Relato de libertad

RELATO DE LIBERTAD

POR: Mario Evaristo González Méndez

Anhelo de insaciable hoguera,
voz que a grito llamaba fuera.
Nubosa idea de paz incierta,
acorde nuevo de nota muerta.

Buscando hallarla falló la vista
y en mil razones no dieron pista.
Hubo batalla, no hubo conquista;
sólo muriendo se resucita.

Noches de llanto,
días sin canto.
Sueños de espanto,
voces de encanto.

Cientos de rezos.
Serios tropiezos.
Largos bostezos.
¡Qué desesperos!

Una plegaria,
-quizá fueron varias-:
sólo tu Gracia,
nada más sacia.

Hubo silencio cercano al vacío;
supe de todo, nada era mío.
Ligero de vuelo sentí el precipicio;
sin nada, con todo: ¡a ti me confío!

No vi tu figura ni hallé tu presencia;
radió un breve instante la luz de tu ciencia.
Dejó sin palabras el Verbo experiencia.
Selló aquella tarde mi creada existencia.

Aún en mis cantos, notas disonantes;
temores y orgullos entintan instantes.
Mas tus amores sinceros constantes,
simples y claros se lanzan triunfantes.

Libertad es continencia;
de presunción, ausencia.
Libertad es consecuencia;
de gratuidad, conciencia.