Economía entre incertidumbre y contiendas en 2024

Las estimaciones de diversas organizaciones apuntan a que este año tendrá como escenario base un contexto marcado por el bajo crecimiento económico global, la persistencia de las presiones inflacionarias y las altas tasas de interés para combatirlas

Gracias a los efectos de la política monetaria implementada para contener las presiones inflacionarias que han afectado a gran parte de los mercados, se espera un 2024 con un crecimiento económico global significativamente inferior, al mismo tiempo que se sostendrá una contienda álgida por el poder en gran parte de Norteamérica.

El año nuevo llega en el marco de un panorama internacional caracterizado por conflictos bélicos, la reconfiguración de las cadenas globales de producción y un consenso generalizado sobre la perspectiva de que al mundo le espera un magro desempeño económico durante los próximos 12 meses.

Lo anterior encuentra su fundamento en el reflejo de las altas tasas de interés que han intentado frenar el incremento de precios en bienes y servicios que se ha experimentado desde Francia hasta Estados Unidos, y que ha puesto a prueba la resiliencia de las economías en 2023.

“A medida que la inflación cae hacia las metas de los bancos centrales, la política monetaria se volverá cada vez más restrictiva en términos reales. Es probable que la resiliencia que exhibieron las economías globales durante gran parte de 2023 se desvanezca a medida que se atenúen los efectos de la política fiscal expansiva y el exceso de ahorro de la era COVID”, alerta Vanguard sobre la economía global en 2024.

Al respecto, otro gigante financiero como BlackRock coincide en que la nueva normalidad en términos macroeconómicos y financieros a nivel global para este año será una donde las altas tasas de interés, la persistencia de las presiones inflacionarias y la moderación del crecimiento económico figurarán como el escenario base.

Del panorama mencionado anteriormente se desprende que organismos como el Banco Mundial ya den por descontado que la actividad económica se desacelere, enfatizando el impacto que las condiciones financieras estrictas ha tenido en sectores como el comercio,  incluso llegando a niveles históricamente inferiores, como lo prevé el Fondo Monetario Internacional.

“La implicación es que incluso si los bancos centrales comienzan a recortar las tasas de interés oficiales, las mantendrán lo suficientemente altas como para reducir las presiones sobre los precios. Los efectos retardados y continuos de las elevadas tasas de interés reales mantendrán débil la actividad global, moderando así aún más las fuerzas inflacionarias en los próximos meses”, advierte el Banco Mundial sobre los efectos que se presentarán durante este año por la aplicación de una política monetaria restrictiva.

Por su parte, Los titulares del Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos han dejado claro que continuarán tomando las medidas necesarias, por el tiempo que haga falta, para que las presiones inflacionarias lleguen a un rango objetivo y manejable, aunque eso implique provocar una desaceleración pronunciada en sus economías.

Para el caso mexicano sucede algo similar, ya que la junta de gobierno del Banco de México mantiene la tasa de interés de referencia en 11.25 por ciento, justificando dicha acción por el hecho de  que la actividad económica global se ha desacelerado, provocando una disminución en la inflación general que, a pesar de la estrategia monetaria, permanece en niveles superiores a los objetivos de sus bancos centrales.

“La junta de gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Considera que, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3 por ciento, será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual por cierto tiempo. Ello tomando en cuenta que, si bien el panorama todavía se percibe complicado, se ha avanzado en el proceso desinflacionario”, señala Banco de México de cara a 2024.

A la serie de factores que proponen un próximo año complejo en términos económicos, se suma el hecho de que dos de las naciones que componen a una de las regiones más importantes del mundo entrarán en procesos electorales para elegir a sus nuevos líderes políticos, y el proyecto económico que representan.

México y Estados Unidos en año electoral ¿Qué implica?

La economía más grande del mundo buscará un nuevo representante luego de la conclusión de la  administración de Joe Biden, y donde la sombra de Donald Trump a partir de su estrategia económica caracterizada por las sanciones comerciales y la persecución, además de estigmatización, de la mano de obra migrante, amenazan con retornar a la Casa Blanca.

Por otro lado, México, posicionado como la doceava economía más avanzada, según el Fondo Monetario Internacional, dará paso a las elecciones que confirmarán la continuidad del modelo obradorista basado en una mayor intervención del gobierno en la esfera económica del país o el retorno de las ideas que guiaron a la nación por más de 40 años, ya que la candidata Xóchitl Gálvez representará a los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, gobernantes de México en el periodo conocido como neoliberal.

Al momento, agencias calificadoras, organismos internacionales y analistas descartan un efecto negativo al interior de la economía norteamericana por ambos eventos electorales, sin embargo, la incertidumbre que generan se abona al, ya de por sí, panorama complejo que se proyecta para 2024.

-Reporte Indigo