Desarrollo sano y feliz

POR: Irasel  Negrete Ronzón

“El arte de ser feliz

está en el poder de extraer felicidad 

de  cosas  comunes”

Henry Ward Beecher

Con  motivo  del  “Día del niñ@” me  puse  a  pensar  qué  necesitan  los  más  pequeños del  hogar  para ser  felices, así como para crecer  y desarrollarse  de manera  sana y  plena,  además de ello me puse a reflexionar  de qué manera tanto  en  el hogar  como  en la  escuela  podemos  aportar  a  que  esto  se  logre por lo que me puse a  investigar  con  mayor  detalle  sobre este tema;  en  este  artículo  comparto  mis conclusiones.

Lo primero  que debemos  tener  en cuenta  como  adultos  es que  los  niños  y  niñas  necesitan  vivir  su infancia  como  tales, haciendo  énfasis  en  lo  que  la  UNICEF menciona  como  básico  en el desarrollo  de los  mismos:  “comer, jugar y amar”  debido  a  que  esta  etapa  es  muy  especial  e  importante puesto que durante  ella  van  a  adquirir  aprendizajes y a  desarrollar  habilidades  que  van  a  determinar  la  base  de  su  desarrollo  general, por  lo  que  dar  el  valor  necesario  a  esta  fase  será  crucial  para  que  a  partir  de  este  conocimiento, las  acciones  de los  padres  o maestros  se  enfoquen  en  brindar  una  niñez  digna  que  garantice  un  desarrollo sano  y  feliz.

Durante los  primeros 5 años  de  vida  los  niños  se  van  a  desarrollar  más  que  en  cualquier  otra  etapa  y  lo  harán  en  cuatro  vertientes  que  son el  área cognitiva, el área socioemocional, habilidades de  lenguaje y el desarrollo  físico; en  esta  primera  etapa  de  la  vida  los  infantes son  como  esponjas  que  aprenden  todo,  no  sólo  conocimientos  sino también habilidades y desarrollan las  competencias que  van  a determinar  su  personalidad  y van a  influir  en  su  desempeño  como  adolescentes  y  luego  como adultos que sean  emocionalmente  sanos y  se  desenvuelven  óptimamente  en la sociedad.

Los  padres  son  los  primeros  responsables  de  crearles  un  entorno  seguro  que  sea  ideal  para  su  crecimiento  y desarrollo, el  sustento primordial  será  dotarles  de  amor, afecto  y cariño, un  niño  o  niña que se sabe  querido  es  una  persona  segura  y  es que  un  infante  amado  es  un infante  que  tiene atención  por parte  de  su familia lo  que se  traduce  en  conexión  y   conocimiento  de  sus  intereses, necesidades  así como  de  aquellos  detalles  que  deben  ser  atendidos  de  forma  particular, cuando  los padres  dotan  de  afecto y  atención a sus  hijos  estos  desarrollan  una  autoestima  excelente  que será necesaria  para  que  ellos  integren el  concepto de felicidad a su  existencia  ya  que serán  niñ@s plenos que  no  necesitarán  de  cosas  materiales  para  sentirse  felices  sino  que  tendrán  la  capacidad  de extraer  la  felicidad  de  su  cotidianeidad.

En segundo  lugar  la  escuela  es  el  espacio  donde  los  pequeños  siguen  adquiriendo  gran  parte  de  sus  experiencias, por  eso tan  importante la  creación  de  ambientes  de  aprendizajes  agradables, empáticos  y seguros  donde  puedan  ser  ellos  mismos potenciando  sus  cualidades.

Tanto  para  los  padres  como para  los  docentes, ser  un  buen  ejemplo que  irradie  positivismo, buenos  valores, coherencia  entre  acciones  y  palabras  será  indispensable, además  de  ello, darles  tiempo  de  calidad, tratarlos  con respeto  en  un  marco  de  una  disciplina  que  les  apoye  a  ser  responsables, respetuosos, autónomos y  conscientes  no  sólo  de  sus  necesidades  sino  también  las  de  los  demás  serán aspectos  clave  para  que  los  niños  se  desarrollen  óptimamente.

Para  concluir, aunado  a todo  lo  anteriormente  mencionado, proveerles una  nutrición  adecuada,  forjarles  hábitos  positivos, inculcar  en  ellos  el  amor  por  la  naturaleza  y  el  gusto  por  el  arte y la actividad  física garantizarán  un  desarrollo  exitoso.