Antes de iniciar clases el próximo 30 de agosto, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) demandó levantar un censo para identificar al personal docente con enfermedades crónico-degenerativas. Esto, a fin de que sean excluidos del arranque presencial del ciclo 2021-2022, ante la vulnerabilidad que corren por la pandemia de COVID-19.
La exigencia sindical ante los gobiernos estatales incluye que se haga otro censo adicional entre los más de un millón y medio de trabajadores para conocer la proporción de maestros y personal de apoyo de preescolar, primaria y secundaria que no se han vacunado.
De las reuniones que realizaron las 61 secciones del SNTE en la última semana, surgieron otras demandas particulares que los dirigentes presentaron ante las secretarías de Educación estatales, entre ellas, que también se destinen recursos económicos para la rehabilitación y mantenimiento de la infraestructura física de los edificios escolares.
Además, que los centros de trabajo sean dotados de cubrebocas y productos de sanitización suficientes y de calidad, que garanticen la salud de la comunidad escolar y que se asegure el ingreso y permanencia en el plantel para evitar riesgos.
Las dirigencias locales del sindicato también expresaron su preocupación de que los hospitales y clínicas del ISSSTE no cuenten con las medicinas, insumos e infraestructura para hacer frente a los contagios de COVID-19 en este momento y los que se pudieran presentar ante la posibilidad del regreso a clases presenciales.
Los líderes magisteriales anunciaron que en los próximos días se iniciará una campaña de renovación de seguros de vida del personal escolar para que “no haya preocupación por desamparar a las familias” en caso de que algún maestro se contagie y llegue a fallecer por coronavirus, una vez que arranquen las clases presenciales.