“Purgas” e “injerencias” en la educación superior: Ante el pensamiento crítico, la embestida gubernamental

Para el economista Carlos Heredia, profesor-investigador y hasta diciembre pasado secretario de Vinculación del CIDE, el gobierno federal promueve el pensamiento único y ataca a diversas instituciones de educación superior que promueven el pensamiento crítico.

Para el economista Carlos Heredia, profesor-investigador y hasta diciembre pasado secretario de Vinculación del CIDE, el gobierno federal promueve el pensamiento único y ataca a diversas instituciones de educación superior que promueven el pensamiento crítico. Las autoridades del sector, dice, no defienden ideas sino las opiniones del presidente López Obrador, lo que empobrece la democracia y afecta la libertad en el país.

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Las recientes acciones del gobierno federal hacia algunas instituciones de educación superior del país reflejan una determinación de intervenir en donde se generan investigaciones, pensamiento crítico y opiniones contrarias a las que sostiene el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el riesgo de “el empobrecimiento de la vida democrática y la amenaza a las libertades”, dice el economista Carlos Heredia Zubieta.

Internacionalista, exdiputado federal de izquierda, investigador que ha transitado por universidades de excelencia nacionales y extranjeras, entre ellas la American University (Washington DC) y la Universidad de California en Los Ángeles, Heredia acaba de renunciar a la Secretaría de Vinculación del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) a petición del director general, José Antonio Romero Tellaeche.

A consecuencia de la “purga” que hay en ese Centro Público de Investigación (CPI) en su sede Santa Fe, el último día de diciembre el académico escribió en su carta de renuncia que la “crisis” en el CIDE fue provocada “en buena medida por una intervención externa que impulsa un pensamiento único”. Y esa injerencia no existe sólo en el CIDE, asegura a Proceso.

“Lo que identifico es que dentro del actual gobierno hay una especie de determinación de alinear a las instituciones públicas de educación superior, ni siquiera a un modelo, un diseño o un proyecto, sino alinearlos a las opiniones que emite el presidente que, además, son cambiantes y pueden modificarse con el tiempo”, afirma.

Esa injerencia, sostiene, no es contra todas las instituciones de educación superior, sino contra aquellas donde sus académicos, investigadores y estudiantes trabajan el pensamiento crítico, emiten opiniones o escriben textos que difieren de la visión que sostiene el presidente y critican el desempeño de su gobierno en distintos ámbitos.

Su aseveración tiene bases: las recientes críticas por la supuesta “derechización” de la UNAM y del CIDE que ha hecho López Obrador desde las conferencias mañaneras, los presuntos “malos entendidos” administrativos para contratar a trabajadores eventuales en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), los polémicos cambios en la dirección de algunos CPI como los de Yucatán y Guanajuato, así como los conflictos en la Universidad de las Américas Puebla y en la de Guadalajara, donde también han intervenido los respectivos gobernadores, Miguel Barbosa y Enrique Alfaro.

En todas estas instituciones, la comunidad estudiantil y académica está en protesta o se ha sumado a las exigencias de otras casas de estudio. El común denominador es la exigencia de respeto a la educación, ciencia, cultura e investigación; a la libertad de cátedra y pensamiento, la búsqueda de la autonomía y el rechazo a las decisiones autoritarias o ilegales, así como el tener más presupuesto y mejoras laborales. Algunas demandas, como en el caso de la ENAH, datan de administraciones pasadas, pero se reactivaron con decisiones de las autoridades actuales.

Heredia advierte: “El hecho de impulsar el pensamiento único, la uniformidad, el decir que todos deben pensar acorde con el jefe del Estado o con el presidente de la República, empobrece la vida democrática y nos condena a una situación de falta de libertad”.

Tomado de: PROCESO