La poesía me ha regalado una vida más rica: Antonio Orihuela
- Dictó conferencia en la Sala “Carlos Fuentes Lemus” de la USBI, donde habló del movimiento de la poesía de la conciencia
- Dicho movimiento, resaltó, pretende problematizar la vida, criticar, combatir y hasta intentar desmontar el orden existente
Por Paola Cortés Pérez* El poeta español Antonio Orihuela criticó la configuración clásica del discurso poético, ya que los temas centrales del mismo siempre han sido el amor y la muerte, cuando existen otras temáticas que son parte de la realidad, como el hambre, la injusticia, la guerra, entre otras.
Lo anterior, al impartir la conferencia magistral “Poesía de la conciencia”, la tarde del martes 17 de octubre en la Sala “Carlos Fuentes Lemus” de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).
Ante una sala abarrotada, especialmente de estudiantes, el escritor dijo que para una determinada visión del mundo, la poesía tiene que abordar temas que sólo se centren en exaltar la belleza del mundo.
“Es una apuesta respetable hasta que entra en confrontación con todas las realidades que deja fuera esta opción poética. La crítica a la configuración clásica del discurso poético es que los temas centrales son el amor y la muerte, como si el hambre, la injusticia, la guerra, la crueldad, la discriminación, el racismo, no fueran temas eternos para la poesía.”
Expresó que no sabe muy bien qué es la poesía, pero sí tiene muy claro lo que le ha regalado: una vida más rica de lo previsible, más rebelde, más insumisa, más compañeros de viaje, amigos, hermanos. “Me ha regalado territorios de la realidad y de la fantasía que probablemente de otra manera jamás hubiera pisado”.
Así que el movimiento de poesía de la conciencia crítica, surgió en 1999 en España con el objetivo de presentar un discurso claro y realista que hable sobre las situaciones y acontecimientos cotidianos, experiencias de vida (personal y social), pero sin tratar de imponer un discurso.
“No es un movimiento institucional, no forma parte de ninguna corriente de la poesía dominante, es algo que surge desde abajo, desde las asociaciones culturales, de los estudiantes, de diferentes ciudades españolas, de gente que en un momento decide organizarse y vincularse a través de la poesía.”
Enfatizó que el discurso de este movimiento tiene la finalidad de vincular entre sí a los poetas involucrados, cultivar entre ellos la amistad, la fraternidad y la complicidad, para generar acción social, especialmente a partir de 2007, cuando la crisis económica sacudió a España.
Reiteró que la poesía de la conciencia crítica es otra manera de entender y practicar la poesía, ya que no pretende establecer un canon, ejercer la hegemonía de un discurso, imponerse o transformarse en un objeto de consumo; por el contrario, trata de problematizar la vida, criticar, combatir e incluso intentar desmontar el orden existente, así como superar toda dualidad entre lo público y lo privado, dar rienda suelta a las fantasías más visionarias.
Todo lo anterior, “para poner en común habilidades sociales y problemas colectivos que nos atañen como ciudadanos y trabajadores culturales, contactarnos y movilizarnos para una acción que desde la palabra pretende interrumpir el discurso de la ideología dominante pero, sobre todo, transfórmanos en libertarios, porque nuestras propuestas no pretenden tomar un poder sino mostrar las posibilidades de vivir de forma diferente, creando espacios de cooperación, ayuda mutua, trabajo y resistencia comunitaria”.
Después de explicar en qué consiste el movimiento que representa, Orihuela dio lectura a unos cuantos poemas de su autoría que abordan temáticas que son tabú en tierras españolas, como las relaciones laborales y salariales, el genocidio franquista y la Guerra Civil Española, la voz de los jornaleros campesinos, la monarquía, la transición democrática y el ejército.
Ejemplo de ello, dijo, es el poema La lengua del brezo, que surgió de la conversación que sostuvo con un campesino, quien ya falleció: Yo no tengo estudios, apenas sé leer, no fui a la escuela./Cesáreo, el Viejo, me enseñó lo poco que sé./Por las tardes, después del trabajo, en la puerta del cortijo nos daba sus lecciones./Leíamos en un libro que se llamaba Sembrando flores,/ allí se contaba la vida futura de fantasía y felicidad que nos guardaba./Cesáreo siempre terminaba sus lecciones igual:/Recordad, nuestra patria es el mundo entero,/nuestra familia la humanidad.
Al finalizar la conferencia, varios jóvenes se acercaron al poeta español para intercambiar palabras, pedir algún consejo o simplemente tomarse una foto. Colaboración*