El arte y el SER integral

Renatta Vega Arias

Como seres humanos, tenemos la necesidad de que todos los aspectos de nuestra vida sean atendidos. A eso se le llama SER INTEGRAL y es tan cierto y necesario, que hasta nuestra Constitución Política (México), en su artículo tercero, dice que la educación “Tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano”.

Estamos conscientes de que el ritmo de la vida a veces no nos permite dedicar tiempo a todos los aspectos, y aunque hacemos lo mejor que podemos, alguno siempre quedará al final. Cuerpo, mente y espíritu. ¿Cómo determinamos nuestras prioridades?

No es gratuito que en los países con mayor desarrollo socio económico y los niveles de vida son más altos, es también mayor el presupuesto para la educación y más interés tienen las personas por acudir a actividades relacionadas con el arte y la cultura.

La biología marca los tiempos y las prioridades, porque primero, lo primero: Hay que preocuparse por satisfacer las necesidades prioritarias y esas son las de subsistencia y protección. Tener un lugar para residir que nos proteja de los factores de la intemperie, contar con ropa para proteger nuestro cuerpo y poder abastecernos de alimentos y proveernos de servicios médicos si es necesario. A partir de ahí, lo que viene es ya una serie de opciones, es cómo distribuimos nuestro tiempo y el momento para reflexionar y darnos cuenta a qué parte de nuestro cerebro estamos estimulando y cómo lo hacemos.

Nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios y cada uno rige uno de los dos aspectos diferentes, pero complementarios, de nuestra vida. Estos son; El lógico ý el intuitivo – aunque existe una sección muy localizada para diversas funciones específicas -. El lado izquierdo se avoca a funciones lógicas, a la planificación, a la atención focalizada y consciente; aquí se gestionan las habilidades necesarias para la sintaxis, la memoria verbal, el análisis. Es el lado de las ciencias exactas, como las matemáticas, por ejemplo.

El lado derecho rige las emociones, los sentimientos; es la parte intuitiva que alberga el inconsciente, aquello que “no pasa por el filtro de la razón”, es la parte espontánea con la que nos relacionamos con los demás, la memoria visual, las habilidades musicales y por ello es también el encargado de gestionar todo lo que tiene que ver con el arte, tanto en su ejecución, como en su percepción y disfrute.

Al salir del cerebro, la información se cruza y se manifiesta en el lado contario del cuerpo, así que puede decirse que en el lado derecho de nuestro cuerpo es el formal y lógico y el izquierdo es el espontáneo y creativo, el del arte, independientemente de nuestra lateralidad, es decir, de si somos zurdos o diestros.

La ciencia ha estudiado y reconocido que las actividades artísticas son muy importantes porque estimulan partes del cerebro que de otra manera estarían dormidas, modificando y limitando funciones necesarias para la vida. Se sabe que existen, y esto es solo un ejemplo, algunas estructuras de la corteza auditiva que solo responden a ciertos tonos musicales y esas estructuras intervienen en la coordinación de todo tipo de movimientos, esto se logra con en el baile y el teatro, pero los ejemplos son abundantes.

Es por esto que no es solo por amor al arte que nos conviene tener una relación estrecha y activa en actividades artísticas.

En nuestra sociedad se ha dado mayor impulso a la parte lógica que a la intuitiva. ¿Ha observado usted, por ejemplo, que en la educación escolarizada son las ciencias exactas a las que se les concede la mayor parte del peso curricular? En preescolar los niños aprenden jugando, bailan, cantan, se mueven, estimulando así las áreas cognitivas, emocional-social, de lenguaje y de movimiento, pero una vez que han entrado a la primaria, se espera que los niños estén más quietos, sentados y las artes se reservan para ocasiones especiales. Las cualidades como la espontaneidad y la creatividad que se desarrollan con las artes, ya no se buscan tanto, privilegiando las habilidades cognitivas o del conocimiento formal, como matemáticas, química, física, español (y no para la escritura creativa ni el verdadero disfrute de la literatura), biología, geografía etcétera, con un mínimo de tiempo y espacio para la educación física y artística. Después de la secundaria, esta rama yo ni siquiera es obligatoria.

Así es como va quedando en las manos de cada padre el encaminar el desarrollo de las áreas que el sistema escolarizado menos toca. Y en las manos de cada adulto está el procurarse la estimulación de todas y cada uno de los aspectos que nos constituyen como humanos y que tanto bien le hace al SER QUE SOMOS.

Si queremos, podremos ser más enteros, más armónicamente integrales, desarrollando todas las ramas del árbol que somos, para acercarnos cada vez más a la plenitud que deseamos. ¿Se anima?

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