Aprueban diputados la reforma que desaparece el Pensionissste
Por Roberto Garduño y Enrique Méndez.
La Cámara de Diputados aprobó ayer la reforma para desaparecer el Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores del Estado (Pensionissste) y constituir una Afore que funcionará como paraestatal y –según expresaron legisladores de oposición– podrá ser privatizada por decreto.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) insistió en que “el Pensionissste no se privatiza, se fortalece como una institución paraestatal ciento por ciento del Estado mexicano, pero con flexibilidad y autonomía de gestión”.
Charbel Jorge Estefan Chidiac (PRI), secretario de la Comisión de Hacienda, argumentó que si bien el fondo logró que sus clientes reciban una pensión 40 por ciento mayor a cualquier otra privada, “tristemente se está privatizando lentamente: 40 por ciento del capital que maneja pasó a manos privadas en los últimos tres años”.
Con esa visión, el tricolor logró el respaldo de los partidos Acción Nacional (PAN), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (Panal) y Encuentro Social para aprobar el dictamen en lo general por 343 votos. Al cierre de esta edición continuaba la presentación de 118 reservas en lo particular, 86 de Morena.
Durante casi ocho horas, la mayoría de esas bancadas rechazaron las propuestas de cambio al dictamen de la Comisión de Hacienda, y sólo aceptó un ajuste planteado por el PRI para que el Estado sí se haga responsable de las minusvalías (pérdidas en sociedades de inversión).
Así, se incluyó que dichas pérdidas serán cubiertas con cargo a la reserva especial, “y en caso de que resulte insuficiente, con cargo al capital social” de la nueva entidad.
Los diputados de Morena, Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) sumaron 116 votos en contra. El independiente Manuel Clouthier y la panista Rosario Rodríguez Rubio se abstuvieron. La ex subprocuradora Mariana Benítez Tiburcio (PRI), que presentó el dictamen a nombre de la comisión, no votó.
La primera mitad de la sesión se caracterizó por la rispidez en el discurso y los encuentros verbales entre legisladores.
El ala priísta se incomodó con las críticas de Mario Ariel Juárez (Morena), surgido de la cúpula del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (Stunam), quien desde la tribuna cuestionó que “un grupo de traidores, de vendepatrias, votó una brutal reforma, con la finalidad de entregar los ahorros de los trabajadores a la banca privada”. Insistió: “¿A qué intereses obedece esta reforma? ¿De cuánto es el cañonazo que van a recibir cada uno de los que voten a favor?”
Y mientras arrojaba monedas de chocolate hacia el salón, exclamó: “Si es un asunto de dinero, ahí está el pago para que no entreguen a los trabajadores y puedan tener dignidad y no traicionarlos. Si es un asunto de dinero, ¡ahí está!”
Todavía dejó la mentada que, aseguró, le habían transmitido los líderes de los sindicatos universitarios para los diputados. Omar Noé Bernardino Vargas, conocido en Apatzingán como El Vale, le gritó “¡Pejezombi!”
El calificativo caló en Ariel Juárez, que desde la tribuna se fue a la bancada tricolor para encarar a Bernardino Vargas, pero de inmediato varios priístas, entre éstos el líder cafetalero en Chiapas Julián Nazar, lo atajaron.
Morena, MC y PRD tomaron la tribuna y la mesa directiva y un nuevo jaloneo se dio cuando Renato Molina (Morena) dio un manotazo al micrófono mientras la secretaria de la mesa, Alejandra Noemí Reynoso (PAN), pedía iniciar la votación del dictamen.
El presidente de la mesa directiva, Jesús Zambrano (PRD), se vio obligado a decretar un receso, ante el anuncio de Morena de que sus diputados presentarían sus reservas una por una.
Antes de tomar esa decisión, Zambrano recibió una llamada a su celular.
Desde abajo, en la tribuna, los diputados de Morena acusaron que se trataba de una conversación para recibir instrucciones. El perredista reviró: “¡No recibo órdenes de nadie!”
Durante horas, diputados de MC, Morena y PRD presentaron 116 reservas, que fueron desechadas por mayoría mecánica, a pesar de que los diputados de esas fracciones apelaron a “su conciencia”.
El bloque PRI-PAN-PVEM-PES-Panal aplaudió de pie la aprobación de la reforma. Del otro lado del salón surgió un coro: “¡Esos son, esos son los que roban la pensión!” (La Jornada)