Astillero

El desenlace de una primera parte de la telenovela norteña estelarizada por Samuel García y Mariana Rodríguez parece, en primera lectura, una fatigosa y mínima victoria de la pareja fosfo fosfo. Batalló, pero logró regresar el gobernador de Nuevo León al mismo lugar del que había partido para intentar una aventura presidencial sin mucho sustento.

Dejó Samuel García de ser aspirante a la banda tricolor en el pecho, se exhibió como imperito grave en materias jurídica, política y electoral, sumió a Nuevo León en la incertidumbre e incluso el riesgo de violencia física, llegó a niveles ridículos en lo personal y entrampó al partido Movimiento Ciudadano, que quedó francamente chamaqueado, pero… uf, pudo regresar al mando neoleonés antes de que sus adversarios le hurgaran cuentas mediante un gobernador interino de bando contrario.

La presunta victoria, sin embargo, podría ser pírrica. Pues, en aras de regresar al control de las combinaciones de las cajas fuertes presupuestales, con sus haberes y faltantes, se reconoció lo que el jurista Francisco Burgoa precisó en un tuit: Samuel García sí gozó licencia desde las 0:00 horas del 2 de diciembre de 2023 hasta las 14:08 horas del 4 de diciembre de 2023; en ese tiempo, SG no era gobernador en funciones. Lo anterior, para los efectos legales procedentes.

El periodista regiomontano César Cepeda lo planteó así: “Para el @CongresoNL, con estos acuerdos aprobados hoy en el pleno incluso por la bancada de @MovCiudadanoNL, se deduce que todos los actos que realizó @samuel_garcias durante sábado, domingo y parte de lunes fueron ilegales”.

¿Acuerdo político final entre MC-Samuel y PRI-PAN? ¿Olvido concertado de sus ilegalidades cometidas cuando había un gobernador interino? ¿Guerra judicial continuada?

Uno de los políticos más activos en México es el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, quien suele reunirse con gobernadores, empresarios, deportistas, líderes partidistas, opositores, miembros del gabinete federal y, como nunca en la agenda de los antecesores diplomáticos, frecuentemente con el Presidente de la República.

Ayer dio una muestra más de ese manejo político al informar mediante las redes sociales de los encuentros que sostuvo con las dos aspirantes presidenciales, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, a quienes mencionó en este orden. La composición gráfica consistió en sendas imágenes en un solo mensaje, aunque más cerrada la toma correspondiente a la opositora, con las banderas de México y Estados Unidos como testigos. También en redes, ambas invitadas dieron cuenta de la reunión con sobriedad declarativa, diríase que protocolaria.

Pero la virtual panista Gálvez luego declaró: le dije básicamente (al embajador Salazar) que yo estaba sufriendo un ataque poco democrático del gobierno, porque ahora no sólo me atacan a mí, apoyan a un tercer candidato para que me ataque. O sea, hoy lo vimos claramente en la mañanera; o sea, no sé de dónde saca tanto dinero Samuel para pautar los pocos días que estuvo. Fue impresionante cómo tiene un apoyo del Presidente de la República, y eso no es democrático. Yo sí le dije, pues a ver, volteen a ver lo que está pasando en México (nota de Víctor Gamboa: https://goo.su/UZf8yv).

La invitación o petición a Estados Unidos para que tienda (no sólo) la vista fue acompañada por la candidata de la coalición ahora denominada FUC (¿cuántos cambios de nombre lleva ese frente tripartidista?) de una especie de guiño u oferta: le dejé claro que yo no me vinculo a gobiernos autoritarios o que no sean democráticos, o sea, se lo dije abiertamente, yo no invitaría a desfilar a Venezuela ni a Cuba como presidenta de este país.

El esfuerzo de adherencia xochitleca a las necesidades geopolíticas de Washington y la solicitud de intervencionismo, aunque fuera solamente visual en los asuntos políticos mexicanos, pareciera un SOS ante el estancamiento electoral del citado FUC (Fuerza y Corazón por México, en español). ¡Hasta mañana!

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-La Jornada