Yunes Márquez cae; Cuitláhuac y Pepe Yunes crecen

Por Álvaro Belin Andrade*

A diferencia de la elección presidencial, en que parece que no hay manera de variar las tendencias que marcan los resultados de todas las encuestas aplicadas hasta el momento, con un Andrés Manuel López Obrador impertérrito pese a los ataques, en la elección de Gobernador de Veracruz las cosas marchan de diferente manera.

En la última encuesta de ISA Investigaciones Sociales Aplicadas, publicada por el portal Al Calor Político, se ha observado, respecto del anterior ejercicio, un incremento en las preferencias electorales de Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, de hasta 4 puntos, lo que le ha permitido colocarse en el primer lugar con 31 por ciento, desplazando al candidato del PAN, Miguel Ángel Yunes Márquez, al segundo lugar, con 28 por ciento, luego de perder dos puntos porcentuales. En cambio, el candidato del PRI, José Francisco Yunes Zorrilla, colocado en el tercer sitio desde el principio, logró subir un punto porcentual desde el inicio de la campaña el domingo 29 de abril, consolidando una tendencia de crecimiento que no ha tenido titubeos.

Ayer escribimos en este mismo espacio lo siguiente:

“Que Cuitláhuac marcha en primer lugar lo demuestra la desesperación del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien cada día inyecta más recursos a una campaña [la de su hijo] que puede sufrir el voto de castigo por la desastrosa administración panista, una de cuyas principales evidencias es la creciente violencia criminal, que no disminuye a pesar de conferencias de prensa. Pero el gobernador panista no solo está preocupado por Morena sino también porque, mientras su hijo no crece y se estanca, el priista Pepe Yunes ha mostrado mayor dinamismo, y la campaña electoral que realiza puede catapultarlo para lidiar con Cuitláhuac en la cúspide.”

La encuesta aparecida este jueves parece confirmar estos pronósticos. Y es que pese a una campaña intensa en redes e internet, donde es prácticamente atosigante la aparición de los videos promocionales de Yunes Márquez, todo parece indicar que los veracruzanos le están recetando su malestar al hijo del actual gobernador en las propias redes sociales, donde se destaca la incapacidad del gobierno actual para contener la violencia criminal, su constante rijosidad con alcaldes, el nulo crecimiento del empleo y la economía y su nula transparencia presupuestal, que ha hecho que ni siquiera haya entregado la cuenta pública 2017 al Congreso local, cuando el plazo para hacerlo venció el pasado 30 de abril.

La encuesta de ISA fue aplicada del 5 al 7 de mayo, con 1070 entrevistas en vivienda. Y contra lo que ayer comentaba, sobre el candidato panista Miguel Ángel Yunes Márquez  el 88 por ciento de los encuestados respondió que sí ha oído hablar de él, si bien la marca homónima con la de su padre pudo haber confundido a la población; el siguiente en ser identificado es Pepe Yunes, con el 75 por ciento, mientras que el 74 por ciento dijo haber oído hablar de Cuitláhuac García; de Miriam Judith González Sheridan, solo 44 por ciento reconoció haber oído hablar de ella.

 

Opinión negativa y positiva

En opinión negativa, se lleva las palmas el candidato del PRI (33%), seguido del candidato del PAN (32%) y el de Morena (26%). En opinión positiva, la marca se la lleva el de Morena (32%), seguido del candidato del PRI (28%) y el del PAN (26%). La candidata de Panal tiene 27% de opinión negativa, por 24% positiva.

 

En riesgo, la herencia de Yunes Linares

Aunque alguien que desconociera el estado, al ver los resultados de preferencia electoral en esta encuesta (la más seria y confiable por cierto), podría decir que la situación del candidato oficialista no es tan grave, habría que decirle que así va pese a que su padre, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, le ha echado toda la carne al asador desde que asumió el poder para colocarlo en el imaginario colectivo.

De hecho, desde antes de tomar posesión del cargo, Yunes Linares lanzó a su hijo, entonces alcalde de Boca del Río, a encabezar la protesta de los alcaldes panistas y perredistas contra el gobierno de Javier Duarte, para exigir que se les cubriera la enorme deuda por retención de sus participaciones federales, y hasta hizo que liderara la toma del Palacio de Gobierno y luego la Casa Veracruz, junto con sus huestes, en un arrebato impensable hoy en un Veracruz bajo su mano autoritaria, para que empezara a ganar titulares. A ese acto que hoy consideraría vandálico acudió el entonces dirigente nacional del PAN y hoy candidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés, quien durmió para la foto sobre una cobija tirada en las frías baldosas del Palacio de Gobierno.

Prácticamente, Yunes Linares no ha gobernado al 100 por ciento. La mayoría de su tiempo lo ha dedicado a hacer las alianzas necesarias, corromper a dirigentes opositores, amenazar con cárcel a militantes de otros partidos para que le hagan el trabajo sucio, controlar el Organismo Púbico Local Electoral (OPLE) total y vergonzosamente sometido a él, hacer que toda la burocracia estatal se vuelque en todas direcciones para hacer proselitismo y comprar votos, y sobre todo, destinar la mayor proporción del presupuesto 2018, que él maneja como abarrotero, a programas asistencialistas orientados a coaccionar el voto de miles de veracruzanos.

Que todo ese aparato lanzado con todo el poder y el dinero no esté sirviendo para que el chamaco logre ganar en la preferencia electoral y, en cambio, retroceda frente a su más cercano competidor y esté en riesgo incluso de quedar en tercer lugar, debe indicarle algo al patriarca: no le ha resultado gastar el dinero público en cuestiones electorales, cuando le hubiera resultado más positivo si se hubiera dedicado a gobernar un estado que, junto con Tabasco y Chiapas, no ha logrado crecer económicamente.

 

Veracruz, uno de los tres patitos feos de la economía

Según el reporte de la organización “México, ¿cómo vamos?, tres de los nueve estados que elegirán Gobernador el próximo 1 de julio tuvieron el peor desempeño económico en los últimos seis años. En efecto, los indicadores están en números rojos en Tabasco, Chiapas y Veracruz.

Los Semáforos Electorales Estatales de “México, ¿cómo vamos?”, según revela la nota aparecida en el portal Sin Embargo, evaluaron a los gobernadores salientes con base en seis indicadores económicos: crecimiento económico, generación de empleo formal, informalidad laboral, productividad laboral, pobreza laboral y deuda pública.

De acuerdo con los resultados, la situación más alarmante es en el estado de Tabasco, en donde el crecimiento ha caído un 3.1 por ciento. “La entidad gobernada por el perredista Arturo Núñez Jiménez también muestra cifras negativas en la generación de empleos formales. A finales de 2017 había 16 mil 842 empleos formales, menos de los que había cuando inició la administración.”

Sobre nuestro estado, apunta: “Veracruz, gobernado por el panista Miguel Ángel Yunes Linares, es otra de las entidades que tienen un mal desempeño económico. En el último año, 2017, el estado decreció 1.3 por ciento.

“En lo que respecta a la productividad laboral, Veracruz y Puebla, entidades en donde se dieron las “minigubernaturas” de dos años, fueron los estados donde disminuyó el valor de la producción por cada hora trabajada.”

Y añade: “Al analizar el crecimiento económico en las entidades que tendrán elecciones en julio se concluyó que únicamente dos estados –Puebla y Guanajuato– alcanzaron la meta de crecer al 4.5 por ciento promedio anual durante sus respectivos periodos de gestión.”

Como en los casos de violencia criminal, es posible que Yunes Linares salga a rebatir los resultados, o a atribuirlos a su antecesor. Lo cierto es que no ha sido capaz de dar orden y dirección a Veracruz, en gran parte porque está dedicado en cuerpo y alma a lograr gobernar otros seis años teniendo a su hijo como prestanombres.

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^Colaboración