Reinventarse
Por Irasel Negrete Ronzón*
“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”. Charles Darwin
Comienza un nuevo año y con ello vienen muchos propósitos, sin embargo, para mí, los más importantes son aquellos que nos permiten replantear ideas, transformar objetivos, superar retos y ayudarnos a ser mejores personas, esto es, buscando nuestro bienestar y por consecuencia el de los demás, en este caso concreto, el de nuestros alumnos, es por ello que en éste artículo me enfocaré en algo que más allá de ser un propósito, debería ser una característica inherente a nosotros los docentes: reinvertarnos.
Cada quien tiene su propio significado de reinventarse pero me parece que todos podemos coincidir en que está relacionado con un cambio, radical o no, requiere superar miedos y una construcción detallada de nuestros objetivos diseñando una estrategia de actuación coherente con los mismos pero sobre todo con nuestra personalidad y creencias, porque algo en lo que no creemos, se esfuma al poco tiempo.
Matías Ghidini, gerente general de Ghidini Rodil afirma que reinventarse profesionalmente implica ser uno mismo el propio motor del cambio; abandonar la zona de confort, tomar riesgos y dejar lo seguro y conocido por lo nuevo e incierto, ¿y por qué es necesario hacer esto? Por nosotros, por nuestra salud mental, por nuestra felicidad y el bienestar de nuestros estudiantes porque no podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo año con año, me parece que reinventarse es una necesidad de nuestra práctica que renueva el sentido de la misma y nos permite disfrutar lo que hacemos sin aburrirnos, lo que a sus vez repercute en el desempeño académico de los educandos.
Ahora analicemos ¿cuáles serían las características clave para reinventarse de manera exitosa que debemos tener?: disposición, persistencia, autoevaluación, compromiso, creatividad, innovación y disciplina.
Según los expertos para cambiar es imprescindible analizar nuestros puntos débiles y analizar con cuáles recursos disponemos, es decir ser honestos respecto a nuestras fortalezas y áreas de oportunidad, algo que también ayuda es tener modelos que nos inspiren a ser mejores e investigar la manera en que ellos lograron ser exitosos.
Además de los cambios que hagamos en nuestra personalidad, debemos renovar nuestras aulas, cuidar que los espacios en los que laboramos sean adecuados para el trabajo, permitan la movilidad y el respiro de aire puro, que todos los estudiantes tengan buena visibilidad y sean lugares armónicos en lo funcional y en lo estético.
Ahora que hemos decidido mejorar aquellos puntos que pueden optimizar nuestra labor, contagiemos a nuestros colegas a hacer lo mismo que a final de cuentas el eje central y lo más importante son los estudiantes y si ellos se sienten felices, a gusto en el espacio donde se desenvuelven e identificados con su profesor, sin lugar a dudas, tendremos resultados formidables.
¡ Feliz y exitoso 2018!
*Colaboración.