México no es un Estado fallido, es un narcoestado
- La imbricación del narcotráfico con quienes ejercen el poder es evidente pero no se puede hablar de ello, denunciaron periodistas de Chihuahua y Francia
- Hay que recobrar la memoria para que la violencia y las víctimas no se pierdan
Por David Sandoval Rodríguez* Con los sucesos violentos registrados en México desde 2006, es posible concluir que en el país rige un narcoestado y vivimos dentro de un conflicto de baja intensidad, señalaron periodistas en el IV Coloquio Internacional Discurso(s) en Frontera(s) organizado por la Universidad Veracruzana (UV).
Luis Chaparro, reportero independiente radicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, y Frédéric Saliba, corresponsal en México del periódico francés Le Monde, conversaron con Jorge Haces Caballero, de TV MÁS, en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), el miércoles 11 de octubre en la mesa titulada “El papel del ejercicio periodístico en la producción de narrativas, las crónicas, el rescate de la memoria, el dolor y trauma de la guerra”.
En el evento organizado por los cuerpos académicos (CA) Historia y Cultura –del IIH-S– y Estudios Literarios Mexicanos, Siglos XX y XXI –de la Facultad de Letras Españolas–, se planteó que los periodistas ejercen una profesión que se encuentra desprotegida a pesar de los pronunciamientos oficiales.
“Es importante que este coloquio se realice en Veracruz porque es un punto de referencia no sólo para Ciudad Juárez, porque se comparan mucho en términos de la violencia y cómo los colegas cubrimos y nos protegemos de la misma”, acotó Luis Chaparro.
Existe una coerción que ejerce el narcoestado, dijo, “porque es la manera correcta de llamarlo, no funciona el narco sólo como un ente separado de la fuerza del Estado, al menos en Chihuahua, creo que en todo México tampoco”.
Igualmente, Frédéric Saliba refirió que en México “no estamos en una guerra, estamos en lo que llamamos conflicto de baja intensidad, esto necesita una formación porque es completamente diferente a ser corresponsal de guerra porque en ese caso vamos con el ejército, hay una línea, hay buenos y malos, las cosas son claras, pero aquí nada está claro: hay narcoperiodistas, narcocomerciantes, narcotaxistas”.
Explicó que desde hace 11 años que llegó a nuestro país parece que continúa escribiendo sobre el mismo tema porque la ilegalidad se ha convertido en la base de la violencia y hasta el momento no percibe una evolución y “cada vez hay más periodistas asesinados”.
En igual sentido, el periodista chihuahuense dijo que tanto Veracruz como Chihuahua son los primeros lugares en casos de violencia contra periodistas, pero esto se da en todo México.
“Realmente está reinando la impunidad”, subrayó, “no tenemos nada asegurado y el periodismo se hace mucho sobre la marcha, porque es difícil tener una metodología en un lugar tan cambiante como México, donde la barbarie siempre se va superando y hay que tener maneras nuevas de hacer las cosas.”
Gracias a que existe una memoria colectiva que recuerda los asesinatos de estudiantes, de familias, de jóvenes, las personas se vuelven solidarias, como se pudo constatar en la respuesta a los sismos ocurrido en septiembre.
“Ya sabemos que el gobierno no llega o llega tarde, entonces tienes que hacer eso, es parte de lo que México tiene construido como memoria: nosotros mismos nos vamos a salvar, nos vamos a cuidar y reaccionamos sin pensarlo”, advirtió el mexicano, “te muestra una fragilidad, como por ejemplo en el gremio periodístico”.
Ambos recalcaron que el papel de la ciudadanía es informarse, porque en una democracia en la que se pierde paulatinamente la libertad de expresión, representada por el acoso a los periodistas, los ciudadanos deben respaldar esta función que tiene el periodismo, de convertirse en un cuarto poder efectivo que cuestione a los gobiernos. Colaboración*