Felipe Calderón, intacto tras juicio de García Luna
Tras una pausa en la que los jurados pidieron transcripciones de los testimonios, hoy martes, reiniciarán sus deliberaciones para emitir un veredicto sobre uno de los protagonistas de la llamada “guerra contra el narco”.
Durante el proceso jurídico en la corte de Brooklyn, el nombre del expresidente fue mencionado una sola vez en el desfile de los 26 testigos claves.
Édgar Veytia, exfiscal de Nayarit, fue quien soltó una supuesta bomba ante el juez Brian Cogan cuando dijo que hubo una instrucción desde la Presidencia de la República para proteger a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Días después, Genaro García Luna comunicó que no declararía de viva voz en su defensa. “Sí, señor. Es mi decisión”, asentó. Así, las audiencias concluyeron.
Ni un rasguño
La figura pública del hombre que gobernó México de 2006 a 2012 permanece prácticamente intacta.
Carlos Matienzo, especialista en Seguridad Internacional por la Universidad de Columbia, considera que ya pasó lo más difícil para el expresidente.
“En términos generales, para Calderón Hinojosa ya pasó lo peor. Este era el mejor escenario de este momento tan delicado y ya ocurrió”.
En el ámbito judicial, Matienzo descarta una vuelta de tuerca en el juicio de García Luna que propicie una investigación en Estados Unidos en contra del exmandatario.
“Si así fuera, se pondría en riesgo una relación importante construida en el periodo de Felipe Calderón. No olvidemos sus visitas de Estado. No olvidemos el apoyo y la inversión de ese país a México en materia de seguridad en su sexenio.
“Sería una medida muy riesgosa por parte de Estados Unidos. Además, no podemos olvidar que el Partido Acción Nacional (PAN), al que alguna vez perteneció, puede regresar al poder. Iniciar un proceso en su contra dañaría la relación desde ahora”.
Vuelta de página
Felipe Calderón Hinojosa aparenta querer darle vuelta a la página. El domingo pasado publicó un artículo en medios nacionales en el que llama a construir un nuevo partido opositor para lograr “una resurrección de la oposición política” en el camino hacia la Presidencia de la República en las elecciones de 2024.
Desde España, a donde se fue el pasado noviembre con una autorización de residencia y trabajo como profesional “altamente cualificado”, el exmandatario expuso que la oposición en México debe evitar “una dictadura populista del siglo 21 corrupta, incompetente y autoritaria”.
Indemne del juicio de García Luna, Calderón Hinojosa se propone un camino político “complejo”, opina el politólogo del Tecnológico de Monterrey, Gustavo López Montiel.
“El calderonismo está desarticulado. Su mejor momento fue cuando Margarita Zavala buscó ser candidata a la Presidencia de la República por el PAN. Ahí se mostró cierta capacidad política. En este momento puede hacer alianzas, pero sin el mismo apoyo de antes”, expone el especialista.
Confirma legitimidad
Cuando cumplió seis meses como presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa tomó una decisión: disponer del presupuesto público para ordenar una serie de encuestas.
“¿Quién es el presidente legítimo de México?”, preguntó en el primero de los ejercicios demoscópicos. Los resultados le susurraron: “Calderón con 93.1 por ciento y Andrés Manuel López Obrador con 4.8 por ciento”.
Esa pregunta, albergada ahora en los archivos históricos de la Plataforma Nacional de Transparencia, refleja la preocupación que tuvo el exmandatario por su legitimidad en ese preciso momento.
Con 43 años y como candidato del PAN había ganado la Presidencia de la República con una ventaja de 0.58 por ciento respecto a su principal oponente, Andrés Manuel López Obrador (hoy presidente de México), quien contendió por el Partido de la Revolución Democrática.
Desde ese momento, el ahora jefe del Ejecutivo federal lo llamó “espurio” y organizó un plantón en su contra en la avenida Reforma de la Ciudad de México que duró varios meses.
Para Enrique Toussaint Orendain, politólogo de la Universidad de Guadalajara, la búsqueda de legitimidad fue la motivación principal de Felipe Calderón Hinojosa para que el 12 de diciembre de 2006, lanzara una ofensiva en contra de los grupos delincuenciales.
“Esa misma política lo atrapó. Jamás pudo detenerse. Entre más aprobación buscaba, su gobierno se concentraba más en la seguridad nacional, mientras, los índices de violencia se disparaban”, refiere el analista de aquellos años.
El impulso de la guerra
Han pasado 17 años de sus decisiones y la violencia continúa en una curva ascendente que no da tregua.
Miles de personas muertas, desaparecidas y desplazadas en una contabilidad que las administraciones federales no han logrado precisar es la inercia de la política de seguridad determinada por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Una década después de haber entregado la banda presidencial, el expresidente se enfrenta al resultado de otra encuesta.
El diario El País le pidió a la agencia Enkoll preguntar a los ciudadanos mexicanos si debía ser juzgado por “delitos de narcotráfico” como ocurre con Genaro García Luna. El 84 por ciento respondió de manera afirmativa.
La Plataforma México
Desde que el 10 de diciembre de 2019 Genaro García Luna fue detenido en Dallas, Texas, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa tomó distancia.
Ese mismo día, a través de Twitter, difundió un comunicado en el que aseguró que “desconocía por completo” los hechos imputados a su ex “súper policía”, epíteto que ganó durante su sexenio.
En esa misiva, el expresidente sostuvo que la política de seguridad de su administración no era, “ni remotamente, producto de las decisiones de un solo funcionario. En ella colaboraban muchos servidores públicos –civiles y militares– y, desde luego, también había una cooperación estrecha con el gobierno de Estados Unidos y sus agencias de seguridad y justicia”.
Con sus palabras, sepultaba en el pasado el proyecto que al lado de Genaro García Luna levantó en un predio de Avenida Constituyentes en la hoy alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México.
Lo llamaron Plataforma México y su plan indicaba que sería un sofisticado sistema de inteligencia en línea en el que se integraría información criminalística, de las policías de los estados y municipios, así como de las Fuerzas Armadas.
De acuerdo con el rastro del dinero en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa en Compranet, ese proyecto simbolizó la coincidencia del expresidente y el exsecretario de Seguridad respecto a la forma en que debía combatirse al crimen organizado.
García Luna tenía la autorización de gastar lo que fuera necesario en ese gigante cibernético con tal de desarrollar su plan de espionaje.
“Las guerras se ganan con tecnología, información e inteligencia”, expresó el expresidente cuando la inauguró en 2009.
Para entonces, un flujo de contratos de cientos de millones de pesos sin licitación de por medio, había sido otorgado. Al final, la erogación fue de tres mil 365 millones 45 mil 486 pesos (más de cinco mil millones de pesos de ahora), según una localización de contratos.
Hoy la Plataforma México está desmantelada y en ruinas. También la relación entre el ex “súper policía” y el expresidente que un día declararon que abatirían juntos al crimen organizado del país.
Dos décadas de zozobra
En diciembre de este año se cumplirán 17 años de que el poder Ejecutivo inició el combate contra los grupos del crimen organizado, estrategia que ha dado pocos resultados pero ha dejado incontables heridas.
A lo largo de las últimas dos décadas se han acumulado los reproches, pero muy pocas veces, se ha propiciado la rendición de cuentas sobre por qué a partir de la política de combate al crimen, la violencia se exponenció en el territorio nacional.
Genaro García Luna es el único exfuncionario de alto nivel que ha enfrentado un proceso judicial por su actuar en esa política gubernamental.
Los índices de inseguridad en México se mantienen en puntos graves: en las dos primeras semanas de enero de 2023 fueron registrados más de mil homicidios dolosos con un promedio de 77.15 casos diarios, de acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Además, el gobierno reconoce de manera oficial que la incidencia del delito continúa al alza en Guanajuato, el Estado de México, Chihuahua, Michoacán, Baja California y Jalisco.
De continuar con esta tendencia, la actual administración podría concluir con el mayor número de homicidios de los últimos tres gobiernos.
Ayer lunes, en su conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que Felipe Calderón Hinojosa le debe una explicación al país por “los errores cometidos” durante su gobierno que causaron muerte y violencia.
“Nombra de secretario de Seguridad a una persona que hace acuerdos con un grupo para perseguir a otros y de ser un funcionario menor se convierte en su brazo derecho, y no es capaz Calderón de dar una explicación”.
El primer mandatario criticó que el expresidente se haya desvinculado de Genaro García Luna, y le recomendó incluir en su próximo artículo sus razones para “declarar la guerra al narco dándole un garrotazo a lo tonto al avispero”.
Para Carlos Matienzo, especialista en Seguridad Internacional por la Universidad de Columbia, el juicio histórico irá más allá de la política. Su advertencia es contundente: “estos años se verán como un mismo periodo sangriento”.