Reforma al Pensionissste deja ahorros al juego del mercado

Pierde el organismo su carácter social, advierte el Stunam

Condena a los trabajadores a recibir “jubilaciones de miseria”
Por: Patricia Muñoz, Emir Olivares, Laura Poy y Alma Muñoz.
Habrá amparos contra la reforma al Pensionissste, pues ésta le quita el carácter social al organismo y deja los fondos de los trabajadores al juego del mercado financiero, anunció el Sindicato de Trabajadores de la UNAM (Stunam).
El gremio planteó que con dicha reforma se prepara el terreno para acabar con todo el esquema de pensiones público y solidario, condenando a los trabajadores a jubilaciones de miseria.
El gobierno se dio cuenta que el “atraco que cometió” con la reforma a la Ley del Issste en 2007 no fue suficiente, y quiere hacer otro ajuste para desvincular a este instituto del Pensionissste, a fin de llevar a este fondo de ahorro a la economía de mercado, a que compita con los “tiburones de las administradoras de fondos para el retiro, las Afore”.
Al fijar su postura sobre la aprobación de esta reforma, la dirigencia del Stunam dijo que por más que se diga que el Pensionissste no se privatiza y que será una Afore pública, lo real es que el proyecto de ley dice lo contrario, pues se establece el desprendimiento de este organismo del instituto, la conversión del fondo y, lo fundamental, que no habrá responsabilidad del gobierno en el destino de los recursos.
Ante esto, se promoverán amparos de diversos gremios de trabajadores estatales contra dichos cambios, los cuales procederán porque son la parte interesada del destino que tendrán sus ahorros, explicó la organización, y dijo que si se hubiera querido sólo darle más autonomía a dicho fondo, lo hubieran podido hacer por medio de un decreto y no haber hecho una reforma integral.
Este rechazo también lo expresaron representantes de los trabajadores de la UNAM ante el Consejo Universitario (CU), calificándolo como “un atraco a los trabajadores”. Mario González, representante de los trabajadores administrativos ante el CU de la UNAM, indicó que con estas modificaciones se permitirá que el monto de los ahorros de los trabajadores burócratas pueda invertirse en diversas áreas. Y si hay ganancias, éstas serán para el gobierno y las administradoras privadas, pero si se dan pérdidas los perjudicados serán los empleados al perder sus ahorros.
“En lugar de haber instrumentado un mecanismo donde ese dinero se invirtiera en los propios trabajadores, como en préstamos para compra de vivienda, de automóvil o en efectivo con intereses bancarios que pudieran recapitalizar el fondo, se crean cuentas privadas que cobrarán intereses por el manejo. Todo será especulativo y los que perdemos seremos los trabajadores”, advirtió.
A estas críticas se sumaron también profesores y dirigentes sindicales de la CNTE. Dijeron que “este es un golpe más al magisterio. Primero fue la plaza base y la permanencia en el empleo, ahora quieren poner en riesgo hasta nuestra vejez”, afirmó Antonio Cota, profesor y dirigente magisterial en Nuevo León.
En tanto, integrantes de la disidencia docente aseguraron que 1.2 millones de trabajadores de la educación cotizan en el Pensionissste, y “nuevamente se toman decisiones trascendentales para el futuro de los maestros y sus familias, sin entablar ningún diálogo”.
Martha Rodríguez, maestra de primaria en Tula, Hidalgo, aseguró que “cuando supimos la noticia fue como si se te encogiera el corazón. Sabemos que es una acción más que afectará a los maestros, que no ganamos un dineral como dice el gobierno, y que al menos creímos que después de 30 años de servicio algo nos quedaría para sobrevivir, pero ahora constatamos que ni eso nos van a dejar”.
La dirigencia nacional del PRD cuestionó la reforma del Pensionissste, al señalar que privatizará los recursos del fondo de pensiones al “disfrazarlo” de una nueva empresa paraestatal. Los perredistas refrendaron su apoyo a los casi 9 millones de trabajadores que, sostuvo, se verán afectados por esa reforma y se comprometió a continuar la lucha en favor de sus derechos.
Periódico La Jornada
Jueves 10 de diciembre de 2015, p. 20