Filosofía mayúscula, Gilles Deleuze

Hoy se cumplen 20 años de la muerte del pensador galo, autor de Proust y los signos, El Anti Edipo y Mil mesetas

Por: RAFAEL MIRANDA BELLO / ESPECIAL

En septiembre de 1972, la revista francesa Critique publicó un artículo que estimaba a Diferencia y repetición (1968) y Lógica del sentido (1969), del filósofo Gilles Deleuze, como “dos libros importantes entre los libros importantes. Tan importantes que resulta difícil hablar de ellos y pocos lo han hecho. Durante mucho tiempo esta obra planeará por encima de nuestras mentes (como un) hito mayúsculo y excesivo. Pero un día, tal vez, el siglo será deleuziano”. El artículo se titulaba Theatrum philosophicum y estaba firmado por Michel Foucault —como anota el periodista Didier Eribon en su concienzuda biografía del autor de Las palabras y las cosas—, con quien Deleuze mantuvo una amistad filosófica y política que había surgido a la sombra de Nietzsche, pero que se enfrió después de 1975, “sin ningún estallido, disputa o explicación. Sencillamente, su dilatada complicidad se deshizo”, asegura Eribon.

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LA VIDA

Nacido en París el 18 de enero de 1925, Deleuze se inscribió en La Sorbona en 1944 para realizar estudios de filosofía. Con la publicación de Empirismo y subjetividad (1953), un ensayo en torno a Hume, inicia un diálogo con la historia de la filosofía y la literatura que produjo textos como Nietzsche y la filosofía (1962), Proust y los signos (1964), Presentación de Sacher-Masoch (1967), Spinoza: filosofía práctica (1981) y Foucault (1986).

En 1969 conoció al sicoanalista Félix Guattari, con quien escribió a dúo el par de volúmenes de Capitalismo y esquizofrenia: El Anti Edipo (1972), que propone “el esquizoanálisis, método para analizar las máquinas deseantes y sus productos sociales”; y Mil mesetas (1980), que de entre las muchas direcciones que indica hace énfasis en tres principales: que “una sociedad se define menos por sus contradicciones que por sus líneas de fuga”; otra que “consiste en tener en cuenta las minorías en vez de las clases”. Y una última, que busca “un principio básico para las “máquinas de guerra”, las cuales se definirían por una cierta manera de ocupar el espacio-tiempo o de inventar nuevos espacios-tiempo”; además de Kafka: por una literatura menor (1975), y ¿Qué es la filosofía? (1991). También impartió clases en la Universidad de París VIII de 1969 a 1987; escribió el ensayo Francis Bacon. Lógica de la sensación (1981) y los libros acerca de cine La imagen-movimiento (1983) y La imagen-tiempo (1985).

Enfermo de tuberculosis desde 1968 tuvo que someterse a una cirugía en la que le fue extirpado un pulmón. Con los años, sus afecciones se agravaron y cualquier tarea, por sencilla que fuera, le ocasionaba fatiga excesiva. El 4 de noviembre de 1995 se suicidó arrojándose desde la ventana del séptimo piso en el que se encontraba su departamento. Años antes, en 1988, había aceptado realizar una serie de entrevistas para la TV con la periodista Claire Parnet, bajo la forma y con el título de Abecedario, y fijando una cláusula que establecía que el material sólo podría ser utilizado hasta después de su muerte. En esas derivas de pensamiento a partir de palabras que siguen el alfabeto, Deleuze pone en claro que para él la enfermedad no es una enemiga porque no es algo que otorgue sentido a la muerte, sino algo que agudiza el sentimiento de la vida y permite verse atravesado por ella, dando una visión real de la vida en toda su potencia y belleza. “¿Cómo obtener beneficios secundarios de la enfermedad?”, se pregunta, para responder de inmediato: “muy sencillo: hay que aprovecharla para ser algo más libres”.

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