Violencia escolar, invisible para 15% de alumnos de secundaria
Por Emir Olivares Alonso.
La violencia en las escuelas no es responsabilidad de los niños, sino de la forma en que opera hoy día la sociedad. Este problema es un reflejo de la realidad del país, donde priva la desigualdad, la impunidad, la falta de autoridad, la exclusión, la desesperanza y la pérdida de control, aseveró Nelia Tello Peón, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.
La también coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia Escolar señaló que el problema no sólo se relaciona con un ambiente adverso o con las drogas, sino con la desconfianza, el rechazo y la exclusión.
En vísperas del Día Escolar de la No Violencia y la Paz (que se conmemora el 30 de enero), la especialista ofreció una conferencia de prensa en la que dio a conocer los resultados de un estudio que se aplicó entre más de mil 600 estudiantes de entre 11 y 17 años, que cursan segundo o tercer grado en secundarias públicas en la delegación Iztapalapa, en la ciudad de México, en el que concluyó que los adolescentes incurren en violencia escolar por la competencia, la individualidad y la necesidad de crear identidad con otros compañeros.
Tello Peón lamentó que en la llamada reforma educativa ejecutada por el gobierno de Enrique Peña Nieto no exista un planteamiento para erradicar la violencia escolar. Además, exhortó a la Secretaría de Educación Pública a revisar el manual de convivencia en los centros de enseñanza.
“Para mí es un antimanual de convivencia. Por ejemplo, cuando un niño llega tarde al colegio se le manda a limpiar las jardineras o lo dejan sentado afuera de la dirección, se le castiga con no entrar a clase. Lejos de incluir, se les excluye.”
Junto con su equipo de colaboradores, la académica –quien lleva 15 años realizando investigación sobre violencia en secundarias públicas– hizo un estudio entre octubre y diciembre de 2015, y de la muestra total 53 por ciento correspondió a mujeres y 47 por ciento a hombres. Indicó que ha dirigido sus trabajos en este tipo de secundarias porque en el sistema público es donde están inscritos más de 86 por ciento de los alumnos que cursan ese nivel.
La investigación arrojó que 35 por ciento de los estudiantes aseguran que se sienten presionados por sus amigos para hacer lo que no quieren, un tercio no puede expresar lo que desea delante de sus compañeros, 78 por ciento aceptan que hay violencia en las escuelas, pero 15 por ciento dicen que no existe tal. “Esto último –dijo Tello Peón– es muy preocupante, porque sabemos que la violencia existe, pero no la ven”.
Desde su punto de vista se trata de un problema que atañe a todos y mientras autoridades, docentes y padres de familia sigan responsabilizando los unos a los otros, no habrá solución. “Hay que dejar de negar la existencia de los problemas, aceptarlos y atenderlos”.
Otros resultados señalan que alrededor de 17 por ciento sufren otro tipo de violencia: la exclusión por ser diferentes, por el físico “ser el más feo o el más guapo”, por carecer de recursos, por sus diferentes capacidades de aprendizaje, por su incapacidad de relacionarse con otros, por tener problemas de adicciones o por estar embarazadas.
El estudio revela que en una de las zonas más pobres del país, 20 por ciento tienen todas sus expectativas económicas cubiertas; que la mayoría asegura que es su madre la persona en la que más confía, pero “no le cuentan cosas que les afectan realmente”; no confían en los profesores y en los orientadores e incluso ni en sus compañeros. (La Jornada)