J. Milei: ¿una posibilidad o una anomalía?

Héctor M. Magaña

Javier Milei tiene algo de Salinas Pliego, de hecho está relacionado con él de forma indirecta: a través de la financiación del primo de este. Aun así, a pesar de la semejanza, hay claras diferencias que lo resaltan del resto de conservadores de América Latina: en primer lugar, su identificación como “libertario”.

Fabrizio Mejía Madrid en su vídeo-columna de Sin Embargo ha hecho un espacio para analizar a este curioso personaje de la política en Latinoamérica del que no se sabe muy bien a donde va con su estilo personal que han asociado muchas veces con la ultra-derecha moderna: Trump, Bolsonaro, LePen, Meloni, etc.

Para empezar el economista que funge como guía espiritual “libertario” de Milei es Murray Rothbard (1926-1995), fundador del anarco-capitalismo, que en resumidas palabras consiste en llevar el capitalismo hasta sus últimas consecuencias. El estado entonces cumple con una función mínima (si no inexistente), mientras que el sector privado es el que funge en su totalidad. La idea no es nueva en ciertos círculos estadounidenses. Ayn Rand (1905-1982), por ejemplo, llegó a conclusiones parecidas y las expuso en novelas de tesis que se popularizaron muy rápidamente por Estados Unidos. Aun así, es de asombrar como Milei, con la guía de Rothbard llega a conclusiones como las que llegan los opositores mexicanos de este sexenio: “Rothbard es el genio detrás de un argumento que el PRIAN usó en estos días y que es una mentira flagrante: que el combate a la pobreza aumenta la pobreza, porque lo que hay que hacer con los pobres es castigarlos no subsidiarlos. En lo único que cree es en la filantropía, es decir, la buena voluntad de la élite de deducir impuestos dando limosnas. También propone la desaparición de la policía y el ejército a favor de la libre tenencia de armas y la contratación de milicias privadas, que pueden ser detectives o auto defensas”, dice Fabrizio Mejía Madrid.

Mentor y discípulo tienen una misión en común: “dinamitar” el Banco Central “y la Reserva de los Estados Unidos que sólo sirven a los intereses financieros”. Diferencias: Rothbard no cree en los partidos, solo en los monopolios privados; Milei, en cambio, es parte de Libertad Avanza. Otra diferencia: mientras Rothbard pensaba que el monopolio salvaría a la sociedad del estado por su altruismo innato, Milei está dentro de aquellos que se creen muy ricos para vivir en sociedad. Junto con Pliego, Milei pertenece a esos “compradores de países” (como en la novela de Gog de Giovanni Papini) a través de criptomonedas que les sirven para crear diminutas utopías.

Milei es heredero de la frustración COVID-19. Es un negacionista del “quédate en casa”. Pero peor aún, es negador de la memoria histórica argentina. Ese peronismo que crítica, es en realidad la historia de una nación que desesperada abraza el “el pobre es pobre porque quiere”. ¿Qué sucedió en México durante la pandemia? “No hemos valorado la decisión en México que tomó, contra viento y marea, López Obrador, de no endeudar al país y, en cambio, usar el presupuesto para generar, desde abajo, un mercado interno. Ahí están las bajas sustanciales de la desigualdad y la pobreza, el aumento al salario y el fin del outsourcing, el no aumento de impuestos, los programas sociales, y la infraestructrura que sólo en el itsmo generó 210 mil empleos nuevos.”

Fabrizio cita a Jorge Alemán (1951), filósofo y psicoanalista argentino para comprender esta realidad en Argentina: “Ese es otro éxito neoliberal: hacerle sentir a la gente como un fracaso personal su proyecto de vida cuando fue el sistema el que preparó las condiciones de ese fracaso. Luego, esa culpa péndula y va hacia el odio, hacia el odio a los políticos. Ahí hay un enorme terreno para que estas ultraderechas florezcan porque no pasan por la conciencia reflexiva; no es como antes, que alguien decía: «Yo soy fascista». No se necesita esta definición. Es una especie de administración brutal del desamparo, la insatisfacción, la culpa, el odio, y así se va configurando un tipo de subjetividad que estas ultraderechas logran capturar”.

¿Qué se concluye? Milei bien podría ser un miembro activo del PAN de Salinas Pliego. Para resistirse a su extravagante modelo de odio y negación debemos de cimentar la narrativa histórica que nos permita, a nosotros como mexicanos, poseer una identidad y un valor humano (y eso aplica para los desfavorecidos). Un cultivo de la narrativa histórica es lo que nos devolverá nuestro “ser” (parafraseando a Heidegger).