La no-intervención como política exterior en México

 

Por: Yamil Alfonso Maldonado Uriostigue

Para poder comprender las relaciones con las que cuenta México en el plano internacional es necesario comprender la política exterior que ha caracterizado al país desde los tiempos de Lázaro Cárdenas.

Una de las principales características que distingue a la política exterior mexicana es la determinación de abstenerse a fomentar o provocar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra naturaleza, al igual que no tolerar actividades armadas o terroristas con el fin de obtener ventajas o beneficios sobre otro estado soberano.

Este principio pone como objetivo el derecho del mismo país, al igual que el de los demás estados soberanos, de conducir sus asuntos políticos sin la inferencia del exterior. La política de no intervención en conjunto con una de colaboración internacional que caracteriza a México se ha visto reflejada en las relaciones diplomáticas y comerciales que ha ido creando el país a lo largo de los años. El T-MEC, la alianza del Pacífico, las relaciones comerciales con Japón al igual que las relaciones con Reino Unido son un reflejo de las relaciones que ha logrado México y que han sido empujadas por la política exterior que lo caracteriza.

Otro aspecto importante de su política ha sido la defensa de sus intereses. Esto lo podemos ver en disputas que ha tenido con su país vecino: Estados Unidos. Una de estas crisis fue provocada por la crisis de fentanilo en la que se responsabilizó a México y con la que se quería justificar una posible intervención armada.

Conflictos como este han hecho que México haya salido bastante bien posicionado debido a su política exterior, no solo al pedir el mismo derecho internacional de no intervención, sino también por la simpatía que ha generado con otros países, como China. México, en sus más recientes conflictos con Hong Kong, se posicionó en favor de la libre autodeterminación de los pueblos y apoyó la pertenencia de esta región al país asiático.

Si bien, la política exterior que caracteriza a México no es fluctuante con el pasar de los sexenios, es importante el poder mantener una posición de colaboración internacional y en la que se respete la decisión de los pueblos sobre su forma de gobierno.