¿Por qué incluir arte en el aula? Parte 2
Por Irasel Negrete Ronzón*
“La verdadera educación consiste
en sacar a la luz lo mejor de la persona“
Gandhi
En la columna pasada compartí una justificación acerca de la importancia del arte en el aula y en esta ocasión le quiero dar continuidad a esta afirmación y al final sugerir algunas pautas de actuación que han servido en mi práctica.
Para comenzar quiero recalcar el hecho de que en la educación básica, no se espera que los estudiantes se vuelvan artistas, sino que desarrollen la seguridad necesaria para expresarse libremente, dicha libertad les permitirá encontrar canales de comunicación positivos para la libre expresión de su personalidad, desarrollar su estética personal y sobre todo, fortalecer la creatividad que les permitirá adquirir conocimientos de manera independiente, recordemos que persona creativa es aquella que encuentra la motivación necesaria para seguir adelante por sí mismo, que vence obstáculos, que se inspira en lo que le sucede en su vida cotidiana, que es capaz de generar nuevas ideas, de reinventarse y de resolver problemas con más facilidad a través de vías ingeniosas o poco comunes.
Es de suma importancia que como docentes tengamos presente que si bien no todas las producciones de los estudiantes estarán consideradas como obras de arte, cada una sí poseerá belleza en sí y más allá de eso, lo más enriquecedor será el proceso creador, en donde los ingredientes son las ideas, percepciones, creencias, sentimientos y pensamientos de los alumnos que toman forma por medio de las estrategias que proporcionamos, el papel de nosotros los maestros es de acompañantes del proceso, como guías y a veces como porristas, en donde valoramos y damos continuidad a la manera en que las artes influyen en los estudiantes para que después todo lo construido se refleje en la vida.
En la actualidad vemos problemáticas de los adolescentes que pueden ser repetitivas como lo son el bullying, la reprobación, la apatía, la deserción, por mencionar algunas y esto en ocasiones se debe a que no canalizan o expresan correctamente lo que sienten o piensan, es decir, presentan dificultad para analizar sus experiencias y utilizarlas como andamiajes para seguir adelante en el desarrollo y logro de sus proyectos de vida.
De acuerdo con Motos, Mateu, López, Sanchéz y Grasso (2006; p. 92): “Los beneficios de la educación artística no solo incluyen una mayor sensibilidad a las formas expresivas, sino también la capacidad de describir las formas expresivas y hablar de ellas, y el fomento de la comprensión por parte de los estudiantes del contexto social -sus valores, su tecnología, su cultura- que ha dado lugar a una obra. La capacidad de crear una forma de experiencia que se pueda considerar estética requiere una mente que anime nuestra capacidad de imaginación y que estimule nuestra capacidad de vivir experiencias saturadas de emociones.” Si deseamos que la escuela logre el perfil de egreso de la educación básica, nuestro primer propósito deberá ser lograr la creatividad y una excelente y divertida forma de hacerlo será a través del arte; considero que una sociedad educada es aquella sociedad que es creativa, que evoluciona y desarrolla su inteligencia emocional a la par de la racional, así que si queremos que la escuela sea eficiente y revalorice su prestigio, es necesario que nos propongamos como uno de los primeros objetivos, el fomentar la creatividad.
Para que las actividades que implementemos en el aula sean eficaces, exitosas y logren los objetivos deseados acordes al plan y programa de estudios, éstas deberán ser inclusivas y accesibles para la edad escolar de los alumnos, promover la responsabilidad compartida, abarcar los distintos estilos de aprendizaje y fomentar el gusto por las diferentes expresiones artísticas, permitir la reflexión crítica, la toma de decisiones y la aceptación de riesgos, fijar estrategias claras de evaluación del aprendizaje, del proceso y valores que se construyen y ponen en práctica, deben de implicar retos y sobre todo se deben exponer ya que no hay nada mejor para un artista que compartir su creación, eso, dota de seguridad a los estudiantes y los motiva a seguir adelante.
Para concluir, dejo esta cita de Bamford (2009) que en lo personal me hizo reflexionar sobre mi rol en el aula, lo que hago en cuanto a las artes y lo que puedo hacer porque si bien, hay muchos factores que podrían limitar mi actuación, siempre tendré la posibilidad de ser creativa y lograr los propósitos si tomo las decisiones adecuadas que favorezcan la formación integral de mis alumnos.
“Las artes cambian a medida que la sociedad cambia, pero los programas artísticos,
en general, no la han hecho. Para que la educación artística se traduzca en buenos
resultados, los profesores deben adoptar las nuevas tecnologías, por ejemplo
formándose en el uso de las TIC y de otras competencias de utilidad para la expresión
artística. […] Las acciones de un profesor, artista o integrante de una comunidad en
sus esfuerzos por transmitir a los niños una formación artística están muy
condicionados por factores como los recursos, la diversidad de los alumnos, el marco
socioeconómico del centro, las presiones que reciben los profesores, las percepciones
dominantes en relación con las artes, las autoridades educativas, las presiones
vinculadas a la evaluación, etc. En la educación artística, las políticas van por un
lado y la formación que reciben los niños van por otro, pero el objetivo último
siempre debe ser que las experiencias que viven les permiten construir significados.”
*Colaboración.