No estamos en 1976

Héctor M. Magaña

Cuando Carlos Fuentes, en los años setenta, gozó de una importante presencia política apoyó a Luis Echeverría Álvarez. El presidente que se hizo famoso por el fúnebre hecho conocido como “El halconazo”. Carlos Fuentes quedó hechizado por el aura que desprendía el político, un aura de regreso a las raíces indígenas del país. Echeverría se construyó una imagen de político comprometido con el legado histórico del país (incluso tenía en su casa diversas baratijas inspiradas en motivos aztecas). Carlos Fuentes, el intelectual, declaró: “Es Echeverría o el fascismo”.

Eso fue en los años setentas, y hoy por hoy varios intelectuales siguen viviendo en aquellos días. Alejandro Páez Valera, en su columna de Sin embargo viene a denunciar a nuestros intelectuales, aquellos que apoya a Xóchitl Gálvez por su “indigenismo” y por su historia de superación social y económica. Se hace clara la referencia, tanto en los pensadores actuales como en los de los setentas que no han podido ver más allá del velo del “indigenismo”. Un velo que siempre seduce los mexicanos.

Xóchitl lo sabe muy bien, no por nada se ha apropiado de la imagen de la Virgen de Guadalupe como quien se apropia de una imagen de marca publicitaria. Ante la multitud que se congrega a su imagen se hallaban figuras tales como Enrique Krauze. Caso que también recuerda a “José López Portillo en 1976. ‘Por aclamación’, se llamaba a la rutina donde las élites del poder ungían al elegido (en este caso elegida) y luego se transmitía la decisión a un segundo nivel y luego los de abajo protagonizaban la cargada, con tamboras y serpentinas, con flores y humo del copal.”

Pero ante el escenario de 1976 (con la Guerra Fría) lo moderno se presenta con la ultraderecha como sombra. Una sombra que la candidata de Frente Amplio abraza, y es que ella es capaz de abrazar todo con su gigantesco huipil. La candidata es la viva imagen del eclecticismo: “Yo a la ultraderecha le voy a dar certeza jurídica, le voy a dar energía limpia para que hagan negocios. Van a pagar impuestos porque van a hacer más negocios, la libre empresa está clara, no soy una persona que crea que el Estado tenga que tener monopolios”. Su eclecticismo se confunde con el monopolio que ella misma denuncia, pero no nos hagamos bolas.

Frente a Xóchitl Gálvez no nos equivoquemos con su discurso o con sus respuestas ante entrevistas o cámaras de prensa. Xóchitl, como la Virgen de Guadalupe, es pura imagen con sus huipiles y todo.