La escalera de la democracia

Héctor M. Magaña

 

¿Qué hay detrás de la “marcha por la democracia” del INE? ¿Qué hay detrás de la campaña que promueve la teoría de un narco-Estado? ¿Qué hay de la supuesta destrucción de la democracia por parte del presidente hacia el INE? A todas estas preguntas Fabrizio Mejía Madrid trata de buscar una respuesta por medio de su columna en Sin Embargo.

 

La campaña de desacreditación por parte de la oposición ha recurrido a los bots y a los trolls de internet para crear un panorama de desinformación hacia Morena y su campaña. No cabe duda de que la popularidad de los candidatos es muy marcada. En cada momento vemos que las encuestas marcan una tendencia clara: “(…) según el análisis de Tlatelolco Lab de la UNAM, de todos modos la gente que nunca votaría por Gálvez aumentó al 47%, mientras que Claudia se conserva en un modesto 15%.”

 

La campaña de desinformación se basa ante todo en un descubrimiento reciente: “La aportó Julián Macías, analista de redes, cuando reveló que es Atlas Network el que está detrás de las campañas orquestadas contra Andrés Manuel y Claudia Sheinbaum tratando de vincularlos con el crimen organizado, presentando entrevistas con encapuchados que lo aseguran, generando una tendencia completamente artificial en las redes que se alimenta de sí misma a favor de Xóchitl Gálvez.”

 

Solo queda aclarar lo que hay detrás de “la marcha por la democracia”. Basta decir en este caso, que, dicha marcha es ante todo una muestra de que para los oligarcas de la hegemonía que marcó el siglo pasado, la democracia es una construcción de burocracias sobre burocracias. La democracia, es a final de cuentas, una sucesión de máscaras que pretenden ocultar al pueblo, para mostrar el horror de las manifestaciones, del voto popular y de la “ignorancia” de las clases populares.

 

“Para Lorenzo (Córdoba) la democracia es una construcción, como de escalera al cielo, en donde los carpinteros son los abogados, no el pueblo, no las manifestaciones, la difusión política casa por casa, no la exigencia, la indignación, y la fe de volver a intentarlo, una y otra vez, de manera pacífica. La democracia de Lorenzo no es producto político, cultural y moral de las movilizaciones desde abajo, de los pobres, de los hartos, sino de unos diseñadores de organigramas.”