La tienda de don Genaro (Historias de Xalapa)
La tienda de don Genaro
Por: Gustavo Ramos
Antes de que las cadenas de tiendas de conveniencia proliferaran en las ciudades, existieron las famosas tiendas de la esquina, atendidas por sus propios dueños los cuales formaban parte de la vida cotidiana de la comunidad, de la vecindad, del barrio.
Uno de estos negocios es la tienda de don Genaro ubicada en Insurgentes esquina Poeta Jesús Díaz; en la esquina contraria sobre la misma acera se encontraba la tienda de don Honorio que en la actualidad es un Fasti. En estas tiendas con aroma a cocada, se podía comprar, los abarrotes comunes (envueltos en papel de estraza), dulces a granel, panelas, dulces típicos (por ello el aroma), pan del bueno, y muchas otras cosas más, colocadas en estantes de madera atrás del mostrador, que en este caso aún sobrevive eternamente azul; yo en lo particular recuerdo que en esta tienda vendían «combustibles» que aunque en mi casa no eran necesarios llamaban mi atención de pequeño; además vendían tortas y pambazos preparados que muchos niños y jóvenes llevaban como refrigerio a la escuela (Junto se encuentra la Primaria Cuauhtémoc más abajo la Oficial B, etc.).
En tiempos no remotos pero si de otra época, quienes debían ir al «mandado», tenían que seguir las instrucciones:
-primero vas con don Genaro y ahí compras un kilo de frijol y uno de arroz, y con don Honorio compras jamón y pan, luego pasas a la carnicería, etc.- Lo anterior era a que en tal lugar vendían mejor producto que en otro, o igual eran ideas de las abuelas, pero sobre todo se incentivaba la economía local.
En las tiendas de la esquina, te saludaban por nombre y donde vivías, siempre preguntaban por algún familiar e incluso le enviaban algo de su agrado, era donde las amas de casa socializaban con otras damas del barrio; convivencias que muy difícilmente suceden en la actualidad y que han tendido a desaparecer como las mismas tiendas de la esquina.
Nota: La imagen es reciente y editada para ambientar la nostalgia, pero algún día en ese lugar ya no estará la tienda de don Genaro ni la construcción, y muy probablemente nos lamentemos de no tener indicio de estos lugares como ha ocurrido con muchos otros.
Texto: Gustavo Ramos
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