Las dificultades que viven las mujeres al emprender muestran que el patriarcado persiste
Materializar una idea de negocio dentro del país resulta una labor compleja, que se dificulta en una proporción mayor si la persona que decide llevarla a cabo es una mujer mexicana
El estado actual de los emprendimientos liderados por mujeres dentro del país refleja la brecha de género que impera entre el ingreso, alcance y oportunidades que viven en comparación a las empresas creadas y manejadas por hombres, una situación que a la fecha, carece de una estrategia nacional para combatirla.
Las encuestas indican que este año terminará con una mujer en la presidencia de México, replanteando el paradigma del poder político que históricamente ha regido el país, sin embargo, dentro del ámbito económico no ha sucedido lo mismo, ya que el manejo de las empresas, la ocupación de las vacantes dentro del mercado laboral, el acceso a servicios financieros y hasta la implementación de ideas de negocios siguen siendo cuestiones dominadas por los hombres.
Y es que, si emprender en México no es fácil, es aún más difícil para las mujeres; al grado de que apenas dos de cada 10 empresas han sido fundadas exclusivamente por ellas, individualmente o con socias, lo que se refleja en que casi la mitad de dichas ideas de negocio funjan solo como una fuente alternativa de ingresos, ya que existen limitantes estructurales para que la población femenina del país pueda tener un mayor desarrollo empresarial, señala el estudio “Radiografía del emprendimiento en México edición mujeres”, elaborado por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
El señalamiento de Ramírez visibiliza el hecho de que, a pesar de que los emprendimientos liderados por mujeres facturan una menor cantidad de dinero al tener menos disponibilidad de tiempo para llevar a cabo actividades empresariales, persisten y resisten incluso a factores como la inseguridad y el menor acceso a financiamiento, los rubros peor evaluados para que una mexicana pueda “levantar la cortina” de su negocio, según el estudio.
“Decidí empezar a generar un ingreso con un negocio propio hace 20 años, para sacar adelante a mis dos hijos y lo más difícil fue conseguir el capital, porque los bancos no me resolvían, así que me apoyé de mis ahorros y de un préstamo familiar para invertir en acondicionar mi casa, para no pagar renta, y conseguir los aparatos necesarios para trabajar”, comenta Ruth Guerrero, masajista y dueña de un spa.
¿Qué barreras enfrenta una mexicana si desea emprender?
Los roles que la sociedad mexicana asigna a las mujeres tienen un impacto negativo directo en el papel que pueden desempeñar dentro de la vida económica del país y del emprendimiento; provocando, por ejemplo, una fuerte presión para generar un ingreso, en el caso de las jefas de hogar, al concentrar a su cargo una mayor cantidad de personas dependientes económicamente, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Además de la presión por generar un ingreso, se suma el hecho de que las mujeres destinan gran parte de su tiempo al trabajo del hogar no remunerado, que en el caso de las mexicanas más pobres asciende a 34 horas semanales en promedio, según el organismo encargado de medir las carencias sociales del país; lo que explica por qué la falta de disponibilidad de tiempo figura como uno de los principales motivos de fracaso cuando ellas quieren llevar a cabo una idea de negocio, alerta la Asociación de Emprendedores de México.
“Hay una restricción importante para que las mexicanas puedan desarrollar actividades económicas, como el emprendimiento, por la excesiva carga de trabajo, entiéndase horas, que tienen que destinar a actividades no laborales; porque incluso, una mujer que forma parte del mercado laboral debe seguir desarrollando dichas actividades, como cuidar a una persona o quehaceres domésticos, por encima de lo que el hombre aporta en ese sentido”, resalta Nabor Cruz, Secretario Ejecutivo del CONEVAL.
Lo que implica marginar a las mujeres que desean materializar una idea de negocio
Al marginar a la mujer mexicana del emprendimiento, no solo se desperdicia la creatividad y esfuerzo de más de 64 millones de personas, sino que se perpetúan las desventajas económicas que han dado pie a que los hombres tengan un mayor ingreso, más acceso a servicios financieros y mejores condiciones laborales, además de que prácticamente se clausura la oportunidad de que las mujeres puedan echar a andar un negocio, y de gozar de la libertad financiera que eso puede llegar a implicar.
“La falta de educación financiera fue uno de los retos más grandes que he enfrentado, porque se piensa que el dinero se va a quedar, pero se tiene que distribuir en gastos de inversión, renta, impuestos y cuando no se tiene esa educación es difícil dejar una ganancia para que el negocio prospere; además de la decisión de ejercer la maternidad cuando se emprende, porque no se dispone del mismo tiempo para cuidar a las bebés y acrecentar el negocio, porque quisiera hacer más, pero no puedo porque la prioridad son mis hijas” comenta Gabriela Chávez, dueña de un salón de belleza con más de una década de experiencia emprendiendo.
Las desigualdades entre hombres y mujeres que emprenden debe atenderse con urgencia
Ante la necesidad de abordar las asimetrías que existen dentro de las condiciones en las que se desarrollan el emprendimiento masculino y femenino nacional, es necesario que las iniciativas pública y privada adopten estrategias que permitan mejorar las condiciones para la creación y consolidación de empresas.
La economía mexicana guarda ciertas tendencias que se han enraizado dentro de lo más profundo de su población, al grado de considerarles una cuestión natural, como el hecho de que más de la mitad de la economía se encuentre localizada dentro de la informalidad, o que los salarios deben de ser bajos de forma generalizada, por ejemplo; y gracias a la brecha de género que impera dentro del desarrollo empresarial podría añadirse una más a la lista, la de que si emprender es difícil, para las mujeres mexicanas lo es aún más.
Por lo anterior es necesario que se implemente una estrategia de alcance nacional que busque proponer acciones para eliminar las brechas que enfrentan las emprendedoras en la gestión de negocios del país; donde sociedad civil, gobierno y clase empresarial puedan comprometerse a trabajar juntos para que ni una sola mexicana pueda verse limitada a la hora de emprender, considera Juana Ramírez, Presidenta del Consejo Directivo de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
“Se pretende poner propuestas al alcance de todos los que tengan el poder de implementar y amplificar soluciones en términos del emprendimiento y género; sabemos que, como en todo, una sola persona, una sola institución, una empresa o un gobierno no genera una sola solución que se requiere para generar ecosistemas de innovación colaborativa para estimular la creación y desarrollo de empresas”, resalta Ramírez.
Y es que, el hecho de que siete de cada 10 emprendimientos femeninos cierren durante los tres primeros años de operación, o que prácticamente todas esas ideas de negocio sean desarrolladas con recursos propios, la imposibilidad de que las mexicanas accedan a recursos crediticios, deja de manifiesto que urge mejorar los condiciones en que las mujeres emprenden.
Al momento, la ASEM ha puesto en la mesa la agenda público-privada para eliminar las brechas que enfrentan las emprendedoras en la gestión empresarial del país, una propuesta integral que abarca diagnóstico de la situación, programas a implementar, evaluación de las estrategias desarrolladas y la creación de una red de mentorías para desarrollo empresarial con enfoque de género, la cual se entregará a cada equipo de las personas que esperan a gobernar el país y que contenderán en las próximas elecciones, justo con el objetivo de que el emprendimiento femenino mexicano se aborde con la urgencia que merece.
- Reporte Indigo