México: un Estado de naturaleza

 

Héctor M. Magaña

Este fin de semana me enteré de que una joven estudiante de maestría en Alemania, que estuvo dos semanas desaparecida, fue hallada muerta en el canal de un río. Noticias de otros jóvenes mexicanos también se encontraban desparecidos en otras partes del mundo: uno en Canadá y otro en Bruselas. Los casos en apariencia pueden parecer una anomalía, después de todo, estamos acostumbrados a pensar que las desapariciones ocurren en siempre dentro del país.

Christopher Lasch, menciona con un tono pesimista que cuando la sociedad se considera demasiado tolerante generaliza el conflicto. Vivimos en una era económica, estamos en las antípodas de la Edad Media donde lo único condenable era la usura. En la sociedad moderna, la economía ha hecho una sociedad de rivalidad que en lugar de sublimar la violencia y la agresión, la generaliza y normaliza. El crimen organizado solo parece una institución cuyo objetivo es precisamente el potenciar esa rivalidad, un cartel de droga siempre existe en rivalidad. No obstante, la violencia no se queda en los factores sociales, escala con sus tentáculos a las esferas de lo privado. ¿Qué es el individualismo sino una rivalidad del uno contra los demás? Hay una constante afrenta en nuestras relaciones interpersonales, las relaciones son en su mayoría de dominio e intimidación. Hobbes viene en sentido inverso. La sociedad no huye del estado feral, el estado de naturaleza, sino que, a medida de que la sociedad se vuelve compleja y tolerante, caemos sin que nos demos cuenta en el estado de naturaleza. Así se cumple en la paradoja de Popper: la tolerancia ha tolerado la intolerancia.

El caso de los estudiantes desaparecidos en el extranjero nos ha sorprendido porque dichas desapariciones parecen solo ocurrir en nuestro país. La normalización de la violencia ha llevado a las paradojas más extrañas, no hemos visualizado que nuestra manera de vivir, nuestra sociedad moderna es la generadora de la normalidad violenta. No es México, es la visión de nuestra era. El estado de naturaleza regresa con una violencia normalizada, una violencia de pocas exaltaciones. La crisis de las instituciones ha creado la institución de la violencia (el crimen organizado), la violencia en lo privado en feminicidio.