Muere a los 77 años el científico Mario Molina, premio Nobel mexicano

La UNAM confirmó la muerte del doctor Mario Molina, galardonado como el Premio Nobel de Química en 1995.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), confirmó el fallecimiento del doctor Mario Molina, uno de los más distinguidos egresados de la Máxima Casa de Estudios y quien fuera galardonado como el Premio Nobel de Química en 1995.

Mario Molina Henríquez nació en la Ciudad de México, en 1943. Ingeniero químico egresado de la UNAM, realizó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania  y recibió un doctorado en Fisicoquímica de la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos (1972).

De acuerdo con su semblanza en el Centro Mario Molina, es un pionero y uno de los principales investigadores a nivel mundial de la química atmosférica.

Fue coautor, junto con F.S. Rowland en 1974, del artículo original prediciendo el adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de la emisión de ciertos gases industriales, los clorofluorocarburos (CFC), que les mereció el Premio Nobel de Química.

Sus investigaciones y publicaciones sobre el tema condujeron al Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, el primer tratado internacional que ha enfrentado con efectividad un problema ambiental de escala global y de origen antropogénico.

Gracias a su descubrimiento, se logró un consenso internacional para la adopción del Protocolo de Montreal de 1987, que prohibió el uso de gases CFC logrando estabilizar los niveles de ozono.

El profesor Molina y su grupo de investigación publicaron una serie de artículos entre 1976 y 1986 que identificaron las propiedades químicas de compuestos que juegan un papel esencial en la descomposición del ozono de la estratosfera.

Demostraron en el laboratorio la existencia de una nueva clase de reacciones químicas que ocurren en la superficie de partículas de hielo incluyendo aquellas que están presentes en la atmósfera.

También propusieron y demostraron en el laboratorio una nueva secuencia de reacciones catalíticas que explican la mayor parte de la destrucción del ozono en la estratosfera polar.

En México, presidió desde 2005 un centro de investigación y promoción de políticas públicas que lleva su nombre, donde realiza estudios estratégicos sobre energía y medio ambiente, particularmente en los campos de cambio climático y calidad del aire.

El Dr enfocó gran parte de su labor a la política de la ciencia conectada con el creciente problema del cambio climático e impulsando acciones globales a favor del desarrollo sustentable a la par de un desarrollo económico vigoroso.

En agosto pasado, el Nobel  mexicano defendió el efecto del cubrebocas para frenar la transmisión del nuevo coronavirus y pidió a los presidentes de México y de Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, que lo usen para dar ejemplo.

«La ciencia nos dice lo que tenemos que hacer, pero desafortunadamente la política no. Es importantísimo que las gentes de alto nivel en el gobierno usen cubrebocas para demostrárselo a la gente“, expresó en una charla virtual de El Colegio Nacional de México.

*Tomado de López-Dóriga Digital