Desafiémonos
Por Irasel Negrete Ronzón*
“Algunas personas sueñan con hacer grandes cosas,
mientras otras están despiertas y las hacen” Anónimo
La parte más rica de nuestra profesión es la oportunidad de trabajar con humanos tan diferentes entre sí y sacar lo mejor de cada uno, sin embargo, ésta tarea es compleja por lo que los docentes debemos estar preparados en varias áreas para poder responder a las demandas y necesidades de una sociedad que solicita de personas sensibles, creativas, emprendedoras, críticas, competentes, con altos dotes sociales y capaces de adaptarse sin dificultad a cada ambiente.
Debido a todo lo mencionado en el párrafo anterior, me enfocaré en los retos que los docentes debemos superar para poder estar a la altura de la educación de excelencia que exige el mundo contemporáneo.
Para tener un punto de partida, es necesario que cada profesor realice un recorrido personal de reflexión sobre su práctica que además le sirva para construir o reconstruir su definición de enseñanza y comprobar si pueden o no responder a las expectativas de la sociedad actual en donde la única constante es el cambio; después de realizar dicha evaluación de nuestra personalidad docente podemos entender que nuestra profesión requiere de compromiso, la superación de retos y la pasión por la misma por lo que no podemos ser profesores improvisados.
Como es sabido por todos, la finalidad de la educación es la formación de individuos competentes que saben, hacen, proponen y actúan con ética; siendo así la tarea es ambiciosa y requiere de un compromiso consciente y real con nuestra profesión.
Dentro del aula que es nuestro espacio de actuación, los docentes debemos de promover ambientes propicios que generen oportunidades para desarrollar el talento de cada uno de nuestros alumnos a la par de proporcionarles una educación emocional que les apoye para afrontar de mejor manera los desafíos que se les presentan en la vida promoviendo el bienestar personal y social.
Un hecho importante que en ocasiones limita nuestra actuación es la escasa participación de la familia en la formación académica de nuestros estudiantes, y debido a que no sólo se aprende en la escuela, la triada: padres-escuela-alumnos es un ingrediente clave para lograr con eficacia los propósitos, es por ello que debemos de aplicar estrategias que incluyan la participación de los padres de familia y/o tutores para que sean cómplices y responsables de la educación de sus hijos.
Recalco nuevamente la relevancia del liderazgo en el aula debido a que permitiendo el trabajo en equipo, promoviendo el sentido de pertenencia, el sentimiento de unidad así como la superación constante con objetivos comunes a través de la construcción de una inteligencia colectiva que dé identidad al grupo, se pueden alcanzar con mayor eficiencia los rasgos deseables del perfil de egreso de la educación básica.
Para concluir, a lo largo del recorrido de los estudiantes en la educación básica es primordial que la escuela integre factores clave como lo son: sólidos conocimientos de los contenidos y de estrategias didácticas, inclusión de las TIC y formación basada en valores, en donde los alumnos tengan un papel protagónico y los docentes seamos verdaderos guías con una sólida preparación para promover una educación orientada en la investigación, la innovación y la constante actualización.
*Colaboración*