquierda gobernante.
Pero, ¿qué es la revolución de las conciencias? “Ya se avanzó bastante en algo que es fundamental: el cambio de mentalidad del pueblo de México. Nosotros llamamos a eso ‘Revolución de las Conciencias’. Entonces, no es un movimiento, el nuestro, de una vanguardia, de un grupo de dirigentes, mucho menos de un líder. Es el movimiento de todo un pueblo”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Veracruz, históricamente ha sido fundamental en la educación del país. Por años, personajes e instituciones protagonizaron grandes aportes al sistema educativo institucional. El periodo neoliberal o neoporfirista empantanó la educación en el estado y borró a los personajes que podrían enriquecer los aportes pedagógicos.
Esto es, los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, es decir, 36 años del floreciente y conservador neoliberalismo que tanto daño hizo a la educación. Pongo un ejemplo: la educación superior se empezó a privatizar sin mayor rubor, cerrando las puertas en las instituciones públicas gubernamentales, con el justificante de la falta de cupo; a los jóvenes se les cerraron las posibilidades de continuar sus estudios, y los que si hicieron un esfuerzo doble tuvieron que irse a escuelas privadas, sin garantía de educación de calidad.
La Cuarta Transformación vino a representar una posibilidad para la sociedad. La educación es una responsabilidad del Estado; y ese modelo educativo del que se ha hablado: La Nueva Escuela Mexicana no debe salir de un escritorio, sino de la participación del pueblo. Ya el planteamiento lo hicieron varios compañeros, particularmente López Obrador, Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle, la Revolución de las conciencias es el eje rector de la educación en México.
En Veracruz, se deben reconocer los pendientes que debe enfrentar: que la nueva escuela mexicana ya no se vea como slogan, sino como paradigma. Ya el Plan Nahle-Tello adelantó la tarea, entre los ocho ejes de trabajo contemplan la Educación y señalan tres innovaciones: Implementación de Escuelas de Tiempo Completo para enseñar educación física y artística, Beca Universal para estudiantes de preescolar, primarias y secundarias públicas, y Rehabilitación de escuelas con el programa La Escuela es Nuestra.
Ya lo había yo señalado anteriormente: Claudia Tello, con su experiencia y formación, tendrá la fortaleza para construir un sistema educativo digno de las culturas, geografías, estadísticas, escenarios; ya basta de tanta simulación que sólo perjudica a la niñez, juventudes y personas adultas mayores que tienen fincadas sus esperanzas de vida en su educación; ya basta de derrochar recursos económicos sin metas claras; ya basta de burocratizar la educación y de seguir privatizándola. Hay que asumir la responsabilidad que les ha delegado el pueblo veracruzano, porque el poder se convierte en virtud cuando se pone al servicio del pueblo.
En este mismo sentido, Andrés Manuel López Obrador señaló: “Las grandes cosas se hacen con pasión, pero también se requiere la razón. (…) Lo más importante para un dirigente que quiere transformar es ser honesto. Porque al ser honesto, independientemente de sentirse uno bien con su conciencia, es uno libre”, remarcó.
Es momento de reivindicar a la educación que propone la Cuarta Transformación.