El báculo de la 4T

Héctor M. Magaña

El periodista Pedro Mellado en su video-columna de Sin embargo quiso hacer un comentario de un hecho que pasará a la historia: la presidencia de Claudia Sheinbaum. Para él es claro: la presidencia solo puede ser de Claudia, no de Xóchitl. Las razones son claras: la presencia de la encuesta que, recordemos fue dirigida a los mexicanos y no a militantes del partido, muestra que Morena sigue en lo alto.

Más allá del hecho de que la dirigente del país sea una mujer, cabe destacar que con la entrega del bastón por parte del presidente estamos siendo testigos, no solo del traslado del poder, sino de un proyecto de linealidad que no hemos visto antes. Antiguamente, el cargo de presidencia llevaba consigo un estilo propio que difería en cada sexenio. El PRI era un partido, con muchos estilos y muchos personajes.

Con la presencia de Claudia Sheinbaum estamos viendo una linealidad y congruencia detrás de la 4T y Morena. Algo que ni Lázaro Cárdenas ni Benito Juárez lograron concretar. Las causas eran varias: desde las unidades (o rupturas) de las reformas agrarias, las condenas de la iglesia católica o las intervenciones de Estados Unidos. Por primera vez, en lo que va de 2023 y posiblemente en 2024, se puede notar una especie de armonía y paz en los eventos democráticos en nuestro país.

En 2024 no vemos políticos moderados, no vemos tibieza en cuanto al interés de la ciudadanía por la figura del presidente y de su sucesora. “La mayoría del pueblo, que respalda a López Obrador y a la Cuarta Transformación, hará ganar a Claudia Sheinbaum el domingo 2 de junio del 2024. Son por lo menos 30 millones de personas que se benefician con los programas sociales del Gobierno federal, que en un hipotético escenario de participación, en el cual acudiera a las urnas el 64 por ciento de los mexicanos que tienen credencial de elector, representarían, potencialmente, el 48 por ciento de la votación que podría captarse en todo el país.”

En este sentido, el bastón (o báculo) no es solo un símbolo del traslado del poder, es también un símbolo de la unidad y linealidad en cuanto a valores, misión y propósito de un partido político y de una nueva visión sobre el destino de nuestro país. Este partido que aunque es tolerante con miembros no permite las rupturas y las disonancias. El caso de algunas de las “corcholatas” (que despilfarraron en recursos) y el caso de Marcelo Ebrard (quien tomó un actitud voluntariosa con respecto al partido) quedaron como muestra de que un partido político, Morena, promovió la unidad frente a cualquier tipo de interés.

La columna de Pedro Mellado no podría ser más elogiosa: “Sheinbaum llegará a la Presidencia de la República en el 2024, lo que profundizará el envilecimiento de esa prensa canalla, que avanza enfebrecida hacia su natural extinción”.