Ya está ganada la gubernatura

Aunque nada es seguro en esta vida, para efectos prácticos y de realismo político la gubernatura de Veracruz ya está ganada hasta 2030.

La tiene en la bolsa el Movimiento de Regeneración Nacional. La ganó Morena en este año, al hacerse de un gran número de alcaldías, entre ellas las más importantes, y controlar el Congreso estatal…además de contar con un Presidente con gran popularidad y el respaldo de la Cámara de Diputados, entre otras instituciones.

Para quienes no tienen idea de lo que eso representa, les decimos que tener el control de las alcaldías es contar, en cada elección, con una buena base de votos. ¿Cuántos?, dependiendo del capital político de cada edil, pero se parte de una buena base.

Por cierto, como se ha hecho siempre, las alcaldías que no ganó con votos Morena las está ganando en estas semanas, al hacer cordiales invitaciones a los presidentes municipales electos para que sean aliados.



Es difícil para un alcalde rechazar una invitación de esas. Le puede representar quedarse sin poyos, que le retrasan los recursos, auditorías constantes y cuestiones de ese tipo.

Fidel Herrera pudo imponer a Javier Duarte y luego hacerlo ganar la gubernatura en 2010, a raíz de lo conseguido en las elecciones de 2007, cuando asombrosamente le dio la vuelta al mapa electoral que prevalecía en Veracruz, cuando tres años antes apenas si pudo ganar la gubernatura y perdió el control del Congreso.

Pero lo ganado en 2007, alcaldías y diputaciones en el Congreso, como en los mejores tiempos del PRI, le dio la fuerza y la autoridad para, por un lado, imponer candidato y, por el otro, contar con una gran base electoral para lo que se venía en 2010.

En 2018 Miguel Ángel Yunes Linares pudo imponer a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez como candidato a gobernador por lo obtenido un año antes, cuando operó las elecciones de alcaldes y diputados locales de tal manera que contó con un gran respaldo.

Si no ganó la gubernatura en 2018 fue por el efecto López Obrador, pero nadie debe perder de vista que el candidato de la alianza PAN-PRD logró un millón 453 mil votos, que hasta entonces ningún otro aspirante a la gubernatura había obtenido. Esos votos los consiguieron, en buena parte, por el respaldo de alcaldes y grupos municipales con los que contaban. Daban para ganar, pero Cuitláhuac García, impulsado por AMLO, llegó a un millón 667 mil sufragios.

Ahora, en Morena saben que de los mencionados para la gubernatura en 2024, casi cualquiera podría ganar… solo que hay un detalle importante: la candidatura ya tiene dueño, o dueña, para para ser precisos.

Rocío Nahle, la secretaria de Energía, de la gente del primer círculo del presidente López Obrador, no es Gustavo Carvajal, quien en tiempos de López Portillo creyó que su amigo el Presidente lo haría candidato a la presidencia y desdeñó la gubernatura.

Esta situación tiene incómodos a varios localmente, que no terminan de digerir esa realidad. Pero en los últimos días algo es diferente, algo ha cambiado, se percibe un giro y la secretaria de Energía es más arropada.

En fin, no hay peor lucha que la que no se hace y finalmente nada es seguro ni imposible ni invencible, pero los opositores a Morena deben preparar una gran estrategia. Ya saben cómo y por qué arrasó en las elecciones de junio pasado, algo se podrá hacer. David venció a Goliat, Uruguay le ganó a Brasil el campeonato del mundo en el Maracaná y Buster Douglas noqueó a Tyson estando las apuestas 42 a 1 en su contra.

Cuando Morena empiece a caer será por el desgaste en el ejercicio del poder y por sus problemas internos, como ha sido siempre en toda organización.

Ambos problemas ya los tiene, a pesar de su corta existencia, pero aún no en grado fuerte.

Ayer, por ejemplo, el coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, declaró que el Talón de Aquiles de Morena son los métodos de selección de candidatos a puestos de elección popular, por lo que con mucha anticipación demandó que la definición de la candidatura presidencial no sea mediante encuesta, sino por elecciones primarias.

Dice que el método de encuestas es un ejercicio que se agotó y que no sólo ha generado incertidumbre y desconfianza, sino también división entre la militancia.

Que lo diga Monreal tiene su importancia, pero no pasa nada. El problema sería que lo empiecen a repetir miles dentro de Morena.

Por: Víctor Murguía Velasco

(Información: Diario de Xalapa)