La otra cara de la moneda. El caso Gina Domínguez
Por Alan Valladares Montiel*
“En el tiempo en que yo estuve en Comunicación Social, nunca vimos este tipo de cosas, será porque mi función era otra…”, declaro Gina Domínguez Colío en una entrevista hace un año al cuestionarle que pasará a la historia al haber sido partícipe de la peor administración que haya tenido Veracruz en su historia.
Aún recuerdo el momento exacto cuando Gina Domínguez desfilaba por la gran puerta de palacio de gobierno en la ciudad de Xalapa, acompañada siempre de un gran cuerpo de seguridad que la respaldaba al entrar y salir en una de las oficinas más “tenebrosas” de todo el imperio gubernamental de Duarte, el área de Comunicación Social.
En mi estancia, siendo un joven universitario me toco realizar mis prácticas profesionales en dicha área, pues me emocionaba al ver el manejo mediático que utilizaba el ex gobernador ahora detenido en Guatemala Javier Duarte de Ochoa, durante el año 2013 nunca paso por mi mente que el gran imperio “Duartista” estaría sobre la cuerda floja y a punto de derrumbarse.
“Javier Duarte le encargó el manejo de la comunicación gubernamental en la primera etapa de su administración, pero la imagen de Domínguez y del propio mandatario, se fue desgastando por los asesinatos a periodistas en el Estado y la impunidad para hacer justicia por ellos.”
La “Vicegobernadora” la llamaban algunos por la influencia que tenía sobre Duarte de Ochoa, quienes la observaban veían una mujer con carácter, siempre bien arreglada, acompañada de un calzado digno de una directora Estatal, deslumbrando una seriedad al llegar a su recinto que ni los buenos días daba a sus trabajadores que día y noche maquillaban la información.
Escuchaba rumores internos acerca de que a “Gina” la prensa se le salía de las manos, pues “les llamaba la atención”, realizando bloqueos mediáticos, censura y hasta represiones en contra de quienes no apoyaban el mandato del Gobernador.
Gina Domínguez fue ampliamente criticada por medios independientes, periodistas y activistas por “el férreo control” que ejerció sobre la prensa oficialista para mantener una imagen de Duarte muy distinta a la realidad.
“En su periodo como vocera estatal, fueron asesinados 10 periodistas. A Domínguez se le atribuye la idea de crear la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas, presentada el 7 de junio de 2012”
La capital de Veracruz era un caos, periodistas desaparecidos, muertos, inseguridad, falta de empleo, todo esas acciones que encabezaba Duarte de Ochoa eran las que más afectaban a su gabinete y por ende los medios no paraban de hablar.
No era lo que creía, no era lo que pensaba, estaba viendo la realidad tras bambalinas de un gobierno que se caía poco a poco a pedazos, ya no veía la hora de terminar mis prácticas profesionales dentro de ese “infierno” periodístico que en vez de que me llene de conocimiento y aprendizaje me dejaba ver la realidad maquillada de un control mediático absoluto, que aunque la situación estaba allí, nadie quería voltear a verla.
Sin embargo la vocera del ex gobernador siempre quiso tapar el sol con un dedo. ¿Que aprendizaje podría llevarse un joven estudiante de los malos tratos hacia sus trabajadores?, pues cuando a un periodista le gana la ambición por el poder y el dinero actúan de manera errónea, siguiendo la muletilla en su mente de “quien controla los medios, controla todo”.
La entidad más violenta para la prensa en México. Con esta etiqueta, la organización civil Artículo 19 resume lo que supuso para la prensa el gobierno de Javier Duarte en Veracruz, periodo en el que un total de 17 periodistas fueron asesinados y tres permanecen desaparecidos (de 2010 a 2016).
Su salida coincidió con el secuestro y asesinato del fotógrafo Gregorio Goyo Jiménez, de La Cruz en Coatzacoalcos.
En los últimos días de su cargo tuvo una confrontación con quien la sucedió en ese cargo, Alberto Silva, pues se acusaron mutuamente de haber cometido irregularidades.
Domínguez está acusada de enriquecimiento ilícito, desvío de recursos a través de empresas fantasma, abuso de autoridad e incumplimiento de un deber legal.”