¡Ahí viene el PRIAN!

Por:Felipe De Jesús Fernández Basilio

El tantas veces invocado por el presidente y también el autor de sus sueños y de sus pesadillas está cobrando forma y al parecer se va a presentar en las boletas electorales para la próxima cita con las urnas.

Por supuesto que de inmediato se lanzaron el presidente y sus seguidores a descalificar a esa coalición electoral diciendo que es antinatural, que solo es por la ambición que tienen sus integrantes por recuperar el poder y que en resumidas cuentas dicha alianza es legalmente posible pero inmoral.
Pero aquí la pregunta que cabe hacerse es si ¿realmente es tan mala esa coalición? O si por el contrario a lo que desde el gobierno y satélites se dice ¿Es necesaria tal coalición en este preciso momento?

Para intentar responder esas preguntas es necesario recurrir a las ciencias política y electoral y es que en efecto el PAN y el PRI, contrario a lo que dice la cantaleta de López, han sido y son rivales históricos y por lo mismo incluso al interior de esos partidos la coalición planteada no ha sido aceptada al cien por ciento por su militancia.

Más México se encuentra en una situación en la que solo hay dos opciones electorales que son rentables y esas son a favor o en contra del gobierno y para que la segunda tenga viabilidad tanto electoral como política deben de unirse y permanecer unidos todos los que están en contra del gobierno y así provocar lo que se denomina en política como balotaje, es decir hacer un referendo nacional sobre si se está o no de acuerdo con el gobierno actual.
Con ello se cierran las alternativas y el elector solo puede decidir si apoya o no al gobierno y así se puede medir la satisfacción real de la población hacia la administración en turno; ya que si gana el gobierno manteniendo el mismo apoyo de la elección pasada o incluso aumentándolo, quiere decir que las cosas van bien con el electorado, que no necesariamente con el país, pero si por el contrario el gobierno disminuye su apoyo electoral entonces deberá de cambiar sus estrategias y si pierde las elecciones de manera abrumadora necesariamente deberá hacer lo que hasta la fecha no ha hecho y eso es negociar con otras fuerzas electorales.

Pero si no se hace la coalición, entonces el voto que sea contrario al gobierno se puede fragmentar en los diversos distritos electorales y así con mayorías relativas el gobierno puede mantenerlos y el objeto del balotaje se habrá perdido; porque el priísta votará por su partido y el panista por el suyo y así, aunque tengan más votos que el gobierno al dividirse pueden perder el distrito y con él la curul en San Lázaro.

Ahora bien, este tipo de alianzas electorales son muy comunes cuando el gobierno es demasiado fuerte para enfrentarlo por separado y solo duran hasta que cumplen con su objetivo común, que en este caso es acabar con la fuerza avasalladora que tiene el gobierno y una vez que se restaura el equilibrio democrático, cada partido sigue su camino; en pocas palabras se trata de una medicina que aplica la democracia cuando se encuentra en riesgo.

Medicina que además es necesaria si es que se quiere preservar el sistema democrático, porque está demostrado que abandonar la cancha y dejar al gobierno cuasi todopoderoso como único contendiente es lo peor que puede suceder y basta para ello ver el caso de Venezuela, en donde aparte de tener un gobierno dictatorial también existe una oposición que va de tumbo en tumbo, porque en lugar de unirse y enfrentar en cada elección al gobierno, siempre abandona la contienda diciendo que hay fraude y represión, dejando solos a los candidatos del dictador y con ello se consolida la dictadura.
Tan es así que la única vez que en serio plantaron cara al régimen consiguieron una mayoría legislativa que ahora por volver a sus boicots electorales perdieron abrumadoramente.

En México también tenemos antecedentes de algo parecido y fue en 1982 cuando los partidos de oposición verdadera se negaron a participar en las elecciones alegando que no había piso parejo y que iba a haber fraude, dejando solos al PRI y sus satélites, quienes sin despeinarse ganaron todo; ya que, si no hay candidatos registrados aparte de los que el gobierno presente, los pocos o muchos votos que éstos obtengan bastarán para validar la elección.

Por lo tanto, pienso que sí es necesaria la coalición entre del PAN, el PRI y demás partidos que estén en contra del gobierno para que juntos intenten terminar con la mayoría absoluta que tiene el gobierno en la cámara baja y en caso de ser necesario la mantengan para la próxima elección presidencial.
Dejo como últimas reflexiones las respuestas que bien podrían darse a lo que se dice desde el gobierno en relación a la coalición y es que ni es antinatural esa coalición por todo la que ya se dijo ni tampoco es inmoral que los partidos busquen el poder por el poder y en este caso arrebatárselo al gobierno, ya que esa es la naturaleza de todos los partidos políticos; y si no pregúntenle al López ¿qué tan natural fue la coalición que lo llevó al gobierno en la que hubo desde izquierdistas intransigentes y radicales hasta evangélicos a ultranza?

Y no es por intrigar, pero esos grupos sociales tienen una rivalidad histórica mucho más fuerte que la del PRI y el PAN, porque aparte de que sus posiciones son diametralmente opuestas, ambos son igual de intolerantes hacia quien piensa diferente a ellos y por esa razón sus seguidores odian al contrario con todas sus fuerzas.
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