Paz en la humanidad ante una presente III Guerra mundial

 

Por Alejandro A. Hernández Romero*

La humanidad enfrenta un holocausto terrible e inhumano que hasta el momento le ha cobrado la vida a millones de hombres, mujeres y niños en todo el mundo. Países con líderes pigmeos, inhumanos y en su mayoría analfabetas políticos, que se regocijan y enorgullecen de gobernar con ideales de justicia, paz y democracia en gran parte del mundo y lamentablemente en gran parte de Latinoamérica, en donde la triste realidad, es que, enfrentan severas crisis sociales habidas y por haber; todas ellas manchadas por la corrupción originaria de líderes cavernícolas y la sangre de sus pueblos a los que les han fallado.

Vemos con tristeza como Venezuela, se cae a pedazos con un Nicolas Maduro que mata de hambre a su pueblo, lo humilla, pisotea y engaña, solo por el simple afán de gobernar lo ingobernable para él, y una respuesta por parte del pueblo de levantarse y alzar la voz, para rescatar la esencia del General Simón Bolívar; formando una revolución del pueblo y para el pueblo.

Un México con un Presidente titubeante y retrógrada como lo ha sido Enrique Peña Nieto, que ha cometido error tras error, defendiendo con sus acciones la impunidad y corrupción, matando sin la necesidad de accionar un arma, solo haciendo caso omiso; y con estrategias fallidas que varias naciones latinoamericanas practican ante la ya conocida guerra contra el narco, que le ha costado la vida a miles de hombres, mujeres y tristemente jóvenes y niños inocentes que tenían un futuro y que fueron privados del mismo.

Aunado de las víctimas de las desapariciones forzadas que siguen siendo buscados por sus familias, ante una incompetencia gubernamental que no ha podido enfrentar ni aceptar el terror que se vive en sus naciones. Un Estados Unidos que interfiere en los conflictos ajenos a su país y con las órdenes que ha tomado el Presidente no. 47, Donald Trump, del que puedo decir que tiene por cerebro estiércol y por neuronas una especie de ideas retrógradas y pigmeas, de atacar e invadir a otras soberanías, que han ocasionado lo que se se ha podido observar a lo largo de la historia; guerras, conflictos y crisis de lesa-humanidad en el mundo. Un Asia que demuestra estupidez ante su juego mediático de lanzamientos de milites «prueba», para saber quién es más macho e inhumano.

Por su parte un Corea del Norte tratando de sobajar a Corea del Sur, y un Corea del Sur que responde con la misma cara de la moneda. Ambas sin pensar siquiera que podrían con la ayuda de Estados Unidos y Rusia, con sus recientes portaaviones dirigiéndose a fronteras norcoreanas, cumplir la frase; «No sé cómo sea la tercera guerra mundial, lo que sí sé es cómo será la cuarta: con palos y piedras.» En 1963 se pudo llegar a un acuerdo, hoy ante la grave crisis espero logren llegar a uno. Una Europa que enfrenta el desafío de la migración, originaria siglos atrás, guerra en el Oriente, y ante ello un Alemania que le ha abierto las puertas a los migrantes cuando la mayoría de las naciones las cerró y un Grecia que a pesar de su situación de crisis, se mantuvo ejemplar, humana y con dignidad, que ha recibido y sigue recibiendo a cientos de migrantes. Ante un Oriente que se ha convertido en el patio de diversiones de países como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, China, entre otros, en donde el señor dinero ha influido primordialmente, debe de detenerse.

Los acontecimientos sucedidos en Siria, han sido devastadores, crueles e inhumanos, en donde le han robado la niñez a los niños, la juventud a los jóvenes y la vida a todos sin distinción absoluta, que ante las brutales y devastadoras imágenes que han circulado, me provocan tristeza, lágrimas en los ojos e impotencia al ver sus cuerpos sin vida y sin poder hacer algo. Mientras nosotros al otro lado del mundo observamos lo interno y lo externo y mientras algunos deciden quedarse de brazos cruzados, otros alzamos por lo menos la voz, con la esperanza de ver el día de mañana, un mundo en paz y no en guerra como actualmente atraviesa nuestro planeta. Con una incongruencia presente en la ONU, que demuestra por una parte, como con tratados tras tratados, tratan de lograr la disminución del calentamiento global para evitar la extinción de la humanidad y por el otro con la acción de traicionar los principios que nos rigen a todos por igual, fomentando el odio y a su vez la guerra, adelantando el proceso de extinción ante lo que hasta simple vista y deducción, en algún punto de nuestra vida presente o futura seria inevitable al paso que vamos: la III guerra mundial.

Ante todo ello, alcemos la bandera de la humanidad; LA PAZ y la hermandad entre naciones, con la esperanza de que olvidemos la existencia de fronteras llenas de muros y podamos ver puertas abiertas y puentes conectados. Hoy ante todo, mis plegarias, respeto y el mayor honor para las personas que han sido víctimas en el mundo y que seguirán viviendo en el recuerdo de los que seguiremos luchando y alzando la voz para lograr alcanzar la paz mundial, pasando de lo utópico a la realidad.